domingo, 23 de junio de 2013

La movilización se extendió en un centenar de ciudades. En Brasilia, parte de la gente buscó ingresar a la Casa de Gobierno y a la Cancillería. Intervino el Ejército. Hubo un muerto y decenas de heridos.

Violentos choques al cierre de un histórico día de protestas

21/06/13
Cientos de miles de personas se movilizaron ayer en un centenar de ciudades brasileñas. Se hablaba de 50.000 sólo en Recife, la capital pernambucana y 300.000 en Río de Janeiro. Pero de las manifestaciones, que habían comenzado en forma pacífica, se desgajaron grupos que atentaron contra los principales edificios públicos. En Brasilia, el Ejército rodeó el Palacio del Planalto donde se encontraba ayer la presidenta Dilma Rousseff. Dos centenares de soldados y policías federales formaron un escudo humano alrededor de la imponente sede gubernamental.

En Río de Janeiro, también hubo graves choques. El saldo provisorio de la jornada indicaba un muerto y decenas de heridos.

La víctima fatal se produjo en San Pablo y era una joven de 18 años que fue atropellada por un vehículo en una de las marchas.

En la capital nacional las protestas ?Despierta Brasilia? sirvieron de escudo de grupos de desaforados que procedieron a atacar también el Palacio de Itamaraty, sede de la diplomacia brasileña. Quebraron vidrios y tiraron bombas incendiarias y llegaron hasta el segundo piso, donde el canciller Antonio Patriota tiene sus oficinas. También fue preciso establecer un fuerte cordón de seguridad en el Congreso. La tropa de choque rechazaba la ofensiva con spray de gas lacrimógeno.

En Río, donde la gran movilización se realizaba sin incidentes terminó, frente a la intendencia carioca con un enfrentamiento con las fuerzas de las policía militar. Dispersados en ese lugar, estos manifestantes se dirigieron hacia el Maracaná, pero se toparon con un bloque del Batallón de Choque que, gases lacrimógenos y balas de goma mediante, impidieron la depredación. También hubo choques en Recife y San Salvador. Trascendió, más tarde, que el gobernador del estado fluminense, Sergio Cabral, fue advertido por el ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, que la facción del narcotráfico Comando Vermelho ?podría cometer actos terroristas durante la manifestación?.

En Río se vio a militantes ?nacionalistas? ?como se autodefinieron? partir a la agresión contra militantes de la Central Única de Trabajadores y de agrupaciones políticas como los izquierdistas PSTU, PSOL y la Unión Nacional de Estudiantes. Una joven, que se identificó como Marina, lloraba frente a las cámaras de TV por lo que consideró una ?intolerancia? de esos grupos. La muchacha declaró: ?Vivimos en un país democrático y esto no debería suceder. Quemar una bandera es quemar el ideal de una persona?.

En San Pablo, la manifestación tuvo una dimensión limitada. Militantes de izquierda fueron hostilizados por los más desaforados que portaban cuchillos. Esto llevó a los integrantes de esas organizaciones, que en otras marchas habían tenido una presencia masiva sin ser cuestionados, a dejar rápidamente el lugar de la convocatoria. Uno de los manifestantes, el joven Cléber Tavares, de 23 años, dijo que a él le tiraron ?una pedrada en la cabeza?.

En Manaos, la capital del estado de Amazonas, acogió a 60.000 manifestantes según informaron las agencias de noticias brasileñas. Fue una marcha pacífica donde la gente reclamó por mejoras en la calidad del transporte, la salud y en la educación. A esa primera demanda se sumó luego una gran crítica por los gastos del campeonato mundial del año entrante.

El gobierno federal y los gobernadores apostaron a calmar un ambiente caldeado desde hace varios días por los reajustes en los pasajes del transporte público. Las grandes capitales, como San Pablo y Río, terminaron por ceder el miércoles anular los aumentos. Y todo permitía suponer que las marchas de hoy se desarrollaría en calma y con clima de victoria. Pero la actuación de activistas contra los palacios gubernamentales, contra la prensa y contra manifestantes que se identificaban como de izquierda, terminaron por opacar la fiesta. Después de semejantes desmanes,  difícilmente se recomponga de inmediato la capacidad de movilización que la multitud había venido demostrando en estas dos últimas semanas.

PROTESTAS

Manifestantes y policía se enfrentan cerca de estadio de Fortaleza antes de juego Brasil-México

Unos 15.000 manifestantes que protestan contra los gastos del Mundial de fútbol cerca del estadio de Fortaleza se enfrentaron este miércoles con la policía antes del juego entre Brasil y México por la Copa Confederaciones, y al menos dos resultaron heridos, constataron periodistas de la AFP.

Escrito por: Javier TOVAR

Miércoles 19 de junio de 2013 


Protestas en Brasil / AFP

Los manifestantes, que se encuentran a 3 km del estadio, lanzaban piedras contra el batallón de choque de la policía y la policía montada, que respondía con gases lacrimógenos y balas de goma para evitar que traspasen las barreras.

Una persona fue herida en un ojo por una bala de goma y otra fue retirada del lugar en camilla.

?Avanza, avanza, avanza?, rugía la multitud. ?La orden es que no avancen?, dijo un policía a la AFP. Son unos 15.000 manifestantes, según la policía caminera.

El partido entre México y Brasil está previsto para las 16H00 locales (19H00 GMT) en el estadio Castelao.

Un profesor vale más que Neymar

Antes del enfrentamiento con los efectivos de seguridad, los manifestantes cantaron el himno nacional y corearon ?¡Brasil, vamos a despertar, un profesor vale más que Neymar!?.

Más de 250.000 personas han salido a las calles de varias ciudades del país en los últimos días para denunciar los multimillonarios gastos públicos en la Copa de Confederaciones y el Mundial y para exigir un transporte público mejor y más barato, así como una salud y educación pública de calidad.

Las protestas, las mayores en 21 años, reflejan el hartazgo de parte de la población, en su mayoría de clase media, con la clase política que dirige a la séptima economía del mundo, donde a pesar del crecimiento y la reducción de la pobreza en la última década persisten enormes problemas sociales.

?Mientras usted ve televisión, yo cambio el país. Fútbol no, queremos educación?, se lee en una pancarta, denunciando los 15.000 millones de dólares de dinero público que se invierten en el Mundial de Fútbol 2014, del que la Copa Confederaciones es su ensayo general y se celebra en seis ciudades del país hasta el 30 de junio.

Agentes de la fuerza nacional, que depende de la policía federal e interviene en disturbios sociales o en situaciones excepcionales, refuerzan cinco de las seis sedes de la Confederaciones, en los estados de Rio de Janeiro, Bahia, Minas Gerais, Ceará y el Distrito Federal de Brasilia, indicó el Ministerio de Justicia en un comunicado, sin dar más precisiones.

La seguridad en Fortaleza, la capital de Ceará, una ciudad de 3,5 millones de habitantes y extensas playas, rodeada de dunas gigantes, fue reforzada también por la policía estatal con 6.000 efectivos adicionales.

Otras manifestaciones tenían lugar o están previstas el miércoles en Sao Paulo, Brasilia y Rio Branco, entre otras ciudades.

La última gran protesta reunió el martes a unas 50.000 personas que se manifestaron pacíficamente en Sao Paulo, aunque unos 300 jóvenes sembraron el caos frente a la alcaldía, que intentaron invadir antes de incendiar una camioneta de la televisora Récord, un quiosco policial y saquear tiendas.

En la zona sur de Sao Paulo, cientos de personas marchaban esta mañana.

?Por ahora es una manifestación pacífica?, informó una responsable de prensa de la policía a la AFP.

Marcha atrás

Tras una semana de grandes protestas en todo Brasil, las autoridades federales y locales empezaron a tender la mano a los manifestantes admitiendo la legitimidad de sus demandas y dando pasos para la anulación del aumento de los boletos de transporte.

Porto Alegre (sur), Recife (noreste) y otras ciudades brasileñas anunciaron el martes reducciones en el precio del transporte público tras las multitudinarias protestas de los últimos días.

El alcalde de Sao Paulo, Fernando Haddad, indicó el miércoles en rueda de prensa que el Congreso estudia un proyecto para exonerar al sector de transporte que podría reducir la tarifa en Sao Paulo.

Pero reiteró que bajar la tarifa es ?una decisión difícil? que implicaría ?recortes en otras áreas?.

La presidenta Dilma Rousseff, que prometió que escuchará a los manifestantes y explicó las manifestaciones a raíz de la corrupción, hizo el martes un viaje relámpago a Sao Paulo para reunirse con su padrino político, el expresidente Luiz Inácio Lula Da Silva (2003-2010) y con Haddad.

Eduardo Paes, el alcalde de Rio, donde el lunes tuvieron lugar las mayores y más violentas protestas del país con 100.000 personas en las calles, admitió que el transporte público es de ?muy poca calidad?, y se dijo dispuesto a negociar el valor del pasaje de autobús.

A un año del Mundial-2014 y con la llegada del Papa y la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en julio, las protestas cuestionan la capacidad de Brasil para organizar grandes eventos y la efectividad del gobierno para contener la elevada inflación -6,5% en base anual-, así como la desaceleración de la economía. AFP

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