BOLIVIA
Cientos de personas llegan a la pequeña aldea de la selva boliviana donde el 9 de octubre de 1967 fusilaron al líder guerrillero Su hermano Juan Martín participará de la conmemoración.
La Higuera, una aldea perdida en la geografía de Bolivia que cuenta con apenas 50 habitantes, volvió a convertirse en estos días en centro de atracción turística porque allí fue asesinado el guerrillero argentino-cubano Ernesto Che Guevara, hecho del cual hoy se cumple un nuevo aniversario.
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Como cada año a comienzos de octubre, el poblado campesino de casas miserables de adobe y paja se llena de turistas y peregrinos que recorren el último lugar de América que vio con vida al mítico guerrillero, reseñó la agencia de noticias Prensa Latina.
Se trata de un caserío enclavado en una especie de valle rodeado de montañas de vegetación espesa, que hace 46 años se convirtió en uno de los lugares de referencia para la izquierda latinoamericana como eventual núcleo de origen de lo que sería una gran revolución continental.
Hoy, casi medio siglo después, los habitantes de La Higuera han creado una especie de culto profano a la imagen del guerrillero, a quien consideran un santo y le ruegan por milagros, le ofrecen flores y le encienden velas.
Delegaciones de Cuba y Argentina, entre ellas el hermano menor de Guevara, Juan Martín, acudirán hoy al poblado para realizar un acto de recordación en una vieja escuelita que todavía se conserva como sitio de culto.
Muchos de los pobladores de La Higuera recuerdan aquel día de 1967, y algunos hasta cobran por contar la historia, pero todos son conscientes de que desde aquel 9 de octubre, nada volvió a ser igual en ese caserío al sudeste de Bolivia.
Julia Cortez, una maestra jubilada, dice que ella fue la última en ofrecerle un plato de comida al Che, una sopa de maní, y hasta recuerda que él le reprochó que, siendo maestra, hubiera escrito ángulo sin tilde en el pizarrón de la escuela.
Guevara fue herido de bala en su pierna izquierda y tomado prisionero en el combate de Quebrada del Churo, y trasladado a la escuela de La Higuera, donde fue asesinado a sangre fría por un militar boliviano.
El verdugo de Guevara, el exsargento Mario Terán, relató a su ministro del Interior, Antonio Arguedas, cuáles fueron las últimas palabras del guerrillero: "¡Serénese y apunte bien! ¡Va usted a matar a un hombre!".
Terán contó que quedó estremecido por esas palabras, dio un paso atrás, hacia el umbral de la puerta, cerró los ojos y disparó la primera ráfaga.
Cientos de personas llegan a la pequeña aldea de la selva boliviana donde el 9 de octubre de 1967 fusilaron al líder guerrillero Su hermano Juan Martín participará de la conmemoración.
La Higuera, una aldea perdida en la geografía de Bolivia que cuenta con apenas 50 habitantes, volvió a convertirse en estos días en centro de atracción turística porque allí fue asesinado el guerrillero argentino-cubano Ernesto Che Guevara, hecho del cual hoy se cumple un nuevo aniversario.
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Como cada año a comienzos de octubre, el poblado campesino de casas miserables de adobe y paja se llena de turistas y peregrinos que recorren el último lugar de América que vio con vida al mítico guerrillero, reseñó la agencia de noticias Prensa Latina.
Se trata de un caserío enclavado en una especie de valle rodeado de montañas de vegetación espesa, que hace 46 años se convirtió en uno de los lugares de referencia para la izquierda latinoamericana como eventual núcleo de origen de lo que sería una gran revolución continental.
Hoy, casi medio siglo después, los habitantes de La Higuera han creado una especie de culto profano a la imagen del guerrillero, a quien consideran un santo y le ruegan por milagros, le ofrecen flores y le encienden velas.
Delegaciones de Cuba y Argentina, entre ellas el hermano menor de Guevara, Juan Martín, acudirán hoy al poblado para realizar un acto de recordación en una vieja escuelita que todavía se conserva como sitio de culto.
Muchos de los pobladores de La Higuera recuerdan aquel día de 1967, y algunos hasta cobran por contar la historia, pero todos son conscientes de que desde aquel 9 de octubre, nada volvió a ser igual en ese caserío al sudeste de Bolivia.
Julia Cortez, una maestra jubilada, dice que ella fue la última en ofrecerle un plato de comida al Che, una sopa de maní, y hasta recuerda que él le reprochó que, siendo maestra, hubiera escrito ángulo sin tilde en el pizarrón de la escuela.
Guevara fue herido de bala en su pierna izquierda y tomado prisionero en el combate de Quebrada del Churo, y trasladado a la escuela de La Higuera, donde fue asesinado a sangre fría por un militar boliviano.
El verdugo de Guevara, el exsargento Mario Terán, relató a su ministro del Interior, Antonio Arguedas, cuáles fueron las últimas palabras del guerrillero: "¡Serénese y apunte bien! ¡Va usted a matar a un hombre!".
Terán contó que quedó estremecido por esas palabras, dio un paso atrás, hacia el umbral de la puerta, cerró los ojos y disparó la primera ráfaga.
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