La guerra narco no da tregua en México donde la violencia es expresada de las formas más macabras. En este caso, nueve cuerpos (cuatro mujeres y cinco hombres) fueron colgados de una autopista en la ciudad de Nuevo Laredo, en la frontera con Estados Unidos.
Los cadáveres aparecieron en el puente llamado Colosio ubicado en la autopista conocida como Carretera Nacional.
Además, otros 23 cuerpos aparecieron decapitados dentro de bolsas negras frente al edificio de la Asociación de Agentes Aduanales. Más tarde, las cabezas fueron halladas en tres hieleras, sobre otro puente peatonal frente a la alcaldía.
Con los cadáveres, los narcotráficos dejaron una nota donde sostenían que los muertos habían sido responsables de poner un coche bomba frente al edificio de Seguridad Pública de la ciudad. Se los acusó de “calentar la plaza”, que en la jerga de los cárteles de la droga significa hacer “demasiado ruido” para atraer a la policía.
Algunos testigos dijeron haber visto a un grupo de personas colgando los cuerpos alrededor de la una de la mañana. Las víctimas tenían vendas en los ojos y signos de tortura.
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