BRASIL
Pese a que las manifestaciones son en menor escala, cada protesta termina con enfrentamientos violentos.
1 de agosto 2013
La revuelta social que sacudió a Brasil en junio con masivas manifestaciones prosigue a menor escala y liderada por grupos más radicales en Río de Janeiro y Sao Paulo, donde cada protesta termina en violencia.
El miércoles, unas 700 personas marcharon por el centro de Rio de Janeiro para exigir la renuncia o un juicio político al impopular gobernador, Sergio Cabral. La protesta terminó con la invasión del concejo municipal, que fue desalojado por la policía con gases y fuerzas de choque, después de no conseguir mediante una negociación que los manifestantes dejaran el lugar. La noche antes, otra protesta contra el gobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, fue dispersada por la policía con gases lacrimógenos y balas de goma, después de que los manifestantes atacaran una agencia bancaria y una concesionaria de automóviles. La violencia se desató al final de la manifestación.
Los manifestantes, convocados a través de las redes sociales y entre los cuales figuraban integrantes del grupo anarquista Black Bloc, exigen la desmilitarización de la policía estatal, heredada de la dictadura (1964-1985) y cuyos métodos son cuestionados. Al mismo tiempo, en Goiania (centro oeste), 50 manifestantes enmascarados incendiaron neumáticos, rompieron vidrios de una concesionaria de automóviles y lanzaron piedras contra los coches en una protesta contra el gobernador.
En Belo Horizonte (sureste del país), unas 40 personas sin techo desocuparon la alcaldía, que habían invadido días antes, tras recibir promesas del alcalde sobre futuras viviendas. Una decena de agencias bancarias habían sido destrozadas el viernes de noche en Sao Paulo, en otra protesta.
Y una manifestación el día de la llegada del papa Francisco a Rio degeneró en violencia, cerca de donde el pontífice se reunía con la presidenta brasileño, Dilma Rousseff. La protesta había sido convocada contra el gobernador Cabral y también contra el gasto público que implicó la visita del papa a Rio. Otra protesta fue convocada para el jueves en la favela la Rocinha, donde un albañil de 42 años, Amarildo de Souza, desapareció hace 15 días sin dejar rastro, tras ser interrogado por policías. ¿Dónde está Amarildo?, preguntaban sin cesar los manifestantes este miércoles.
La popularidad de Cabral ha caído al 12 por ciento, la más baja para un gobernador en todo el país. El gobernador ha dado marcha atrás en varios de sus proyectos más impopulares, como la demolición de un centro acuático cerca del estadio Maracaná, y ha prometido movilizar a todo el Gobierno para hallar a Amarildo, pero los manifestantes no ceden.
Protestas en Río de Janeiro y Sao Paulo
por desaparición de hombre detenido por la policía
En Copacabana, Río de Janeiro, también se han realizado acciones de protesta. o)
Jueves 1 de Agosto de 2013,
Nuevas protestas se efectuaron en las ciudades de Río de Janeiro y Sao Paulo, ubicada al sureste de Brasil, motivadas por la desaparición de un hombre hace dos semanas luego de ser detenido por la policía. Los manifestantes también solicitaban la dimisión de los gobernadores de ambos estados.
Nuevas protestas se desarrollaron este jueves en la ciudad de Río de Janeiro y Sao Paulo, ubicadas en el sureste brasileño, en demanda de explicaciones por la desaparición de un ciudadano que fue detenido hace 15 días.
El ciudadano del cual se desconoce su paradero es Amarildo de Souza, un albañil de 42 años. El hombre desapareció hace dos semanas sin dejar rastro luego de una operación policial.
Al menos 600 manifestantes se congregaron en la favela La Rocinha, situada en Río de Janeiro; mientras otros 300 brasileños imitaban la acción en las principales calles de Sao Paulo. Los participantes cuestionaban ?¿Dónde está Amarildo??.
La protesta también demandó la renuncia de los gobernadores de ambos estados, Sergio Cabral, de Río de Janeiro; y Geraldo Alckmin, de Sao Paulo. En torno a estas acciones, el gobernador Cabral declaró a la radio CBN que ?el pueblo pregunta y nosotros somos los primeros en querer saber dónde está?.
Black Bloc, un grupo autodenominado como anarquista, convocó la protesta en Sao Paulo a través de las redes sociales.
El pasado mes de junio, Brasil se vio inmerso en masivas y constantes manifestaciones en demanda de mejoras en la seguridad, salud y educación. Igualmente, reclamaban los gastos en los que incurrió el Gobierno del país para la Copa del Mundo, así como el aumento de los precios del transporte público.
Posteriormente, tras la visita del Papa Francisco al país para celebrar la Jornada Mundial de la Juventud, se mantuvieron las acciones. En este caso, expresaban el rechazo a los gastos que se han realizado para la visita del Sumo Pontífice a la nación.
Brasil invertirá en el transporte de Sao Paulo tras las protestas
jueves 1 de agosto de 2013
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BRASILIA (Reuters) - La presidenta de Brasil anunció el miércoles una importante inversión en el sistema de transporte de Sao Paulo, la mayor ciudad de Brasil y donde las protestas por el alza en las tarifas de autobús provocaron el mes pasado un estallido de descontento nacional que afectó la popularidad de la mandataria.
Dilma Rousseff dijo que se invertirán 3.000 millones de reales (980 millones de euros) en dinero federal para la construcción de 99 kilómetros de nuevas vías rápidas que mejorarán la velocidad de los servicios de autobuses en Sao Paulo, la capital financiera del país.
"Las ciudades brasileñas no pueden pretender que las personas pasen seis horas de sus vidas todos los días en un autobús", dijo la mandataria durante un evento en Sao Paulo, donde también anunció la entrega de fondos para limpiar la contaminación de los arroyos y ríos de la ciudad.
Fueron las protestas contra las alzas planificadas de las tarifas del transporte público en Sao Paulo las que encendieron una oleada masiva de manifestaciones contra el alto coste de la vida, los precarios servicios públicos y el mal uso de los fondos gubernamentales.
En su máximo nivel de convocatoria, un millón de personas tomó las calles de las principales ciudades de Brasil, lo que sacudió al mundo político y socavó la popularidad de Rousseff a un punto tal que son poco claras las posibilidades de que sea reelegida el año próximo.
Las deficiencias del transporte público, uno de los principales motivos de ira para los brasileños, se producen tras décadas de negligencia y falta de inversión. La deteriorada infraestructura del país se ha convertido en un obstáculo para el crecimiento económico.
A partir de las protestas, y ante la proximidad de las elecciones, Rousseff ha estado presionada a aumentar el gasto mientras intenta recuperar credibilidad como una líder fiscalmente responsable.
En Sao Paulo y Río de Janeiro se siguen realizando protestas y disturbios esporádicos que exigen la salida de los gobernadores de esos estados.
Rousseff anunció inversiones adicionales por 3.600 millones de reales para drenar y limpiar ocho arroyos y recuperar los manantiales que alimentan dos embalses que proveen de agua potable a Sao Paulo.
Por otra parte, el Gobierno invertirá 1.500 millones de reales en la construcción de viviendas para reubicar a las familias que viven en los bancos de los arroyos y embalses, agregó la presidenta.
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