miércoles, 12 de septiembre de 2012

Campesinos suman sus demandas a la reforma del Código Civil en Argentina.

ARGENTINA-CAMPESINOS

El Movimiento Nacional Campesino Indígena manifestó la necesidad de que el Código Civil argentino reconozca los reclamos de ese sector para que la tierra sea considerada un bien social y no una mercancía.
Audios disponibles:
Horacio Britos, encargado del área de Territorio del Movimiento Nacional Campesino Indígena. (tierra) - 58 seg. (461 Kb.)
Horacio Britos, encargado del área de Territorio del Movimiento Nacional Campesino Indígena. (sectores populares) - 1 min. 10 seg. (551 Kb.)
Horacio Britos, encargado del área de Territorio del Movimiento Nacional Campesino Indígena. (tierra comunitaria) - 35 seg. (278 Kb.)
Horacio Britos, encargado del área de Territorio del Movimiento Nacional Campesino Indígena. (presentación del proyecto) - 22 seg. (179 Kb.)
Horacio Britos, encargado del área de Territorio del Movimiento Nacional Campesino Indígena. (respuesta oficial) - 1 min. 12 seg. (568 Kb.)
Horacio Britos, encargado del área de Territorio del Movimiento Nacional Campesino Indígena. (trashumancia) - 1 min. 14 seg. (582 Kb.)

Para efectivizar este reclamo, la organización presentó una propuesta de reforma basada en 4 puntos clave. Se trata de la función social de la tierra, la posesión y prescripción, la propiedad comunitaria y la trashumancia.
En ese marco, el Movimiento Campesino señaló la necesidad de que la tierra sea considerada un territorio. Esto implica un reconocimiento de la tierra como un bien social por parte del Estado.
De este modo, la permanencia en ella será para quien garantice la sustentabilidad ambiental, la salud, la producción y el trabajo digno.
En cuanto a la posesión y prescripción de la tierra, los campesinos proponen que la prescripción adquisitiva de los poseedores sea con un mínimo de permanencia ininterrumpida de 3 años.
También que se reconozcan los campos comunitarios bajo el régimen de condominio indiviso o bajo un nuevo régimen de propiedad comunitaria.
Esta forma de propiedad se basa en el uso común de la tierra y debe ser inembargable, libre de gravamen y su uso debe garantizar la preservación ambiental.
Por último, el Movimiento también propone que las áreas de caza, recolección, alojos y aguadas de familias campesino-indígenas y comunidades de pastores sean reconocidas como propiedades comunitarias. (PÚLSAR)

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