domingo, 27 de mayo de 2012

El Papa Benedicto XVI fue visto sereno pero apesadumbrado, este sábado en un encuentro con miles de miembros italianos de Renovación Carismática Católica en la Plaza de San Pedro.



El Papa, que no es ajeno a los últimos acontecimientos que surgieron muy cerca suyo  no puede disimular su preocupación, como: “El arresto de su mayordomo, Paolo Gabriele por filtrar, en los últimos meses,  documentos reservados  del Vaticano”.
Pero esto es el comienzo ya que buscan  a otros ‘topos’ y  se esperan nuevos arrestos en los próximos días.
El Papa, en la Plaza de San Pedro, se puso en su cuello el vistoso pañuelo rojo que le regalaron y en  su discurso los animó a ‘continuar dando testimonio de la alegría de la fe en Cristo, de la belleza de ser discípulos de Jesús y de la potencia del amor de su Evangelio’.
El viernes último se sintió según sus palabras ‘dolorido e impresionado al descubrir la traición de la persona que le acompañaba cada día, desde la primera hora de la mañana hasta el momento en que se retiraba a descansar’.
Paolo Gabrieli  era una de las siete personas que compartían la vida diaria del Papa, por eso  nadie podía sospechar de la traición.
Paolo Gabriele, de 46 años y con doble nacionalidad, italiana y vaticana, pasó  dos noches en una celda de la Gendarmería Vaticana, y continúa reflexionado sobre las preguntas en torno a sus cómplices, o sea a las personas que le entregó los  documentos.
El portavoz del Vaticano,  Federico Lombardi, indicó hoy que  “Ha concluido la primera fase de ‘instrucción sumaria’ bajo la dirección del Promotor de Justicia (fiscal) Nicola Picardi, y ha comenzado la fase de ‘instrucción formal’ a cargo del Juez Instructor Piero Antonio Bonnet”.
“ Paolo Gabriele ha nombrado  a dos abogados de su confianza, habilitados para actuar ante el Tribunal Vaticano, y se ha reunido ya con ellos”.
“La fase de instrucción continuará hasta completar el cuadro de la situación, tras lo cual el juez instructor decidirá la absolución o bien el envío a juicio”.
Paolo Gabrieli que  tiene  una esposa y tres hijos, puede llegar a recibir una pena máxima de 30 años de cárcel por robo de correspondencia privada de un jefe de Estado.
Para la justicia, por ahora, ‘la tarea más urgente es la búsqueda de los demás topos’ para poner fin al robo  de los documentos.

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