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lunes, 11 de noviembre de 2013

El ELN acaba de liberar a tres secuestrados y quiere intervenir en el proceso de paz.

COLOMBIA

Desde la clandestinidad, su jefe adelanta que no aceptarán desmovilizarse. El narcotráfico y Santos.

Por Tomás Eliaschev 

Los diálogos entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que tienen lugar en La Habana, Cuba, son un acontecimiento de gran relevancia tanto a nivel internacional como en nuestro continente. Hasta el momento en esas negociaciones, que podrían poner fin al conflicto armado, hay un gran ausente: el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la fuerza guerrillera inspirada en el sacerdote Camilo Torres Restrepo que lleva casi medio siglo de lucha insurgente sin que el ejército y los paramilitares hayan podido liquidarlos. La última novedad referida a este grupo guerrillero es que entregaron al Comité Internacional de la Cruz Roja a tres contratistas de la empresa Termo Técnica ?que presta servicios para el denominado Oleoducto Bicentenario de Colombia?, quienes estaban secuestrados desde el pasado 10 de septiembre. 

Veintitrés entrevistó en forma exclusiva al comandante Nicolás Rodríguez Bautista, jefe máximo del ELN, [en la foto] quien se encuentra en la clandestinidad y respondió sobre por qué continúa con la lucha armada, una polémica metodología muy criticada tanto en Colombia como en el resto del mundo. Desde algún lugar de la Serranía de San Lucas, en el departamento de Bolívar, contestó las preguntas mediante un mail encriptado. Es decir, un correo electrónico escrito de forma codificada para que quienes no conozcan el código no puedan leerlo.

?¿Están dispuestos a entrar en un proceso de paz?

?Siempre hemos sido amantes de la paz, pero para que haya paz es necesario que los señores del poder entiendan que esa es la única salida posible a este conflicto de más de sesenta años. La clase dominante y los imperialistas que son sus amos nos declararon la guerra. Nosotros lo que hemos hecho es responder dignamente, resistir y seguir luchando por la justicia, la soberanía y la paz porque todas ellas nos pertenecen. Cuando estas realidades se hayan alcanzado viviremos en paz, se reconstruirá el país, habrá fraternidad y tendremos patria. Las luchas de hoy son continuación de las luchas de nuestros indígenas contra los invasores, de Bolívar contra el imperio español, de tantos luchadores del siglo pasado y de este, todos con los mismos ideales, sueños y esperanzas que seguiremos sembrando. Y si para esos logros la vida no nos alcanza, marcharemos plenos a los otros niveles de la existencia, sabiendo que hemos aportado a la felicidad de las futuras generaciones y ellas disfrutarán de nuestros sueños e ideales que son también los suyos.



?Ustedes dicen ?el pueblo habla, el pueblo ordena?. ¿Creen que el pueblo no quiere lucha armada?

?Cuando el pueblo no quiera la lucha armada, esta desaparecerá indefectiblemente. El que en estos 50 años las guerrillas se mantengan activas y en todo el país, demuestra que esta forma de lucha tiene plena vigencia y que el pueblo la respalda. Si no fuera así habríamos desaparecido. Lucha revolucionaria que no cuente con el apoyo popular, fracasa. Los más interesados en que se abran los cauces políticos para que sea por esa vía que se alcancen las grandes transformaciones que el pueblo reclama somos los insurgentes, por ello planteamos la urgencia de una salida política al conflicto.

?¿Qué opinión le merece hasta ahora el proceso de conversaciones de La Habana?

?Hay asuntos de la confidencialidad de dicho proceso que no permiten mayores precisiones. Sin embargo, el gobierno pretende alcanzar en la mesa de diálogo lo que no ha logrado en el campo de batalla y eso es un grave escollo para un acuerdo real y duradero. Las pretensiones de Santos son que la guerrilla se desmovilice y entregue las armas y estoy convencido firmemente de que los compañeros farianos no caminan por allí, ni lo haremos nosotros cuando estemos en los diálogos. Si el gobierno no acepta un proceso incluyente, donde se reconozcan y respeten las partes en su carácter y el acuerdo incluya la reconstrucción del país, cualquier esfuerzo fracasa. A los compañeros de las FARC les hemos reiterado nuestro apoyo moral y los mejores deseos por sus avances en este esfuerzo. Valoramos que lo hacen con altura y madurez.

?¿Cómo plantean que tiene que ser la participación popular en el proceso de paz?

?En las centenarias luchas populares han quedado definidas demandas, propuestas y acuerdos que luego los gobiernos han desconocido o incumplido, allí están las demandas de diversos sectores populares y sociales. La paz se alcanza si tales demandas se hacen realidad. Es indispensable para ello establecer mecanismos que retomen tales demandas convirtiéndolas en agendas que se lleven a cabo tal como las gentes las plantean. La inmensa mayoría de tales petitorios no son imposibles, sino que hacen parte de realizaciones sociales indispensables. Tanto esas demandas como los acuerdos que resulten de un proceso de diálogos con la insurgencia son la base de la Asamblea Constituyente que hemos planteado en diálogos con gobiernos anteriores, donde todo se refrende conforme a la verdadera democracia. Estos mecanismos están consagrados en la Constitución Nacional, por lo tanto no se le están pidiendo peras al olmo sino que haya voluntad política de los señores del poder.

?¿Cómo imaginan la devolución de las tierras a los que ustedes sostienen que son los dueños originales?

?Es difícil imaginarlo porque hasta ahora, cuando latifundistas y terratenientes han visto amenazadas sus propiedades y no se han sentido satisfechos con la protección que les brindan las fuerzas armadas gubernamentales, han conformado y pagado bandas criminales que asesinan a los legítimos dueños que siempre han reclamado sus tierras. Sólo la lucha popular y revolucionaria hará posible las conquistas de los humildes. Al campesinado no le queda otro camino para tener de nuevo las tierras que les han robado. El reciente paro agrario y popular de agosto y septiembre puso de nuevo en alto las banderas de lucha del campesinado colombiano.

?¿Por qué aplican la pena de muerte a quienes consideran traidores?

?Nuestros códigos disciplinarios y sancionatorios definen que son traidores aquellas personas que siendo miembros activos del ELN, desertan de sus filas para pasarse a las del enemigo y ponerse a su servicio. A estos elementos se les aplica la pena de muerte y estamos convencidos de que es una necesidad proceder así en aras de defender la integridad de nuestra organización y la lucha misma.

?En enfrentamientos con fuerzas militares dan muerte a soldados que provienen de sectores populares. ¿Qué dicen ante esto?

?En nuestros acumulados guerrilleros ubicados en vastas regiones del país las fuerzas armadas actúan como un ejército de ocupación, precisamente porque ven a la población como su enemigo. Dolorosamente los soldados del ejército, así como todo el componente base de las fuerzas armadas del Estado, son jóvenes de los estratos más humildes de nuestra población, arrastrados a engrosar las filas militares y policiales, ante la carencia de un empleo digno y para tener derecho a la Libreta Militar que es un documento de identidad indispensable acá en nuestro país. Asimismo, ser militar o policía es estar bien remunerado económicamente, por ello no le es difícil al Estado tener hoy unas fuerzas armadas de medio millón de personas. Recuérdese los mal llamados ?falsos positivos?: asesinaron a miles de personas civiles luego de ser engañadas con falsas promesas de empleo y luego muertas en falsos enfrentamientos armados y presentadas como guerrilleros muertos en combate para obtener como recompensa remuneración económica, vacaciones o ascensos. En consecuencia con todo lo anterior, les envío un saludo a todos los miembros de las fuerzas armadas de Colombia, decirles que en la lucha por la independencia contra el imperio español, oficiales y soldados al mando de Bolívar, y los demás próceres independentistas, demostraron su heroísmo, su patriotismo y su condición de pueblo aguerrido, pero luego de ello la oligarquía los ha conducido por el camino de la antipatria para servir a intereses foráneos y defender los inmensos capitales de propiedad de los potentados.

?¿Qué responden ante la acusación de ser una ?narcoguerrilla??

?Todos nuestros Congresos, que son los eventos de máxima expresión democrática, han definido y ratificado un deslinde categórico del ELN con el narcotráfico y en esto no hay cabida para otra postura. Preferimos tener muy escasos recursos materiales antes que involucrarnos en tan detestable negocio. Somos de principios, de escrúpulos y nunca hemos aceptado eso de que el fin justifica los medios. Respetamos a las personas y familias que han sido empujadas al trabajo en los cultivos de uso ilícito, ellos no son narcotraficantes sino trabajadores de una actividad ilícita a la que los empujaron las circunstancias. Esa es responsabilidad del Estado colombiano que convirtió a Colombia en una narco-república, no sólo por lo de los cultivos, procesamiento y comercio de los narcóticos, sino porque sus instituciones lo estimularon y se involucraron en él, al punto que no existen instituciones estatales y gubernamentales que no hayan estado involucradas en ello y eso es de conocimiento público. El ELN no es dueño de cultivos ilícitos, ni de procesamientos, ni tiene rutas de narcotráfico. Nada más elocuente que los hechos y lo decimos con autoridad moral.

?¿Qué rol cree que pueden cumplir los países de Unasur y en especial el gobierno de la Argentina en lograr una paz duradera?

?Nosotros defendemos la tesis de que hoy es imposible la lucha en solitario de un solo pueblo y una sola sociedad porque sus enemigos están dentro y fuera de las fronteras. Asimismo los amigos y compañeros de lucha de los pueblos y las sociedades están dentro y fuera de las fronteras, y con ellos hay que contar en el desarrollo de la lucha. Estamos seguros de que para un auténtico proceso de paz contamos con todos los pueblos del continente y del mundo y con los gobiernos democráticos y revolucionarios agrupados en Unasur. La presidenta Cristina Fernández ha expresado de manera pública su disposición de contribuir al proceso de paz de Colombia. No tenemos ninguna duda de su voluntad. Hoy de manera particular le enviamos a ella toda nuestra fuerza positiva y solidaridad, con la seguridad de que pronto tendrá buena salud para seguir al frente de su pueblo y su gobierno. Nuestro saludo hoy y siempre al pueblo de la hermana república de San Martín, de Evita Perón, Néstor Kirchner, Darío Santillán. Especial alusión hacemos en este octubre al guerrillero heroico nacido en Argentina y uno de los más grandes internacionalistas, fuente de inspiración de todos los revolucionarios del continente: Ernesto ?Che? Guevara.

?¿Qué consideración hacen del Papa argentino Francisco? ¿Puede aportar a la paz en Colombia?

?Sentimos admiración por las acciones y prédicas a favor de los pobres del mundo del papa Francisco, es valiente para desafiar los inmensos poderes de las jerarquías ricas y tradicionales de la Iglesia. Dios quiera que su paso por el papado de Roma favorezca las luchas de los auténticos cristianos del mundo. Asimismo su máxima autoridad como jerarca de la Iglesia Católica le permite aportar en la búsqueda de la paz de Colombia junto a otros pastores que han mostrado disposición en ello. Bienvenidos los aportes del papa Francisco.

A lo largo de toda esta lucha, ¿le ha tocado dar muerte a alguien.

?He participado junto a decenas y centenas de guerrilleros en varias confrontaciones militares contra las fuerzas armadas del Estado colombiano y en otras donde ellos nos han atacado; en ellas ha habido militares muertos y heridos y también han caído guerrilleros. De manera individual o fuera de combate no he dado muerte a ninguna persona y espero que no me toque vivir esa experiencia; asumo la guerra porque me han obligado a ella los señores del poder, pero no quisiera que nadie muriera, no tengo odios individuales con nadie, pienso que todos los humanos debemos vivir largamente y no morir violentamente. Nadie merece morir, todos merecemos vivir.

?¿Cómo sería la reconversión del ELN en fuerza puramente política no armada? En ese caso, ¿usted qué haría? ¿Sería candidato a elecciones?

?Es muy difícil esa aproximación por lo hipotética; en todo caso la lucha nos ha enseñado a actuar en las más particulares circunstancias y nada de lo que haya que hacer en cumplimiento de la lucha revolucionaria nos será extraño.

lunes, 28 de octubre de 2013

Critican las FARC al Procurador General de Colombia.

COLOMBIA

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) criticaron hoy aquí al procurador general de la nación suramericana, Alejandro Ordóñez, a quien calificaron de perseguidor de los derechos ciudadanos y de libertades políticas.
El guerrillero Pablo Catatumbo, integrante de la delegación insurgente que participa en la mesa de conversaciones en La Habana, opinó que el Ministerio Público no había registrado una figura tan reaccionaria como la del actual Procurador. Contrario a sus funciones constitucionales -agregó- Ordóñez ha montado una suerte de tiranía de la inquisición y se ha convertido en un intransigente Torquemada.

Según Catatumbo, el Procurador persigue a aquellos que luchan por la paz, y "cualquier asomo de pensamiento que no comulgue con su evangelio retardatario y neoliberal, el libre desarrollo de la

personalidad, o quien no coincida con sus prejuicios de extrema derecha".

En declaraciones a la prensa desde el Palacio de Convenciones de La Habana -sitio que acoge las pláticas desde noviembre pasado- el guerrillero dejó entender que la posición de Ordóñez con la exsenadora Piedad Córdova y el alcalde Gustavo Petro son un ejemplo de lo antes dicho.

A la primera "no le perdona su compromiso con la paz democrática, con los derechos humanos y con el pueblo", mientras que a Petro no le tolera la defensa de lo público y su visión incluyente de ciudad, expresó.

En opinión del grupo armado, la permanencia de Ordóñez en este cargo en nada contribuye a la construcción de la democracia en Colombia.

Así mismo, los guerrilleros consideraron esto una afrenta a la democracia y una negación categórica de los derechos civiles y políticos, a la vez que insistieron que la figura del Procurador debe ser la de un librepensador y no un inquisidor.

Finalmente, exigieron que este tipo de cargos públicos sea sometido al ejercicio de la elección popular.

Por su parte, la delegación gubernamental informó que el jefe de ese grupo, Humberto de La Calle, no estaría hoy en la mesa por asistir como conferencista al foro "Justicia para la paz, encuentro de la jurisdicción ordinaria", organizado por la Corte Suprema de Justicia colombiana.

A pesar de su ausencia, las conversaciones continuarán desarrollándose normalmente y sin modificación alguna en el cronograma.

sábado, 20 de octubre de 2012

Con la instalación de la mesa de diálogo en las afueras de Oslo, comenzó el proceso de paz que desarrollarán las FARC-EP y el gobierno de Colombia.

COLOMBIA

IVAN MÁRQUEZ, DE LAS FARC:
"No se puede encadenar este proceso a una política enfocada exclusivamente 
en la obtención desaforada de ganancias para unos pocos capitalistas"

LA HABANA / ANNCOL / OCTUBRE 19 / 
El acto público tuvo su inicio con la intervención del vocero principal del gobierno, Humberto de la Calle Lombana y prosiguió con las palabras del jefe de la delegación de las FARC-EP, Iván Márquez, integrante del Secretariado Nacional de la organización insurgente.

A continuación, damos a conocer el texto completo del discurso de las FARC-EP:

Nuestro sueño, la paz con justicia social y soberanía

"La paz que hemos querido nosotros, por la cual hemos luchado por mucho tiempo, ha sido siempre buscando que en este paísse acaben las desigualdades que son tan poderosas"
Manuel Marulanda Vélez

Señoras y señores
Amigas y amigos de la paz de Colombia
Compatriotas




Hemos venido hasta este paralelo 60, hasta esta ciudad de Oslo desde el trópico remoto, desde el Macondo de la injusticia, el tercer país más desigual del mundo, con un sueño colectivo de paz, con un ramo de olivo en nuestras manos.
Venimos a esta Noruega septentrional a buscar la paz con justicia social para Colombia por medio del diálogo, donde el soberano, que es el pueblo, tendrá que ser el protagonista principal. En él reposa la fuerza irresistible de la paz. Ésta no depende de un acuerdo entre voceros de las partes contendientes. Quien debe trazar la ruta de la solución política es el pueblo y a él mismo le corresponderá establecer los mecanismos que han de refrendar sus aspiraciones.

Las dos delegaciones en Oslo
Tal emprendimiento estratégico no puede concebirse como un proceso contra reloj. La pretendida paz exprés que algunos promocionan, por su volátil subjetividad y por sus afanes, sólo conduciría a los precipicios de la frustración. Una paz que no aborde la solución de los problemas económicos, políticos y sociales generadores del conflicto, es una veleidad y equivaldría a sembrar de quimeras el suelo de Colombia. Necesitamos edificar la convivencia sobre bases pétreas, como los inamovibles fiordos rocosos de estas tierras, para que la paz sea estable y duradera.
No somos los guerreristas que han querido pintar algunos medios de comunicación, venimos a la mesa con propuestas y proyectos para alcanzar la paz definitiva, una paz que implique una profunda desmilitarización del Estado y reformas socioeconómicas radicales que funden la democracia, la justicia y la libertad verdaderas. Venimos aquí con el acumulado de una lucha histórica por la paz, a buscar, codo a codo con nuestro pueblo, la victoria de la solución política sobre la guerra civil que destroza a Colombia. No obstante, nuestra determinación tiene la fortaleza para enfrentar a los guerreristas que creen que con el estruendo de las bombas y de los cañones pueden doblegar la voluntad de quienes mantenemos en alto las banderas del cambio y la justicia social.

Usme, sur de Bogota, extrema pobreza para centenares de miles colombianos
No se puede encadenar este proceso a una política enfocada exclusivamente en la obtención desaforada de ganancias para unos pocos capitalistas a los que no les importa para nada la pobreza que abate al 70% de la población. Ellos sólo piensan en el incremento de su botín, no en la reducción de la miseria. Más de 30 millones de colombianos viven en la pobreza, 12 millones en la indigencia, el 50% de la población económicamente activa, agoniza entre el desempleo y el subempleo, casi 6 millones de campesinos deambulan por las calles víctimas del desplazamiento forzoso. De 114 millones de hectáreas que tiene el país, 38 están asignadas a la exploración petrolera, 11 millones a la minería, de las 750 mil hectáreas en explotación forestal se proyecta pasar a 12 millones. La ganadería extensiva ocupa 39.2 millones. El área cultivable es de 21.5 millones de hectáreas, pero solamente 4.7 millones de ellas están dedicadas a la agricultura, guarismo en decadencia porque ya el país importa 10 millones de toneladas de alimentos al año. 
Más de la mitad del territorio colombiano está en función de los intereses de una economía de enclave.
En nuestra visión, colocar sobre la mesa el asunto del desarrollo agrario integral como primer punto del acuerdo general remite a asumir el análisis de uno de los aspectos centrales del conflicto. El problema de la tierra es causa histórica de la confrontación de clases en Colombia. En palabras del comandante Alfonso Cano ³las FARC nacimos resistiendo a la violencia oligárquica que utiliza sistemáticamente el crimen político para liquidar a la oposición democrática y revolucionaria; también como respuesta campesina y popular a la agresión latifundista y terrateniente que inundó de sangre los campos colombianos usurpando tierras de campesinos y colonos.

Aquello que fue causa esencial del alzamiento armado y de una heroica resistencia campesina, a lo largo del tiempo se ha agudizado. La geofagia de los latifundistas acentuó la desequilibrada e injusta estructura de la tenencia de la tierra. El coeficiente GINI en el campo alcanza el 0,89. ¡Espantosa desigualdad! Los mismos datos oficiales dan cuenta de que las fincas de más de 500 hectáreas corresponden al 0.4% de los propietarios que controlan el 61.2% de la superficie agrícola. Se trata de una acumulación por desposesión, cuya más reciente referencia habla de 8 millones de hectáreas arrebatadas a sangre y fuego a través de masacres paramilitares, fosas comunes, desapariciones y desplazamiento forzoso, crímenes de lesa humanidad, acentuados durante los 8 años de gobierno de Uribe, todos ellos componentes del terrorismo de Estado en Colombia.

Para las FARC, Ejército del Pueblo, el concepto TIERRA está indisolublemente ligado al territorio; son un todo indivisible que va más allá del aspecto meramente agrario y que toca intereses estratégicos, vitales, de toda la nación. Por eso la lucha por el territorio está en el centro de las luchas que se libran hoy en Colombia. Hablar de tierra significa para nosotros hablar del territorio como una categoría que además del subsuelo y el sobresuelo entraña relaciones socio- históricas de nuestras comunidades que llevan inmerso el sentimiento de patria, que concibe la tierra como abrigo, y el sentido del buen vivir. Al respecto debiéramos interiorizar la profunda definición del Libertador Simón Bolívar sobre qué es la patria, nuestro suelo, nuestro territorio: ³Primero el suelo nativo que nada -nos dice-, él ha formado con sus elementos nuestro ser; nuestra vida no es otra cosa que la esencia de nuestro propio país; allí se encuentran los testigos de nuestro nacimiento, los creadores de nuestra existencia y los que nos han dado alma por la educación; los sepulcros de nuestros padres yacen allí y nos reclaman seguridad y reposo; todo nos recuerda un deber, todo nos excita sentimientos tiernos y memorias deliciosas; allí fue el teatro de nuestra inocencia, de nuestros primeros amores, de nuestras primeras sensaciones y de cuanto nos ha formado. ¿Qué títulos más sagrados al amor y a la consagración?

Higinios Olmos, campesino en Calamar sufre doble;
la politica neoliberal y la fumigación de su yuca

Partimos de esta visión para alertar a Colombia toda: la titulación de tierras, tal como la ha diseñado el actual gobierno, es una trampa; encarna una suerte de despojo legal a través del cual se busca que el campesino, una vez con el título de propiedad en sus manos, no tenga otra salida que la de vender o arrendar a las trasnacionales y conglomerados financieros, a los que sólo les interesa el saqueo exacerbado de los recursos minero-energéticos que están debajo del suelo. Dentro de su estrategia está la utilización del suelo para extender las explotaciones forestales y las inmensas plantaciones, no para resolver el grave problema alimentario que padece nuestro pueblo, sino para producir agro-combustibles que alimentarán automóviles. En el mejor de los casos, la gente del campo quedará con una renta miserable, pero alejada del terruño y confinada en los cinturones de miseria de las grandes ciudades. Al cabo de 20 o 30 años de contrato nadie se acordará del verdadero dueño de la tierra. Lo aseguramos sin vacilación: la bancarización de la tierra derivada de la titulación, acabará ³tumbándole² la tierra al campesino. Nos están empujando a la extranjerización de la tierra y al desastre ambiental dinamizado brutalmente por la explotación minero-energética y forestal.La naturaleza como fuente de información genética no puede ser convertida en botín de las trasnacionales. Nos oponemos a la invasión de las semillas transgénicas y a la privatización y destrucción de nuestra biodiversidad y a la pretensión de hacer de nuestros campesinos pieza del engranaje de los agro-negocios y sus cadenas agroindustriales. Están en juego la soberanía y la vida misma.

En estos términos, la titulación no es más que la legalidad que pretende lavar el rostro ensangrentado del despojo que durante décadas ha venido ejecutando el terrorismo de Estado. Para una trasnacional es más presentable decir ³tengo un título minero² a que se le sindique de haber financiado grupos paramilitares y desterrado a una población para hacer viable su proyecto extractivo. Dentro de esta dinámica en Colombia el régimen asesina no sólo con sus planes de guerra, con sus paramilitares y sicarios, sino también con sus políticas económicas que matan de hambre. Hoy hemos venido a desenmascarar a ese asesino metafísico que es el mercado, a denunciar la criminalidad del capital financiero, a sentar al neoliberalismo en el banquillo de los acusados, como verdugo de pueblos y fabricante de muerte.

No nos engañemos: la política agraria del régimen es retardataria y engañosa. La verdad pura y limpia, como dice el Libertador Simón Bolívar, es el mejor modo de persuadir. La mentira sólo conduce a la agudización del conflicto. El fin último de tales políticas, en detrimento de la soberanía y del bienestar común, es dar seguridad jurídica a los inversionistas, liberalizar el mercado de tierras y lanzar el territorio al campo de la especulación financiera y mercados de futuro. Independientemente de que exista o no la insurgencia armada, ésta política multiplicará los conflictos y la violencia.

Acumulación por desposesión y nueva espacialidad capitalista, eh ahí la fórmula del proyecto político-económico de las élites neoliberales haciendo chorrear sangre a la patria de la cabeza a los pies.
Es a esto a lo que nos resistimos. Las FARC no se oponen a una verdadera restitución y titulación de tierras. Por años hemos luchado, como pueblo en armas, por una reforma agraria eficaz y transparente, y es precisamente por ello que no se puede permitir que se implemente el despojo legal que el gobierno proyecta con su ley de tierras. Por medio de la violencia del Plan Colombia y el proyecto paramilitar, se preparó el territorio para el asalto de las trasnacionales. La ley general agraria y de desarrollo rural, es esencialmente un proyecto de reordenamiento territorial concebido para abrirle campo a la economía extractiva en contra de la economía campesina, en desmedro de la soberanía alimentaria y del mercado interno, al superponer el mapa minero-energético sobre el espacio agrícola. Ni siquiera se tiene en cuenta la promoción de una agroecología que permita una interacción amigable con la naturaleza.


Jesús Santrich, Iván Márquez y Rodrigo Granda, las FARC en Oslo


Por otro lado, la restitución de tierras tiene que aludir a las tierras que les arrebataron violentamente a los campesinos, indígenas y afro descendientes, y no a baldíos distantes de sus sitios raizales de existencia, también codiciados hoy por las multinacionales. Pero resulta que este es un problema que tiene que ver con todo el pueblo colombiano y que de hecho está salpicando de conflictos todo el territorio. Hay una profunda inconformidad del país nacional con el hampa financiera que se está apropiando de la Orinoquía. Ahora han aparecido unos tales ³nuevos llaneros² que de llaneros no tienen nada, como los magnates Sarmiento Angulo y Julio Mario Santodomingo (hijo), los terratenientes Eder del Valle del Cauca, el señor Efromovich, el ex vicepresidente Francisco Santos (gestor del paramilitar Bloque Capital), los hijos de Uribe Vélez, entre otros filibusteros, que ningún derecho tienen sobre esas tierras y que sólo quieren clavar sus garras en el petróleo, el oro, el coltán, el litio, explotar grandes proyectos agroindustriales y la biodiversidad de la altillanura. Abordar el asunto agrario es discutir con el país sobre estos problemas. Que hablen los verdaderos llaneros, esos de piel tostada por el sol de los bancos de sabana; esos que por siglos han convivido en armonía con los morichales y el vuelo de las garzas y de los alcaravanes; esos de pies descalzos que con su histórica bravura empuñaron las lanzas para darnos la libertad.

El pueblo tiene la palabra: Ahí está la patriótica resistencia de los trabajadores petroleros contra la canadiense Pacific-Rubiales en Puerto Gaitán, cuyo escenario de saqueo fue preparado con sangre por los paramilitares de Víctor Carranza. Diariamente el vampiro trasnacional se lleva más de 250 mil barriles de petróleo, mientras le succiona la sangre a más de 12 mil 500 trabajadores tercerizados que como esclavos tienen que trabajar 16 horas diarias por 21 días continuos por una semana de descanso. Su situación laboral es más atroz que la impuesta por los enclaves bananeros de los años 20.
Ahí está la resistencia de los pobladores del Quimbo, donde el gobierno pretende sacar a patadas a la gente que ha vivido allá más de un siglo, destruyendo así sus trayectorias culturales, de vida, y su entorno ambiental. ¿Vamos a dejar acaso que se hiera de muerte al río de la patria que es el Río Grande de la Magdalena, sólo para construir una represa que generará energía para la exportación y no para resolver la demanda interna de millones de colombianos que no tienen acceso a la energía eléctrica? Para el gobierno están primero las ganancias de la trasnacional EMGESA que la suerte de las familias que quedarán desarraigadas.
Ahí está la resistencia de los pobladores de Marmato (Caldas), gente humilde que siempre ha vivido de la explotación artesanal aurífera y que ahora la trasnacional MEDORO RESOURCES quiere borrar del mapa para convertir esa aldea en la mina de oro a cielo abierto más grande del continente. Recordemos aquí, que hasta la iglesia colombiana ha acompañado esa justa lucha en la que el " target="_blank">sacerdote José Idárraga, líder del Comité Cívico Pro defensa de Marmato, fue acribillado por los esbirros de las trasnacionales.
Ahí está la formidable resistencia indígena y campesina en el Cauca en defensa de su territorio y de sus culturas ancestrales, y la de sus hermanos afrocolombianos, guardianes patrióticos de la soberanía del pueblo sobre el Pacífico y nuestras selvas.

Insisten las castas dominantes en destrozar el páramo de Santurbán, riqueza de biodiversidad y de aguas que sacian la sed de ciudades importantes como Bucaramanga y Cúcuta. Por la codicia del oro pretenden destruir la alta montaña y la pureza de las aguas del río Suratá. La dignidad de los hijos de José Antonio Galán, el comunero, ha movilizado la resistencia, unificando incluso al pueblo llano con el empresariado local, que ha comenzado a entender, que esta es una lucha de toda Colombia.

¿Cómo vamos a permitir que por complacer la voracidad por el oro de la ANGLO GOLD ASHANTI se le entregue a esta multinacional el 5% de nuestro territorio? El proyecto extractivo de esa empresa en La Colosa (Cajamarca) dejará una gran devastación ecológica y privará de agua a 4 millones de colombianos que dependen de sus fuentes hídricas.

La locomotora minera es como un demonio de destrucción socio-ambiental que si el pueblo no la detiene, en menos de una década convertirá a Colombia en un país inviable. Frenemos ya las locomotoras físicas del Cerrejón y de la Drummond que durante las 24 horas del día saquean nuestro carbón, asperjan polución al paso de sus interminables vagones, dejándonos, como dice el cantautor vallenato, Hernando Marín, sólo socavón y miseria. Frenemos a la BHP BILLITON, a XSTRATA y la ANGLO AMERICAN, que para extraer 600 millones de toneladas de carbón que yacen bajo el lecho del río Ranchería, pretenden desviar su curso, lo que disminuirá el caudal de sus aguas en un 40% generando devastación ambiental y destrucción irreparable al tejido social de los pueblos Wayúu.
Toma de los carriles en Cerrejon para impedir la Locomotora Neoliberal y transnacional
Qué asustadizo se ve al gobierno para defender la soberanía frente a la trasnacional BHP BILLITON que saquea en descarada actitud de lesa patria el ferroníquel de Cerro Matoso (Córdoba), y a la que sigue colmando de gabelas en detrimento de la soberanía, el bienestar social y el medio ambiente.
Hay que poner fin a esa monstruosidad que son los contratos a 20 y 30 años que privilegian los derechos del capital en menoscabo del interés común.
Y claro, se escuchan a los portavoces del gobierno y la oligarquía proclamando el crecimiento de la economía nacional y sus exportaciones. Pero no, en Colombia no hay economía nacional. Quienes exportan el petróleo, el carbón, el ferroníquel, el oro y se benefician con ello, son las multinacionales. La prosperidad, entonces es de éstas y de los gobernantes vendidos, no del país.
Este no es un espacio para resolver los problemas particulares de los guerrilleros, sino los problemas del conjunto de la sociedad; y dado que uno de los factores que más impacta negativamente a la población es la subscripción de los Tratados de Libre Comercio, éste es un tema que tendrá que abordarse indefectiblemente. Pobre Colombia obligada a competir con las trasnacionales con una infraestructura arruinada por la corrupción y la desidia.

Entonces la paz? sí. Sinceramente queremos la paz y nos identificamos con el clamor mayoritario de la nación por encontrarle una salida dialogada al conflicto abriendo espacios para la plena participación ciudadana en los debates y decisiones.
Pero la paz no significa el silencio de los fusiles, sino que abarca la transformación de la estructura del Estado y el cambio de las formas políticas, económicas y militares. Sí, la paz no es la simple desmovilización. Decía el comandante Alfonso Cano: ³Desmovilizarse es sinónimo de inercia, es entrega cobarde, es rendición y traición a la causa popular y al ideario revolucionario que cultivamos y luchamos por las transformaciones sociales, es una indignidad que lleva implícito un mensaje de desesperanza al pueblo que confía en nuestro compromiso y propuesta bolivariana². Necesariamente tendremos que abocar las causas generadoras del conflicto y sanear primero el cangro de la institucionalidad. Claro, desde el punto de vista estrictamente económico, para una trasnacional es más fácil saquear los recursos naturales del país sin la resistencia popular y guerrillera. Apoyados en ejercicios sencillos de matemática, podemos afirmar que la guerra es insostenible para el Estado, por las siguientes consideraciones:

El gasto militar en Colombia es de los más altos del mundo en proporción a su Producto Interno Bruto. Este alcanza el 6.4% cuando hace 20 años estaba por el orden del 2.4%; es decir, se ha triplicado, y eso es relevante. El gasto militar actualmente oscila entre 23 y 27 billones de pesos al año, descontando que Colombia es el tercer receptor de ³ayuda² militar estadounidense en el mundo y que por cuenta del Plan Colombia recibe una financiación equivalente a 700 millones de dólares al año.
Fuerzas Especiales de las FF.MM. desfilando el 20 de julio en Bogota
En Colombia hay un régimen jurídico que se acompaña con la protección militar de las inversiones. De unos 330.000 efectivos de las Fuerzas Militares, 90 mil soldados son utilizados para cuidar la infraestructura y las ganancias de las multinacionales. El enorme gasto que esto representa, aunado al costo de la tecnología empleada, pone en evidencia los límites de la sostenibilidad de la guerra. Nosotros hacemos un llamado sincero a los soldados de Colombia, a los oficiales y sub oficiales, a los altos mandos que aun sientan en su pecho el latir de la patria, a recobrar el decoro y la herencia del ideario bolivariano, que reclama a los militares emplear su espada en defensa de la soberanía y las garantías sociales. Qué bueno sería protagonizar el surgimiento de unas nuevas Fuerzas Armadas. No más sumisión a Washington, no más subordinación al Comando Sur y no más complacencia con la expansión de bases militares extranjeras en nuestro territorio.
Esa es la hoguera que arde en nuestro corazón; por eso no pueden ser más que un agravio los llamados instrumentos jurídicos de justicia transicional que apuntan a convertir a las víctimas en victimarios. Que se tenga presente, que el alzamiento armado contra la opresión es un derecho universal que asiste a todos los pueblos del mundo, que ha sido consagrado en el preámbulo de la declaración de los derechos humanos aprobada por la ONU en 1948, y que además es un derecho consignado en muchas constituciones de las naciones del mundo. No somos causa sino respuesta a la violencia del Estado, que es quien debe someterse a un marco jurídico para que responda por sus atrocidades y crímenes de lesa humanidad como los 300 mil muertos de la denominada época de la violencia en los años 50, que responda por los 5 mil militantes y dirigentes de la Unión Patriótica asesinados, por el paramilitarismo como estrategia contrainsurgente del Estado, por el desplazamiento de cerca de 6 millones de campesinos, por los más de 50 mil casos de desaparición forzada, por las masacres y los falsos positivos, por las torturas, por los abusos de poder que significan las detenciones masivas, por la dramática crisis social y humanitaria; en síntesis que responda por el terrorismo de Estado. Quien debe confesar la verdad y reparar a las víctimas son sus victimarios atrincherados en la espuria institucionalidad.

Somos una fuerza beligerante, una organización política revolucionaria con un proyecto de país esbozado en la Plataforma Bolivariana por la Nueva Colombia, y nos anima la convicción de que nuestro puerto es la paz, pero no la paz de los vencidos, sino la paz con justicia social.

Tropas guerrilleras de las FARC-EP en algún lugar de Colombia
La insurgencia armada motivada en una lucha justa no podrá ser derrotada con bombarderos ni tecnologías, ni planes por muy sonoros y variados que sean sus denominaciones. La guerra de guerrillas móviles es una táctica invencible. Se equivocan aquellos que embriagados de triunfalismo hablan del fin del fin de la guerrilla, de puntos de inflexión y de derrotas estratégicas, y confunden nuestra disposición al diálogo por la paz con una inexistente manifestación de debilidad. Nos han golpeado y hemos golpeado, sí. Pero con el romancero español podemos decir: ³por fortuna os vanagloriáis porque vuestras armas están bruñidas; en cambio mirad las mías, qué amelladas están, porque hieren y han sido heridas². Así son los avatares de la guerra. El Plan Patriota del Comando Sur de los Estados Unidos ha sido derrotado y la confrontación bélica se extiende hoy con intensidad por todo el territorio nacional. No obstante en nosotros palpita un sentimiento de paz fundado en el convencimiento de que la victoria siempre estará en manos de la voluntad y la movilización de nuestro pueblo. ³Este es un mensaje de decisión, decía hace poco Alfonso Cano: aquí en las FARC nadie está amilanado, ¡estamos absolutamente llenos de moral, de moral de combate!.
Presidente Santos, fundemos la paz tomando como base los anhelos de la nación.

Convocamos a todos los sectores sociales del país, al Ejército de Liberación Nacional, ELN, a los Directorios de los partidos políticos, a Colombianas y Colombianos por la Paz, organización que liderada por Piedad Córdoba trabajó denodadamente por abrir esta senda, a la Conferencia Episcopal y a las iglesias, a la Mesa Amplia Nacional Estudiantil (MANE), a la Coordinadora de Movimientos Sociales de Colombia (COMOSOCOL), a los promotores del Encuentro por la Paz de Barranca, a los indígenas, a los afro-descendientes, a los campesinos, a las organizaciones de desplazados, a la ACVC, a la Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina (ANZORC), a las centrales obreras, a las mujeres, al movimiento juvenil colombiano, a la población LGTBI, a los académicos, a los artistas y cultores, a los comunicadores alternativos, al pueblo en general, a los migrados y exiliados, a la Marcha Patriótica, al Polo Democrático, al Congreso de los Pueblos, al Partido Comunista, al MOIR, a la Minga Indígena, a los amantes de la paz en el mundo, para que llenen de esperanza este intento de solución diplomática del conflicto.

Simón Trinidad ya manifestó desde la cárcel imperial de Florence (Colorado), donde está condenado injustamente a 60 años de presidio, su total disposición para participar en los diálogos por la paz de Colombia. En un acto de sensatez la Fiscalía colombiana ha dicho que él tiene todo el derecho a hacer parte de la delegación de las FARC en la mesa de conversaciones y el Consejo Superior de la Judicatura ofreció la tecnología y la logística para que eso sea posible. El gobierno de los Estados Unidos haría un gran aporte a la reconciliación de la familia colombiana, facilitando la participación de Simón, de cuerpo presente en esta mesa.

Finalmente queremos expresar nuestra eterna gratitud a los gobiernos y pueblos de Noruega, Cuba, Venezuela y Chile, que desplegaron sus esfuerzos mancomunados desde Escandinavia, desde el Caribe, desde la cuna de Simón Bolívar y desde el indómito Arauco de Neruda y Allende, para que el mundo pueda contemplar el prodigio de la nueva aurora boreal de la paz. También resaltamos la contribución del CICR como garante del traslado de voceros de las FARC desde agrestes regiones colombianas bajo el fuego.

Rendimos homenaje a nuestros caídos, a nuestros prisioneros de guerra, a nuestros lisiados, a la abnegación de las Milicias Bolivarianas, al Partido Comunista Clandestino y al Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia, y junto a ellos al pueblo fiel que nutre y acompaña nuestra lucha.

Sin aún comenzar la discusión, no coloquemos como espada de Damocles, a pender amenazas sobre la existencia de esta mesa. Sometamos las razones de cada una de las partes contendientes al veredicto de la nación, a la veeduría ciudadana. No permitamos que los manipuladores de opinión, desvíen el rumbo de esta causa necesaria que es la reconciliación y la paz de los colombianos en condiciones de justicia y dignidad. La gran prensa no puede seguir actuando como juez inicuo frente al conflicto, porque como decía Cicerón, ³un juez inicuo es peor que un verdugo². De los esfuerzos de todos y de la solidaridad del mundo, depende el destino de Colombia. Que la oración por la paz de Jorge Eliécer Gaitán ilumine nuestro camino:³Bienaventurados los que entienden que las palabras de concordia y de paz no deben servir para ocultar sentimientos de rencor y exterminio. ¡Malaventurados los que en el gobierno ocultan tras la bondad de las palabras la impiedad para los hombres del pueblo, porque ellos serán señalados con el dedo de la ignominia en las páginas de la historia!

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Damos la bienvenida a este nuevo emprendimiento por la paz con justicia social. Todos, por la solución incruenta del conflicto colombiano.

¡Viva Colombia/ Viva Manuel Marulanda Vélez/ Viva la paz!

Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP

FUENTE: ANNCOL