domingo, 11 de mayo de 2014

Las autoridades de Nigeria no actuaron ante las advertencias previas sobre el asalto armado del grupo islámico Boko Haram contra el instituto de enseñanza de Chibok, en el que más de 240 estudiantes fueron secuestradas durante la noche del 14 al 15 de abril, de acuerdo a testimonios que recogió Amnistía Internacional.

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Tras una verificación independiente de la información basada en múltiples entrevistas mantenidas con fuentes dignas de crédito, la organización reveló que las fuerzas de seguridad nigerianas recibieron, con más de cuatro horas de antelación, un aviso sobre el ataque, pero no hicieron lo suficiente para impedirlo.

Amnistía Internacional lanzó una campaña de movilización global para exigirle al gobierno nigeriano que informe qué acciones está desarrollando para conseguir que las estudiantes sean liberadas sanas y salvas, que proteja a la población civil de manera efectiva y acabe con la impunidad. El petitorio puede firmarse enwww.amnistia.org.ar/nigeria.

Cuando la comandancia del ejército nigeriano en Maiduguri tuvo noticia del ataque inminente, poco después de las 7 de la tarde del 14 de abril, la incapacidad de reunir tropas –por la escasez de recursos y por el presunto miedo de enfrentarse a unos grupos armados que, con frecuencia, están mejor equipados– hizo que no se desplegaran refuerzos en Chibok aquella noche. El pequeño contingente de las fuerzas de seguridad que tienen su base en la localidad –17 militares y algunos policías locales– trató de repeler el ataque de Boko Haram, que se produjo cuatro horas más tarde, pero se vio superado y tuvo que retirarse. Según la información recibida, un soldado murió.

Amnistía Internacional reitera su llamamiento a Boko Haram para que libere de manera inmediata e incondicional, y sanas y salvas, a las rehenes, y para que cese todos los ataques contra civiles.

Entre las 7 de la tarde del 14 de abril y las 2 de la madrugada del 15 de abril, los mandos militares de Damboa, a 36 kilómetros de Chibok, y de Maiduguri, a 130, recibieron varias alertas tanto de las fuerzas de seguridad como de las autoridades locales sobre la amenaza.

Según fuentes entrevistadas por Amnistía Internacional, las patrullas locales de defensa civil de Gagilam, un pueblo vecino, fueron de las primeras en dar la alarma al atardecer del 14 de abril, cuando un gran grupo de hombres no identificados entraron a su pueblo en motos y dijeron que se dirigían a Chibok. Aquello dio lugar a una rápida cadena de llamadas telefónicas para alertar a las autoridades, incluidos el gobernador del estado de Borno y altos mandos militares con base en Maiduguri.

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