sábado, 1 de diciembre de 2012

El vicepresidente Amado Boudou, conocido delincuente narcokirchnerista, participó en representación de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quién no viajó por consejo médico, de la VI Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) que se inició hoy en Lima, Perú.



También se encuentra el Lima el canciller Héctor Timerman. Recibidos por el presidente anfitrión Ollanta Humala; participan de la cumbre el mandatario de Uruguay, José Mujica; de Colombia, Juan Manuel Santos; de Chile, Sebastián Piñera; de Surinam, Desiré Delano Bouterse; y de Guyana, Donald Ramotar, en tanto que los jefes de Estado que no pudieron asistir enviaron a sus representantes.
En el discurso de apertura de las sesiones el presidente Ollanta Humala destacó que “hoy resulta más imperativo que nunca” la unión de los países de la América del Sur, y exhortó a los mandatarios de la región reunidos en Lima a “hacer frente juntos a los desafíos que impone el contexto internacional”.
“Hoy resulta más imperativo que nunca la unión para profundizar nuestras relaciones e intentar enfrentar los peligros comunes, que representan la desigualdad, la pobreza, el cambio climático, la violación de los procesos democráticos, el terrorismo y otras formas de inestabilidad”, afirmó el mandatario peruano.
“Mientras otras regiones buscan mecanismos para superar la crisis, nosotros estamos en condiciones de seguir creciendo para mejorar las condiciones de vida de nuestros pueblos”.
Destacó “la gran diversidad de América del Sur, como resultado de las migraciones y el mestizaje, donde se hablan 300 lenguas nativas, lo que constituye un crisol cultural. En este contexto debemos generar las condiciones para el desarrollo, la paz y seguridad para todos”.
El mandatario peruano puso de relieve que “no es posible pensar en la integración sin la consolidación de la democracia” y agregó que el aporte del Perú es la creación del Centro de Estudios para la Democracia.
Destacó que se debe fortalecer la democracia reduciendo las brechas de la desigualdad. “El paradigma es igualar para crecer y crecer para igualar. No es posible construir la democracia en medio de la miseria; América latina sigue siendo la región más desigual, y tenemos que dar prioridad a esa lucha contra la desigualdad”.
También puso de relieve que la Unasur “contribuye al desarrollo de un nuevo orden internacional, más tolerante” instando a converger en pos de ese objetivo.

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