jueves, 26 de diciembre de 2013

Carta de las FARC a los pueblos del mundo.

COLOMBIA

Desde la trinchera guerrillera, desde la movilización campesina y
popular, desde el taller y la fábrica, desde el campus universitario, el
colegio, la clandestinidad urbana, desde la Mesa de Diálogos de la
Habana, en fin, desde las entrañas de la Colombia indómita de la cual
hacemos parte indisoluble, los mandos y combatientes de las FARC-EP,
enviamos a los pueblos del mundo nuestro revolucionario y bolivariano
saludo de fin de año.

Por imposición de un régimen violento y excluyente nos hemos visto en la
ineludible obligación de asumir la lucha armada, para adelantar esta
justa guerra de resistencia, por paz con justicia social, democracia
real y soberanía, que ya se ha extendido por medio siglo.

Desde luego no hacemos la guerra por la guerra misma. Si el enemigo
entiende que es imposible derrotar militarmente a una guerrilla anidada
en el corazón del pueblo, reconoce al oponente político y realiza
profundas reformas en las caducas estructuras, entonces sí es posible
hablar de poner fin al conflicto armado, se abren las posibilidades para
llegar a firmar un tratado de paz estable y duradero, y se encuentran
así nuevas vías para solucionar los problemas e iniciar entre todos la
edificación de la anhelada reconciliación.

La paz con dignidad, es el sentir de las mayorías. Paz y Constituyente
es hoy bandera que convoca organizaciones sociales y movimientos
políticos y gentes del común, en busca de una alternativa política para
Colombia. Un nuevo poder, una nueva Colombia, objetivamente puede
desplegar sus alas desde un Frente Amplio, que reúna en ese estratégico
objetivo, a todos los procesos y luchas, y sueños de nuevo país.

Al agradecer las muestras de solidaridad que desde los distintos
rincones de la tierra nos hacen llegar las organizaciones sociales y
populares, ratificamos igualmente que ellas son fuente de inspiración y
estímulo, fuerza moral  que centuplica nuestro esfuerzo por la victoria
de la paz. 

Sin embargo, no basta con que sólo nosotros creamos en el fin del
conflicto, sino que el enemigo de clase se vea obligado por una gran
correlación de fuerzas favorables a la salida política, a aceptar esa
nueva realidad. Esto solo se logra con la lucha y la unidad de nuestro
pueblo y con una amplia solidaridad internacional. Ejemplos en el mundo
sobran para demostrar la certeza de esta afirmación.

La crisis del sistema capitalista es profunda e irreversible, la
dispersión del sector popular ha contribuido a prolongar su agonía. Es
por ello que al despedir el año 2013 alentamos a los pueblos del mundo a
no desfallecer en la lucha común contra el imperio y la injusticia. Las
condiciones objetivas para la superación de esa etapa histórica están
dadas. Falta que la subjetividad actué creativamente para acelerar los
cambios que los oprimidos debemos producir. El socialismo sigue siendo
el destino de justicia de la humanidad.

COMISIÓN  INTERNACIONAL DE LAS FARC-EP

Montañas de Colombia, diciembre 2013

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