martes, 26 de febrero de 2013

Colombia:Paro agrario y agitación social.

COLOMBIA

Policía reprime manifestación de caficultores en centro-occidente de Colombia


Al menos tres personas resultaron heridas este lunes en el departamento colombiano de Tolima (centro-oeste) luego que un escuadrón anti disturbios arremetió contra la manifestación de caficultores. teleSUR

El corresponsal de teleSUR en Colombia, Milton Henao, reportó que tres personas fueron heridas y otras se encuentran intoxicadas a raíz de la represión policial a una marcha permisada de caficultores en la capital del departamento de Tomlima. Los efectivos lanzaron bombas lacrimógenas y aturdidoras.


Policías de la Fuerza Pública colombiana reprimieron este lunes una marcha pacífica en Ibagué, capital del departamento de Tolima (centro-occidente de Colombia) en la que se registraron tres personas heridas y varias intoxicadas.

El corresponsal de teleSUR en Colombia, Milton Henao, precisó que "la Fuerza Pública atacó a la población con bombas lacrimógenas y de aturdimiento mientras la gente marchaba pacíficamente en el marco del paro nacional campesino".

La movilización contaba con el permiso del gobernador local y del comandante de la policía, informó el periodista quien precisó que "los ataques de la fuerza pública se suscitaron contra los presentes y contra carros donde viajaban niños".

Uno de los asistentes a la manifestación, en la que se contó a casi cinco mil campesinos, aseveró que ?veníamos en caravana, con niños, personas de tercera edad, los cuales no resisten el efecto que tienen estos gases, cuando fuimos sorprendidos por el ataque de la policía?.

Trabajadores cafeteros en Colombia se concentran desde este lunes en diferentes partes de la nación suramericana para protestar contra el Gobierno, pues aseguran no ha dado soluciones a sus peticiones, entre ellas precios justos, control de precios de los abonos e insecticidas y freno a procesos de embargo.

El sector cafetero demanda medidas que garanticen su subsistencia y la seguridad agraria del país. Los cultivadores del grano enfrentan la peor  crisis de las últimas décadas. La producción pasó de ser 50 por ciento del valor de las exportaciones de la nación neogranadina, a mediados de los ochenta, a representar menos del cuatro por ciento.

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, consideró este lunes como ?injusto? e ?innecesario? el paro cafetero iniciaron durante la jornada los caficultores del país. aseguró que el rubro ha registrado un crecimiento en comparación con el año pasado y resaltó el valor de los caficultores y la federación.

Los caficultores colombianos respondieron a Santos y le exigieron que desde el gobierno se desarrollen políticas económicas al servicio de los pueblos y no a los intereses de las empresas multinacionales.

En 2012, el precio interno bajó 40 por ciento y la cotización internacional descendió 33 por ciento durante el último lustro. Más de 500 mil caficultores está padeciendo la crisis que afecta al sector

La lista de demandas también incluye el refinanciamiento de la deuda cafetera, con un período de gracia de cuatro años, además de un subsidio  para los costos de los insumos agrícolas.


Paro de cafeteros por seguridad agraria    
Lunes, 25 de Febrero de 2013 


Este lunes, el sector cafetero de Colombia paraliza sus actividades en demanda de medidas que garanticen su subsistencia y la seguridad agraria del país. Los cultivadores del grano de café enfrentan la peor crisis de las últimas décadas.

La producción pasó de ser 50% del valor de las exportaciones de la nación neogranadina a mediados de los ochentas, a representar menos del 4%.

En 2012, el precio interno bajó 40% y la cotización internacional descendió 33% durante el último lustro. Aproximadamente 600 mil familias están a merced de esta crisis.

"Todos estamos totalmente golpeados por al superexplotación capitalista de este régimen que representa a las multinacionales", denunció el dirigente cafetero Danilo López.

El sector demanda un precio de sustentación mínimo que debe ser incluido en el Presupuesto Nacional para que sea una política de Estado y no una práctica del gobierno de turno.

"El pueblo colombiano ha comenzado a movilizarse para conquistar lo que han conquistado nuestros vecinos:  unos gobiernos democráticos", afirmó López en una entrevista al canal de noticias Telesur.

La lista de demandas también incluye el refinanciamiento de la deuda cafetera, con un periodo de gracia de cuatro años. Además de un subsidio para los costos de los insumos agrícolas.

La defensora de los derechos humanos Piedad Córdoba escribió en su cuenta en Twitter, "Paro Cafetero: Consumimos café importado, exportaciones por el piso, precio base abajo de costos, revaluación. Más velas al neoliberalismo?".

Jorge Robledo, senador del Polo Democrático Alternativo, también se hizo eco de los reclamos y "trinó" en la red social: "No es lo mismo vivir del café que vivir de los cafeteros".

El presidente Juan Manuel Santos aseguró este lunes en un mensaje a la nación que ?hay mucha gente que ha sido enemiga de la Federación desde hace mucho tiempo y muchos de los que están promoviendo este paro están aprovechando para tratar de debilitar o acabar con la Federación?.

En respuesta, el dirigente Danilo López ha dicho: "esta es una lucha de las clases sociales y en este momento nuestra protesta es de las clase que está explotada".

López exigió la democratización de la Federación de Cafeteros de Colombia y del país entero para que aquellos que reclaman reivindicaciones laborales no sean calificados como enemigos públicos; "somos enemigos de los explotadores de este mundo", reiteró.



COLOMBIA

Paro agrario avanza con bloqueos en la vía Barranca - Bucaramanga


Paro agrario avanza con bloqueos intermitentes en la vía Barrancabermeja - Bucaramanga
(Foto: Édgar Pernett/VANGUARDIA LIBERAL)

Con bloqueos intermitentes de 10 minutos a la vía Barrancabermeja - Bucaramanga los productores agrarios de Santander adelantan desde las 3.00 a.m. de hoy el paro agrario nacional convocado por los cafeteros.

Justo en el kilómetro 6 de la vía La Lizama ? San Alberto sobre la autopista Barrancabermeja - Bucaramanga están concentrados unos 3.000 campesinos, pequeños y medianos productores del grano, no solo de café sino en especial de cacao.
Un punto estratégico, dado que los bloqueos dejarían incomunicada a Santander con la Costa Atlántica.

El líder de la Asociación de Productores Agropecuarios e Industriales de Colombia, Gonzalo Tavera, advirtió que la situación llegó a mayores luego de discutirse en las mesas de trabajo cacaoteras el pliego de peticiones y no llegar a un acuerdo.

Los productores exigen precios de sustentación justos, alivios a los créditos, reducción de los costos de los insumos, control al ingreso de cocoa, contrabando e importación desmesurada, y a la no minería en tierras de cultivo.

?Estamos dispuestos a estar aquí hasta que el Gobierno Nacional no de una solución. Este es un paro indefinido?, indicó el cacaotero.

La tensión no se hace esperar en el sector donde donde hace presencia la fuerza pública para mantener el órden.

Según el subcomandante operativo del Departamento de Policía del Magdalena Medio, coronel William Arias, unos 200 efectivos custodian el sector. 

"El paro cafetero es injusto y no tiene razón de ser", Dice el presidente Santos

En una alocución este lunes, el mandatario dijo que este paro se convoca por individuos que están persiguiendo intereses personales, y que su gobierno no ha dejado solos a los cafeteros.  


COLOMBIA
La Geopolítica de la Paz en Colombia

El ELN siempre ha sostenido que la guerra de Colombia - al igual que
todas las demás guerras del mundo - obedece razones estructurales. ?La
prolongación de política por otros medios?, al decir de Von
Clausewitz. Ellas no son el resultado del capricho de los actores
armados; dicho de otra manera, no hay guerras porque hay guerreros;
éstos son consecuencia y no causa.

No obstante, la lógica maniquea que siempre ha empleado el Estado
colombiano respecto a una posible paz para el país es la siguiente: al
eliminar uno de los actores armados (en este caso, la insurgencia), la
guerra termina. A esto se le llama ?pacificación?, que se logra
históricamente por una combinación de dos estrategias: la vía militar
seguida por la vía de la mesa de diálogo.

Frecuentemente, estas dos se combinan como sucede ahora con la actual
mesa de negociación, o cómo sucedió en los diálogos de paz de El
Salvador o en el Caguan.

Esta ruta la han seguido todos los presidentes colombianos que
protagonizaron procesos de diálogo desde 1982: Cada mandato
presidencial se dividió en dos: dos años de paz, seguidos por dos años
de guerra (Betancourt, Gaviria, Pastrana, Uribe) o el modelo
invertido: dos años de guerra seguido por dos años de paz (Barco,
Santos). En cualquier caso, la apuesta ha sido siempre la misma: ?la
combinación de las formas de lucha? como estrategia contrainsurgente
diseñada para lograr la desmovilización y desarme de la insurgencia.
Los procesos de diálogo, desde la perspectiva del Estado, al formar
parte de la estrategia general de contrainsurgencia no son más que una
continuidad de la guerra.

Para comprender la guerra y, por ende, para empezar a dimensionar
objetivamente los caminos de una paz duradera, hay que mirar más allá
de los actores, y fijar la mirada en las causas estructurales. Éstas
obedecen no solamente a la dinámica histórica de confrontación de
clase que ha padecido Colombia desde más de un siglo, sino del
creciente valor geoestratégico y geopolítico que ha adquirido nuestra
patria desde finales del Siglo XIX.

Colombia geoestratégica

Colombia ha representado desde el siglo XIX un inmenso valor
geoestratégico para el poder imperial del norte. Goza de acceso a dos
mares, es la ?bisagra? entre Mesoamérica y América del sur, vigila al
canal interoceánico de Panamá, goza de amplias reservas de petróleo y
biodiversidad y es un país riquísimo en recursos minerales.

Por ello, el imperialismo norteamericano siempre ha utilizado Colombia
como una plataforma para su proyecto de guerra. Miremos los hechos:

En la Guerra de los Mil Días (1899-1902), los Estados Unidos tuvieron
una injerencia significativa, al proveer armas a los contendientes y
atizar las llamas de la conflagración civil que dejó hecho trizas a la
sociedad colombiana. El resultado concreto fue la escisión de Panamá
de Colombia y el apoderamiento del canal interoceánico por parte de
los EE.UU. Vale notar que el pacto que puso fin a esta guerra fue
firmada en el acorazado estadounidense, el ?Wisconsin?.

Abril 1948, fecha que recordamos por el asesinato de Gaitán, marcó el
inicio de la Guerra Fría en América Latina. La visita a Colombia del
general Marshall de EE.UU, con el fin gestionar la creación de lo que
sería la Organización de Estados Americanos (OEA) y alinear las
naciones de América Latina en la gran cruzada anti-comunista mundial,
da constancia de que Colombia ha sido desde mucho un PROYECTO DE
GUERRA de los Estados Unidos y la oligarquía colombiana.

La guerra ha sido la forma predilecta de lograr la dominación, control
y acumulación capitalista para Colombia y para la región
caribeña-andina-mesoamericana desde hace más de un siglo y por ello se
debe considerar como un proyecto estructural de raíces profundas y de
largo alcance.

No es casual que a escasamente un año de la primera elección de Hugo
Chávez a la presidencia de Venezuela (1998) se anuncia la creación del
Plan Colombia (1999), un plan supuestamente contra-narcótico, pero en
realidad contrainsurgente, que fue diseñado y redactado en Washington
y no en Bogotá. Además del apoyo económico-militar directo para las
fuerzas represivas de nuestra patria, el Plan Colombia significó
también un despliegue de pequeñas bases de avanzada (Forward Operating
Locations FOL), logrando un posicionamiento estratégico en la región
del Andina, la Cuenca Amazónica y el Gran Caribe.

Desde el surgimiento del bloque progresista de naciones (Venezuela
(1998), Bolivia (2005), Ecuador (2006), entre los casos más
destacados) el imperio del norte le otorga mayor peso a Colombia como
plataforma contrainsurgente continental; la concibe como una base
desde la cual se pueden desplegar los planes desestabilizadores por
toda la región andina y sudamericana.

El Plan Colombia prontamente fue redimensionado y rebautizado como
Iniciativa Regional Andina (IRA) y en 2009, los Estados Unidos
pactaron con el gobierno de Álvaro Uribe Vélez la implantación de 7
bases militares yanquis en territorio nacional. Es decir, en el lapso
de una década (1999-2009), Colombia se reingenierizó como un verdadero
andamiaje contrarrevolucionario para la región.

Formando parte de la Alianza para el Pacífico, iniciativa impulsada
los EE.UU, Colombia ahora juega parte en la estrategia de
posicionamiento del imperialismo en el Pacífico, como parte del
proyecto estratégico de contención de la expansión China.

Un dato más: gracias en gran medida a los casi 6 mil millones de
dólares de ?ayuda? estadounidense, y la designación del 6% del PIB de
la nación a la defensa y seguridad, las fuerzas armadas colombianas
aumentaron en tamaño hasta contar con 500 mil efectivos, convirtiendo
al ejército de Colombia en el más grande del hemisferio después de los
EE.UU. Obviamente, ese despliegue militar tiene objetivos que rebasan
las fronteras colombianas y trascienden lucha contra-guerrillera
nacional.

La pregunta del millón

Ante todo lo anterior urge plantearnos la siguiente pregunta: ¿Se
desactivará todo ese andamiaje militar en caso de una posible firma de
la paz con la insurgencia? ¿Se desmilitarizará Colombia y la región?

Vale señalar que con el fin de la Guerra Fría los presupuestos
militares, antes de disminuir, aumentaron y los conflictos bélicos se
multiplicaron por el planeta. Desde inicios de los 1990, el complejo
militar industrial y los traficantes de armas obtuvieron astronómicas
ganancias.

Si bien la frontera norte de Colombia ? en términos geográficos ? es
Panamá, en sentido político, son los EE.UU. ¿Cuál es el interés del
imperialismo norteamericano en una solución política negociada a la
guerra interna de Colombia?.

Los intereses en la paz del imperialismo y la oligarquía

Conseguir la solución política no implica necesariamente la
desmilitarización de Colombia o la región, de la misma manera que el
fin de la Guerra Fría no significó mayor paz para el mundo, sino la
intensificación de las conflagraciones bélicas.

La oligarquía tradicional colombiana, representada fielmente por JM
Santos, busca la modernización capitalista del país y entiende que el
negocio los miles de millones en inversión extranjera directa,
prometidos por empresas y gobiernos, y las millones de hectáreas
proyectadas para el saqueo minero, venta de biodiversidad y producción
de biocombustibles, no puede fructificar mientras el movimiento
insurgente (y agregaríamos, las comunidades en resistencia, en
general), no cede su  influencia sobre los territorios estratégicos
del país.

El éxito de las ?locomotoras? de desarrollo del gobierno de Santos, va
a depender la insurgencia desaparezca como obstáculo.

El imperialismo, a su vez, parece estar ejecutando una nueva
estrategia del Pentágono para la dominación militar. El abismo fiscal
en el que ha caído el imperio no le permite desplegar tropas y gran
infraestructura militar por todo el planeta, como lo ha hecho en Irak
y Afganistán. Ya no puede continuar financiando proyectos como el Plan
Colombia. Tiene que reducir gastos y a la vez ganar en agilidad y
efectividad. La reingeniería del Pentágono parece estar caminando en
esa dirección.

No obstante, el complejo militar-estadounidense sigue fabricando armas
y seguirá necesitando de guerras y conflictos para poder vender sus
arsenales. Donde no existen, seguro los crearán.

El papel de la crisis capitalista

La clase dirigente colombiana entiende bien que el capitalismo va
resolviendo su crisis retornando a la ?acumulación originaria?, al
decir del viejo Marx, que no es otra cosa que la ?acumulación por
despojo? de tierras, territorios y recursos.

Los recursos primarios (commodities) y la tierra misma se han
convertido en un nicho especulativo para el capital financiero,
permitiendo una revitalización del sistema financiero mundial. El
resultado son altísimos precios de materias primas, minerales
estratégicos, alimentos y de las tierras mismas. En gran medida, a
esto se deben las tasas de crecimiento económico que gozan los países
de Nuestra América.

El extractivismo como motor modelo de crecimiento económico implica
mayores presiones sobre los territorios. A mayor presión, mayor
resistencia social y comunitaria. Es por ello que David Harvey,
geógrafo y teórico marxista, plantea que ?la acumulación por despojo?
tiene que ser necesariamente una ?acumulación militarizada?, ya que
las grandes inversiones de las transnacionales, que son el motor de la
recomposición capitalista, necesitan proteger sus inversiones de todas
las formas de resistencia que provocan.

Las guerras de hoy, como es el caso del reciente asalto francés y
estadounidense a Mali, tienen como telón de fondo la lucha por el
control de los recursos estratégicos.

En conclusión

Es improbable que una paz firmada en la mesa de negociaciones conlleve
a la des-militarización de Nuestra América y que desactive el complejo
militar-industrial. Eso solo se logrará mediante la transformación de
las causas estructurales que son el motor de todas las guerras.

Es por ello que el ELN seguirá insistiendo en que la paz es más que el
?fin de la guerra?; es luchar por transformaciones estructurales y en
defensa de las comunidades en resistencia es la esencia de nuestro
compromiso de NUPALOM (NI UN PASO ATRÁS, LIBERACIÓN O MUERTE).

Pero esa no es una tarea que le compete única y exclusivamente al
pueblo colombiano. Solamente el concurso de todos los pueblos del
continente, avanzando hacia un horizonte superador del capitalismo,
modificará las raíces que fomentan las guerras y los conflictos en
Nuestra América.

Los pueblos de Nuestra América deben tener conciencia que sus destinos
están atados a la lucha paz en Colombia.

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