viernes, 30 de noviembre de 2012

Minga de comunicación en el Cauca.

COLOMBIA


 
(AW) El foro marcará el camino a una construcción colectiva de una política pública de comunicación e información diferencial con miras al respeto por los pueblos originarios.
Por: Claudia Milena González Bernal
Hace un poco más de cuatro meses el departamento del Cauca ubicado al sudeste de Colombia, se convirtió en centro mediático cuando cerca de 3 mil indígenas sacaron de su base a militares y expulsaron de la zona a miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
La zona lleva más de tres décadas padeciendo el fuego cruzado entre guerrilleros, fuerzas militares, policiales, paramilitares y narcotráfico, sin tener respuesta de los gobiernos, pesé a la supuesta política de seguridad democrática promulgada por el ex presidente Álvaro Uribe Vélez. Por tal motivo, la comunidad Páez decidió sacar por su propia mano la guerra de su territorio.
Inmediatamente medios de comunicación como El Tiempo sacaron la fotografía de un militar llorando, legitimando el discurso gubernamental de apoyo a las fuerzas militares, mientras los medios no tradicionales de los pueblos originarios quedaron invisibilizados.
José Vicente Otero, Coordinador del Foro, cuenta que después de lo sucedido en Toribío, la situación de seguridad empeoró, dada la estigmatización generada por los emporios mediáticos que relacionaron a los indígenas con la guerrilla. "Hoy en día, tenemos catorce emisoras en la zona y todas están amenazadas. La situación está tensa por la presencia de grupos ilegales, empresas multinacionales y militares", afirmó.
Como este caso son muchos los que a diario ocurren en el interior del país, y por ello surge la necesidad de crear espacios de reflexión y acción y es así como nace el Foro Nacional de Comunicación Indígena bajo el lema: "Hacia una política pública diferencial de comunicación e información para los pueblos indígenas de Colombia".
El certamen que se llevó a cabo entre el 26 y 30 de noviembre del presente año, fue convocado por el Concejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) y la Asociación de Medios de Comunicación Indígenas de Colombia (Red-AMCIC).
Se contó con la participación de 760 personas compuestas entre 46 colectivos de comunicación de 102 pueblos originarios; invitados de Argentina, Bolivia, México, Estados Unidos y Canadá, miembros de la Vicepresidencia de la República, del Ministerio de Cultura, Educación e Interior, representantes afro descendientes, campesinos y académicos. En total se contó con 9 mesas de comunicación.
José Vicente Otero, Coordinador del Foro, contó que tardaron aproximadamente 9 meses en preparar la logística de dicho evento, aunque ya se contaba con algunos antecedentes: en 2006 se realizó el Encuentro Nacional de Comunicación Indígena en Sivila, Cauca y en la 1ª cumbre Continental de Comunicación indígena del Abya Yala de 2010 también se había planteado el tema.
El enfoque de este foro fue, sin embargo, tejer entre las distintas comunidades ideas y propuestas a nivel comunicacional, analizando la realidad de los territorios, creando metodologías para la formulación de proyectos y compartiendo conocimiento con países más avanzados al respecto.
En el caso de Argentina se contó con la participación de Mónica Charole del Instituto del Aborigen Chaqueño, quién habló sobre la ley de comunicación audiovisual promulgada hace dos años y la cual, aunque promete ser más democrática y plural, también tiene falencias por resolver. El caso de Bolivia también se tuvo en cuenta al ser un estado plurinacional cuya población mayoritariamente indígena, tiene un 28% de habitantes que hablan en quechua y un 18% en Aymara, siendo las políticas más abiertas y diversas.
José Vicente Otero, puntualizó así mismo en la necesidad de tener en cuenta aspectos lingüísticos, cosmogónicos, espirituales, tradicionales y rituales a la hora de crear medios alternativos y señaló que en Colombia no hay una política de comunicación pública.
"Los medios están al servicio de unos pocos con poder político y económico, fortaleciendo una comunicación al servicio del rating", señaló.
Así mismo Otero reconoció que a pesar de haber 102 comunidades, el problema radicaba en que no se conocían entre ellas, pero en ese sentido el foro resultó ser un éxito como punto de unión. De igual manera, evidenció que para ellos comunicar no es sólo informar pues "nuestra conceptualización de comunicación es mucho más amplia, encierra idioma materno, costumbres, las mingas comunitarias, los tejidos que hacen las mujeres en sus manifestaciones culturales y el fogón, entre muchas cosas más".
De hecho estos pueblos hablan de palabras que se caminan y de caminos que se hacen palabreando. Así, su visión ética y política, explícita en la página principal del CRIC (http://www.cric-colombia.org/portal/), reitera que el camino ancestral es indispensable para salvar la vida y que el saber indígena, sin ser cárcel de costumbres, es fundamento del tejido colectivo.
La jornada inició con un ritual de armonización en círculo para representar la unidad con la pacha mama y se dio paso a la minga comunicativa alrededor del fuego. Los más viejos hicieron un llamado a revalorizar la cultura y espiritualidad de sus pueblos, respetando y cuidando la tierra para garantizar la vida. También recordaron que la comunicación prioritaria está con la tierra y los espíritus que guían la lucha.
Durante el certamen también hubo muestras cinematográficas, danza, medicina ancestral y muestras artesanales que hicieron parte, como temáticas, de las discusiones y expresiones cotidianas de las cosmogonías indígenas.
Desde muy temprano en la mañana arribaron colectivos con representantes de comunidades originarias de Nariño, Amazonas, Cauca, Antioquia, Tolima, Huila, Guajira, Chocó y Caquetá. Mientras grupos musicales con letras alusivas a la madre tierra, daban la bienvenida.
Durante el último día del foro se concertó realizar la próxima reunión el 15 de diciembre - aún no se define lugar-, pero la idea es seguir con los debates y tareas para que la ley se haga realidad.
Otero argumentó que en el borrador de dicha ley estará plasmada la visión comunitaria y no comercial de estos medios, razón por la cual requerirían auspicios para mantenerse. "Las emisoras de la policía o del ejército están exentas de impuestos y nosotros no", aseguró, explicando, de ante mano, que la situación en la zona es difícil porque en general los periodistas trabajan como voluntarios y no ganan nada.
Así mismo solicitarán herramientas de trabajo y tecnologías, pero además de ello exigirán información responsable y respetuosa por parte de los medios de comunicación estatales, cuidando el legado de los indígenas para evitar estigmatizaciones como las del diario El Tiempo a raíz del caso de Toribío. Se pedirá, entre otras cosas, reconocimiento a otras formas de pensar y hacer comunicación.
"Exigimos buena información, coherente y no folclorización de nuestras costumbres y sobre eso el gobierno deberá tener control", finalizó el dirigente.

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