sábado, 31 de agosto de 2013

Monseñor Mario Aurelio Poli, arzobispo de Buenos Aires, destacó que: “hay que dar a la paz armas morales, que den fuerza y prestigio al derecho internacional, como lo señalaba Pablo VI”.

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Lo dijo al presidir una oración por la paz en Medio Oriente en la catedral metropolitana, y convocó a rezar a sus fieles y a miembros de otros credos.
Además agregó que: “Se trata de momentos en que los  hermanos sirios sufren el flagelo del enfrentamiento mutuo y la desolación, y ante una inminente escalada de violencia en esa nación”.
El especialista Jorge Rouillon para AICA indicó:  “La importancia de recuperar las fuerzas morales, ‘verdaderas armas de la paz’, para la convivencia fraterna de las naciones”.
El encuentro interreligioso para rezar por la paz en Medio Oriente tuvo lugar ante el peligro de una inminente escalada bélica en Siria, país que desde 2011 vive una guerra civil que enfrenta a facciones rebeldes con el régimen de Bashar Al-Assad.
Participaron de la ceremonia:el nuncio apostólico, monseñor Emil Paul Tscherrig; el exarca en la Argentina de la Iglesia católica greco melquita, monseñor Abdo Arbac; el pastor Norberto Saracco, de la Iglesia Pentecostal “Buenas Nuevas”; el pastor David Calvo, de la Iglesia Evangélica Luterana Unida (IELU), el rabino Abraham Skorka, de la comunidad Benei Tikva, y el sheij Abdel Nabi, del Centro Islámico de la República Argentina.
Julia Torres, de la Pastoral Social, comenzó la celebración: “Nos encontramos esta tarde en súplica al Señor con una sola voz: Paz, Shalom, Salam!”.
Monseñor Poli también pidió: “observar los pactos internacionales preexistentes, que rigen la convivencia internacional.
Y recordó que: “el Papa Francisco manifestó el pasado domingo, durante el tradicional Ángelus en la Plaza de San Pedro, su dolor y cercanía al pueblo sirio”.
“Que nuestras oraciones se eleven y lleguen al corazón pacífico del único Dios y Padre, Clemente y misericordioso, y ya que su providencia nos sorprende cada día, no dejemos de levantar nuestras manos para pedir que se cumpla lo que Él puso en labios de Isaías: ‘Él será juez entre las naciones y árbitro de pueblos numerosos. Con espadas forjarán arados y podaderas con sus lanzas. No levantará la espada una nación contra otra ni se adiestrarán más para la guerra’”.
El pastor Norberto Saracco, de la Iglesia Pentecostal Buenas Nuevas, pidió: “al buen Dios el don de la paz y que sostenga a quienes están dispuestos a hacer la paz”.
El pastor David Calvo recordó palabras de Jesús a sus discípulos: “Les doy mi paz, pero no como la da el mundo”,  “cuando los conflictos llegan, es cuando necesitamos esa paz que surge de Dios”.
Puso como ejemplo a María, que pudo haberse lamentado, pero “caminaba sostenida por la misericordia del Altísimo, enfrentando su vida como un llamado de Dios a cumplir una tarea en su designio de paz para el mundo”.
El rabino Abraham Skorka, de la comunidad Benei Tikva, hizo una reflexión sobre el designio de Dios al crear el mundo y cómo los hombres deben actuar buscando respetar la voluntad de Creador.
El arzobispo Siluan Muci, metropolita de la Iglesia apostólica ortodoxa del patriarcado de Antioquía, arzobispo de Buenos Aires y toda Argentina, que no pudo asistir, envió un emotivo mensaje que leyó el padre Gabriel Coronel, rector de la catedral de San Jorge: “Nos duele el corazón ante la perspectiva de la realización de operaciones militares extranjeras inminentes en Siria”.

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