PARAGUAY
ASUNCIÓN ? El nuevo gobierno paraguayo del presidente Federico Franco se encontraba aislado este domingo de sus vecinos latinoamericanos, que en forma unánime cuestionaron la legitimidad de la destitución el viernes de su predecesor, Fernando Lugo.
En las calles de Asunción, la situación era de normalidad aparente en el primer domingo tras el cambio de gobierno. El centro estaba desierto y los comercios cerrados, como cualquier otro día feriado.
En el suburbio de Lambaré, donde tiene su residencia Fernando Lugo, la paz la alteraba sólo el enjambre de periodistas que esperaban sus declaraciones.
Las complicaciones más graves para el gobierno de Franco se presentan por ahora en el frente externo.
Sus socios del Mercado Común del Sur (Mercosur), Argentina, Brasil y Uruguay, decidieron el sábado retirar o llamar en consulta a sus embajadores, después de que los países de la ALBA (Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua) anunciaran que "no reconocerán" al nuevo gobierno.
El nuevo gobierno paraguayo acudirá a la próxima cita del bloque, el jueves y el viernes en Mendoza, en el norte de Argentina, anunció el nuevo canciller, José Félix Fernández Estigarribia.
"Asistiremos a la cumbre del Mercosur", dijo Fernández Estigarribia en una conferencia de prensa en la cancillería en Asunción, precisando que él integrará la delegación pero sin aclarar si también viajará el nuevo presidente, Federico Franco.
"Voy yo y mi vicecanciller", explicó sobre la primera gran cita internacional que tenía Paraguay tras el cambio de gobierno el viernes.
Brasil, principal socio comercial de Paraguay (60% del total) con grandes intereses en el país, calificó la destitución de Lugo de "ruptura del orden democrático".
"El gobierno brasileño condena el rito sumario de destitución del mandatario de Paraguay decidido el 22 de junio pasado, en que no fue adecuadamente asegurado el amplio derecho de defensa" y "considera que el procedimiento adoptado compromete el pilar fundamental de la democracia, condición esencial para la integración regional", según un comunicado de la cancillería.
"Las medidas a ser aplicadas a raíz de la ruptura del orden democrático en Paraguay están siendo evaluadas con los socios del Mercosur y de Unasur, a la luz de los compromisos con la democracia en el ámbito regional", precisó la cancillería brasileña.
A falta de la confirmación definitiva del gobierno peruano, todo apunta a que la Unasur abordará los acontecimientos el miércoles en Lima.
"Me parece que nos están convocando para el próximo miércoles en Perú y Ecuador va a proponer que se aplique la cláusula democrática, no podemos cohonestar patrañas con envolturas legalistas", dijo el presidente ecuatoriano, Rafael Correa.
Tres diplomáticos visitaron ayer a Franco en el palacio residencial: el embajador de Estados Unidos James H. Thessin, el embajador alemán Claude Robert Ellner, acompañado del ministro de Cooperación Económica y de Desarrollo de Alemania, Dirk Niebel, que consideró "un proceso normal" la destitución de Lugo, y el nuncio apostólico Eliseo Ariotti.
La Iglesia Católica es la que se ha mostrado más satisfecha con la destitución de Lugo, un obispo católico suspendido ad divinis por la Santa Sede, al ser el nuncio apostólico el primer diplomático que visito a Franco y después ofició una misa en la catedral a la que asistió el nuevo presidente. La jerarquía católica paraguaya había instado públicamente a Lugo a renunciar después de que la Cámara de Diputados decidiera iniciarle juicio político.
El nuevo presidente liberal se encuentra a la defensiva ante la condena unánime que ha suscitado entre sus vecinos la destitución de su antiguo compañero de fórmula.
En entrevista con la AFP, Franco afirmó que pediría ayuda a Lugo para desactivar el aislamiento regional en que se encuentra su gobierno.
Poco después, el presidente destituido se hizo persente en un canal de televisión y respaldó las medidas que están tomando los vecinos de Paraguay y reiteró que fue derrocado por un "golpe parlamentario".
"La comunidad internacional lee con objetividad y serenidad el proceso paraguayo, ya saben ustedes que los presidentes de Argentina, Brasil y Uruguay están retirando sus embajadores", dijo Lugo satisfecho.
Aunque Paraguay parece en calma desde la destitución, las tensiones sociales que provocaron la crisis política que costó el cargo a Lugo, están latentes.
José Rodríguez, líder de la Liga Nacional de Carperos, el movimiento de campesinos sin tierra que protagonizó el violento enfrentamiento de ocho días atrás en Curuguaty con un saldo de 11 campesinos y 6 policías muertos, que desató la crisis política, llamó a sus seguidores a "permanecer movilizados".
Sin embargo, Franco dijo a la AFP que "no tiene sentido crear una comisión" que investigue la matanza de campesinos y policías en la ciudad de Curuguaty. La comisión, con apoyo de la OEA, había sido anunciada por Lugo un día antes que se iniciaran los trámites para su juicio político.
Lugo fue destituido el viernes luego que el Senado lo halló culpable de la acusación de "mal desempeño de sus funciones" por una mayoría de 39 votos a favor y 4 en contra.
Franco, que como vicepresidente asumió la presidencia, debe terminar el mandato de Lugo hasta agosto de 2013, y en abril organizar las elecciones presidenciales.
ASUNCIÓN ? El nuevo gobierno paraguayo del presidente Federico Franco se encontraba aislado este domingo de sus vecinos latinoamericanos, que en forma unánime cuestionaron la legitimidad de la destitución el viernes de su predecesor, Fernando Lugo.
En las calles de Asunción, la situación era de normalidad aparente en el primer domingo tras el cambio de gobierno. El centro estaba desierto y los comercios cerrados, como cualquier otro día feriado.
En el suburbio de Lambaré, donde tiene su residencia Fernando Lugo, la paz la alteraba sólo el enjambre de periodistas que esperaban sus declaraciones.
Las complicaciones más graves para el gobierno de Franco se presentan por ahora en el frente externo.
Sus socios del Mercado Común del Sur (Mercosur), Argentina, Brasil y Uruguay, decidieron el sábado retirar o llamar en consulta a sus embajadores, después de que los países de la ALBA (Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua) anunciaran que "no reconocerán" al nuevo gobierno.
El nuevo gobierno paraguayo acudirá a la próxima cita del bloque, el jueves y el viernes en Mendoza, en el norte de Argentina, anunció el nuevo canciller, José Félix Fernández Estigarribia.
"Asistiremos a la cumbre del Mercosur", dijo Fernández Estigarribia en una conferencia de prensa en la cancillería en Asunción, precisando que él integrará la delegación pero sin aclarar si también viajará el nuevo presidente, Federico Franco.
"Voy yo y mi vicecanciller", explicó sobre la primera gran cita internacional que tenía Paraguay tras el cambio de gobierno el viernes.
Brasil, principal socio comercial de Paraguay (60% del total) con grandes intereses en el país, calificó la destitución de Lugo de "ruptura del orden democrático".
"El gobierno brasileño condena el rito sumario de destitución del mandatario de Paraguay decidido el 22 de junio pasado, en que no fue adecuadamente asegurado el amplio derecho de defensa" y "considera que el procedimiento adoptado compromete el pilar fundamental de la democracia, condición esencial para la integración regional", según un comunicado de la cancillería.
"Las medidas a ser aplicadas a raíz de la ruptura del orden democrático en Paraguay están siendo evaluadas con los socios del Mercosur y de Unasur, a la luz de los compromisos con la democracia en el ámbito regional", precisó la cancillería brasileña.
A falta de la confirmación definitiva del gobierno peruano, todo apunta a que la Unasur abordará los acontecimientos el miércoles en Lima.
"Me parece que nos están convocando para el próximo miércoles en Perú y Ecuador va a proponer que se aplique la cláusula democrática, no podemos cohonestar patrañas con envolturas legalistas", dijo el presidente ecuatoriano, Rafael Correa.
Tres diplomáticos visitaron ayer a Franco en el palacio residencial: el embajador de Estados Unidos James H. Thessin, el embajador alemán Claude Robert Ellner, acompañado del ministro de Cooperación Económica y de Desarrollo de Alemania, Dirk Niebel, que consideró "un proceso normal" la destitución de Lugo, y el nuncio apostólico Eliseo Ariotti.
La Iglesia Católica es la que se ha mostrado más satisfecha con la destitución de Lugo, un obispo católico suspendido ad divinis por la Santa Sede, al ser el nuncio apostólico el primer diplomático que visito a Franco y después ofició una misa en la catedral a la que asistió el nuevo presidente. La jerarquía católica paraguaya había instado públicamente a Lugo a renunciar después de que la Cámara de Diputados decidiera iniciarle juicio político.
El nuevo presidente liberal se encuentra a la defensiva ante la condena unánime que ha suscitado entre sus vecinos la destitución de su antiguo compañero de fórmula.
En entrevista con la AFP, Franco afirmó que pediría ayuda a Lugo para desactivar el aislamiento regional en que se encuentra su gobierno.
Poco después, el presidente destituido se hizo persente en un canal de televisión y respaldó las medidas que están tomando los vecinos de Paraguay y reiteró que fue derrocado por un "golpe parlamentario".
"La comunidad internacional lee con objetividad y serenidad el proceso paraguayo, ya saben ustedes que los presidentes de Argentina, Brasil y Uruguay están retirando sus embajadores", dijo Lugo satisfecho.
Aunque Paraguay parece en calma desde la destitución, las tensiones sociales que provocaron la crisis política que costó el cargo a Lugo, están latentes.
José Rodríguez, líder de la Liga Nacional de Carperos, el movimiento de campesinos sin tierra que protagonizó el violento enfrentamiento de ocho días atrás en Curuguaty con un saldo de 11 campesinos y 6 policías muertos, que desató la crisis política, llamó a sus seguidores a "permanecer movilizados".
Sin embargo, Franco dijo a la AFP que "no tiene sentido crear una comisión" que investigue la matanza de campesinos y policías en la ciudad de Curuguaty. La comisión, con apoyo de la OEA, había sido anunciada por Lugo un día antes que se iniciaran los trámites para su juicio político.
Lugo fue destituido el viernes luego que el Senado lo halló culpable de la acusación de "mal desempeño de sus funciones" por una mayoría de 39 votos a favor y 4 en contra.
Franco, que como vicepresidente asumió la presidencia, debe terminar el mandato de Lugo hasta agosto de 2013, y en abril organizar las elecciones presidenciales.
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