Gobierno de Canadá forzado a no comprar F-35 por costo multimillonario
Pedidos formales con valoraciones de adquisición fueron enviados a las firmas Boeing, que fabrica el Superhornet, y al consorcio del viejo continente relacionado con el cazabombardero Eurofighter Typhoon.
La ministra de Trabajos Públicos, Rona Ambrose, aclaró hace cuatro días ante la Cámara de los Comunes que el gabinete Harper no quiere imponer la compra multimillonaria de los F-35 y además explora otras opciones viables de negociación.
Antes, el ministro de Defensa de Canadá, Peter MacKay, confirmó que su país activó un presupuesto millonario para renovar la flota de barcos y aviones de guerra, un catálogo donde “eventualmente” aparecerían los supercostosos F-35 estadounidenses.
Todo el mundo debe entender que nuestro equipamiento castrense debe ser reemplazado hasta cierto punto, en otras palabras, necesitamos nuevos buques y modernos cazabombarderos, afirmó MacKay.
La controversia por los F-35 Strike Fighter de quinta generación ha perseguido al gobierno conservador desde 2010, cuando se anunció la compra de 65 aeronaves al grupo estadounidense Lockheed Martin por un valor de 25 mil millones de dólares.
Políticos opositores criticaron a Harper por adelantar un tan oneroso contrato de opción única, en una etapa cuando la norteña nación atraviesa aún efectos colaterales de la crisis financiera que sacude al vecino Estados Unidos desde 2007.
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