1164) Fuentes: Vatican Insider; Infocatolica; viene de NG 1162
Cardenal Bertone: “No quiero por último dejar de manifestar también laperplejidad que recientemente han causado algunas iniciativas promovidas por esa Universidad, tales como: los reconocimientos al Sr. Gregorio Peces-Barba y al Rev.do P. Gastón Garatea Yori, SS.CC., y la programación de unciclo de lectura del libro “Teología de la Liberación: perspectivas”, del P. Gustavo Gutiérrez, organizado por el Centro de Estudiantes de Humanidades, con el respaldo y participación del Departamento de Teología de la PUCP”.
El 24 de julio, el presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, Mons. Salvador Piñeiro García-Calderón, arzobispo de Ayacucho, dio a conocer un comunicado en el que expresa su total adhesión a la medida tomada por la Santa Sede de retirar los títulos de “Pontificia” y “Católica” a la hasta ahora denominada Pontificia Universidad Católica del Perú.
Dura carta del Cardenal Bertone
Una carta inusualmente enérgica del Cardenal Secretario de Estado, Tarcisio Bertone, fue el origen del comunicado del Presidente de la Conferencia Episcopal para zanjar las diferencias surgidas entre los obispos ante la medida tomada por la Santa Sede. Del texto de Bertone surge claramente, entre otras muchas cosas, que no sólo se trata de la administración de una herencia -un tema en la que las autoridades universitarias estaban obrando dolosamente- sino también de cuestiones que agreden la identidad católica de la universidad.
El Cardenal Bertone cita, por ejemplo, las distinciones otorgadas por la ex-PUCP al recientemente fallecido Gregorio Peces Barba, uno de los máximos instigadores, en nombre de la laicidad, del hostigamiento a la Iglesia en la España actual, y al P.Garatea, al que el arzobispo de Lima, Cardenal Juan Luis Cipriani, este año le retiró las licencias ministeriales. Además, el Secretario de Estado vaticano, señala un curso sobre la Teología de la Liberación, auspiciado por el Departamento de Teología de la ex-universidad católica.
Transcribimos el texto de la carta, publicado por Andrés Beltramo en Infocatolica (respetamos los párrafos resaltados por Beltramo):
N. 3169/12/RS
Vaticano, 11 de julio de 2012
Excelencia Reverendísima,
Deseo informarle que en fecha de hoy ha sido enviado al Rector de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), a través de la Nunciatura Apostólica de Lima, el Decreto por el que se prohíbe a dicha Universidad seguir utilizando en su denominación los títulos de Pontificia y de Católica.
Deseo también subrayar que, sin embargo, el mencionado Centro, como persona jurídica publica de la Iglesia, continúa vinculado como antes a la legislacióncanónica en materia de entidades eclesiásticas, administración de bienes y Centros de enseñanza superiores, y que sigue teniendo el deber de acomodar sus Estatutos a la Constitución apostólica Ex Corde Ecclesiae.
Para el bien de la Universidad y por la responsabilidad que tiene la Iglesia en el campo educativo, esa Conferencia Episcopal debe sostener tanto la posición de la Santa Sede como la del Arzobispo de Lima, desautorizando con vigor cualquier intervención contraria e invitando al Episcopado del País a una acción colegial y leal. En caso de eventuales dudas, Usted y los demás Obispos tendrán la amabilidad de consultar al Sr. Nuncio Apostólico en Lima.
Le ruego que evite que esa Conferencia Episcopal sea instrumentalizada por el Rectorado de la Universidad, como lamentablemente ha sucedido con el Comunicado del 17 de abril de 2012, tal y como puede comprobarse a través de la carta abierta que con el título “Carta de la PUCP al Cardenal Tarcisio Bertone”, del 9 de mayo pasado, el Rectorado ha divulgado en el Diario “La República”.
El citado Comunicado no era lo que esta Secretaría de Estado, a través del Sr. Nuncio Apostólico, había solicitado a la Conferencia Episcopal. Al contrario, al invitar a reanudar el diálogo a las partes encontradas, tal Comunicado colocaba en plano de igualdad las diversas posiciones y al sufragar la tesis del Rectorado de la Universidad de dar al caso una “solución integral” hacia propia la propuesta del Rectorado, asumiendo una posición contraria a la justicia y poniendo en dificultad a quienes, en esta materia, se limitan a exigir a la citada Universidad el cumplimiento de la ley canónica y de una voluntad testamentaria.
Lamentablemente ese Comunicado ha contribuido a la desinformación de los fieles sobre lo que está sucediendo y por eso será conveniente que la Conferencia, y en particular su Presidente, repare la desinformación causada.
Por último deseo señalar a Vuestra Excelencia que considero inapropiada la participación de cinco miembros de la Conferencia Episcopal, que además no habían sido elegidos por la Asamblea Plenaria de los Obispos del Perú, en un organismo previsto por unos Estatutos que no han sido legítimamente aprobados.
El Santo Padre espera que, en lo sucesivo, la Conferencia Episcopal preste un decidido y claro apoyo a las decisiones tomadas por la Santa Sede con respecto a la situación de la PUCP y se eviten nuevas incomprensiones y divisiones. Lo que está en juego es el reconocimiento de la libertad y autonomía de la Iglesia para llevar a cabo su propia y específica misión en todos los ámbitos de la sociedad, también en el campo educativo.
Por lo tanto, es de suma importancia que los Obispos estén unidos entre ustedes y con la Sede de Pedro para hacer frente a las cuestiones urgentes que afectan a la vida de la Iglesia, y por tanto a aquellas que atañen a la PUCP.
No quiero por último dejar de manifestar también la perplejidad que recientemente han causado algunas iniciativas promovidas por esa Universidad, tales como: los reconocimientos al Sr. Gregorio Peces-Barba y al Rev.do P. Gastón Garatea Yori, SS.CC., y la programación de un ciclo de lectura del libro “Teología de la Liberación: perspectivas”, del P. Gustavo Gutiérrez, organizado por el Centro de Estudiantes de Humanidades, con el respaldo y participación del Departamento de Teología de la PUCP.
Copia de la presente Carta se envía para conocimiento a todos los Obispos peruanos.
Confiando en el interés que Vuestra Excelencia y todos los miembros de esa Conferencia Episcopal prestaran a los referidos asuntos, por el bien de la Universidad y de la enseñanza católica en ese País, agradezco su colaboración y aprovecho la ocasión para renovarle los sentimientos de consideración en el Señor,
Tarcisio Cardenal Bertone
Secretario de Estado de Su Santidad
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