GRUPO ANTIVIDA PRETENDE ESTABLECER “DERECHO” INTERNACIONAL AL ABORTO.
El CRR fue fundado con el propósito expreso de establecer el aborto como un “derecho” en todo el mundo susceptible a ser puesto en vigor aún por encima de las soberanías nacionales.
Hace algunos años, el CRR radicó una demanda judicial para bloquear la puesta en vigor de una ley de EEUU, que negaba el financiamiento del aborto, su promoción y la revocación de las leyes que lo prohíben en países extranjeros con el dinero de los contribuyentes [1]. El dinero de los contribuyentes de EEUU ha sido utilizado en grandes cantidades, para financiar a organizaciones que realizan campañas para revocar las leyes provida en distintos países. Entre esas organizaciones abortistas cabe señalar a la Federación Internacional de Planificación de la Familia (IPPF, por sus siglas en inglés). El Plan Estratégico Visión 2000 de la IPPFpide a sus afiliadas “aumentar el derecho al acceso al aborto seguro y legal” y “ejercer presión a los gobiernos para que retiren las barreras a dicho acceso”. En general, la ley de EEUU mencionada arriba no tiene ningún efecto en cuanto al financiamiento de ese país a los programas de “asistencia demográfica”, porque cuando un grupo abortista se niega a aceptar esos fondos debido a la política provida vinculada a los mismos, dichos fondos son destinados a otro grupo que está dispuesto a evitar las actividades proaborto [2].
En su demanda, el CRR revela su plan para hacer del aborto un “derecho” humano fundamental en todo el mundo. Por ejemplo, el CRR sostiene que las leyes que penalizan o limitan el aborto violan derechos humanos que han sido reconocidos internacionalmente. El CRR detalla su estrategia de usar todas las conferencias y tratados de la ONU (aun cuando no tienen relación con el asunto en cuestión), para establecer “un derecho al aborto en EEUU y en todos los demás países de la tierra”.
El CRR asegura que está utilizando este y otros instrumentos para intentar legalizar el aborto internacionalmente a través de la ley internacional consuetudinaria, obviando de esa manera la soberanía nacional y el proceso democrático. A diferencia de las leyes de los tratados, la ley internacional consuetudinaria es vinculante para las naciones del mundo, aunque esas naciones no hayan consentido formalmente con dicho vínculo. El CRR dice que la mera repetición de normas legales a través del tiempo puede resultar en el desarrollo de leyes internacionales consuetudinarias, y que la repetición de ese tipo de textos en las conferencias internacionales, a las cuales los Estados han dado su aprobación, es una forma en que ello puede ocurrir.
El CRR se ha jactado de que varias naciones han legalizado el aborto luego de las conferencias de El Cairo y Pekín. Y no ha escatimado esfuerzos en señalar que ello tuvo lugar entre 1993 y el 2000, cuando la ley de EEUU mencionada arriba no estaba en vigor y “las organizaciones no gubernamentales (ONGs) fuera de ese país que recibían dinero de la Agencia de EEUU para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) tenían libertad, con fondos privados, para promover el aborto como un derecho humano” y “para urgir su despenalización…”
El CRR ha continuado promoviendo la legalización del aborto, particularmente en países africanos y latinoamericanos. Por ejemplo, en el 2011, el CRR estableció una nueva oficina regional para América Latina y el Caribe en Bogotá, Colombia, para lograr ese propósito. La presidente del CRR, Nancy Northup, se jactó de “los tremendos avances en cuanto a los derechos reproductivos de las mujeres en América Latina durante la última década, incluyendo la sentencia de una corte constitucional que echó abajo la prohibición total del aborto en un país latinoamericano”.
Fuente: “The Center for Reproductive Rights (CRR) Reveals Strategy to use language, such as ‘reproductive rights’ in UN Conference Documents to Bypass Sovereignty and Establish an International Human Right to Abortion”, NGO Pro-Life and Pro-Family Coalition, 14 de noviembre, 2012.
Notas de VHI:
[1]. Esta ley se llama “Política de Ciudad México”. El nombre es puramente circunstancial. Se le llama así por haber surgido con ocasión de una conferencia internacional de la ONU sobre población y desarrollo que tuvo lugar en Ciudad México en 1984. Debido al latente peligro de la promoción del aborto a nivel internacional derivado de esa conferencia, Ronald Reagan, presidente de EEUU en aquel entonces, impulsó esa medida provida.
[2]. Se refiere al lamentable hecho de que, si bien esos programas no incluyen el aborto quirúrgico, sí incluyen el aborto químico producido, parte del tiempo, por los anticonceptivos hormonales (píldora anticonceptiva, Depro-Provera, Norplant, etc.) y los dispositivos intrauterinos.
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