lunes, 30 de julio de 2012

El Mundo calla mientras continua la masacre de musulmanes en Myanmar / Por Kourosh Ziabari.

MYANMAR: 

Mohammad Hossein Nikzad, un amigo personal y alumno avanzado de ciencias políticas me acaba de llamar hace unas horas, preocupado hablando de la terrible situación de los musulmanes Rohingya en Myanmar y las atrocidades que los Rakhines budistas están cometiendo en este país de Asia oriental.


Me hizo ver el flagrante desinterés de los principales medios de comunicación ante el desgarrador genocidio de los musulmanes en Myanmar, diciendo que hay tan sólo unos pocos sitios de noticias web de ?segunda fila? y algunas agencias iraníes de noticias que han dado cobertura sobre la marcha de dichos acontecimientos.


Y, por desgracia, tenía razón. Mi búsqueda de informes basados en hechos y artículos sobre la masacre de los musulmanes de Myanmar por los budistas extremistas no arrojó resultados significativos. Tan sólo he encontrado algunos informes ilustrados con la quema de niños en Myanmar publicados por sitios de noticias web de Irán, un artículo de Ramzy Baroud, que se volvió a publicar en algunos periódicos de Asia y un editorial por el Dr. Salami Ismail en Press TV.


Ni Reuters, ni el New York Times, ni el Washington Post, Fox News, ni tampoco sus compañeros y compinches en Francia, Alemania, Gran Bretaña, Australia y Canadá, han pronunciado tan sólo una sola palabra acerca de los dolorosos días que los musulmanes de Myanmar están padeciendo.


Los Rohingyas son un pueblo musulmán que viven en la región de Arakan. Desde 2012, unos 800.000 rohingyas viven en Myanmar. Las Naciones Unidas dicen que son una de las minorías más perseguidas del mundo. Como resultado de la discriminación sistemática que han sufrido en los últimos años, muchos de ellos han emigrado a Bangladesh y Malasia, y en la actualidad 300.000 Rohingya musulmanes viven en Bangladesh y 24.000 en Malasia.


La persecución de los musulmanes Rohingya se remonta a principios de la Segunda Guerra Mundial, cuando las fuerzas japonesas invadieron Birmania, que estaba entonces bajo el dominio colonial británico. Se dice que el 28 de marzo de 1942, alrededor de 5.000 musulmanes fueron masacrados en los municipios de Minbya y Mrohaung por los nacionalistas de Rakhine. Según Amnistía Internacional, los musulmanes Rohingya han sufrido violaciones de sus derechos humanos durante mucho tiempo y, como resultado, decenas de ellos emigraron a la vecina Bangladesh, para procurarase unas mejores condiciones de vida.


Un ejemplo de la discriminación contra los musulmanes Rohingya es que se les niega el derecho a la ciudadanía por el gobierno. Muchos de ellos han huido a Bangladesh, y hasta 111.000 de ellos viven en la zona fronteriza entre Tailandia y Myanmar.


Según el sitio web de la Organización Nacional de los Rohingya Arakan (ARNO http://www.rohingya.org ), los musulmanes Rohingya requieren permiso del gobierno para casarse, se les prohíbe tener más de dos hijos por familia y son sometidos a la esclavitud moderna a través del trabajo forzado. Debido a que el gobierno nacional les niega el derecho a la ciudadanía en su patria, muchos Rohingyas tienen sus tierras confiscadas y tienen restringidos los viajes.


Human Rights Watch considera que la denegación del derecho de la ciudadanía es el problema más importante que afrontan los musulmanes Rohingya. El gobierno de Myanmar considera a los Rohingyas ?extranjeros residentes?. Esta falta de plenos derechos de ciudadanía significa que los Rohingya son objeto de otros abusos, incluídos las restricciones a su libertad de movimiento, limitaciones discriminatorias en el acceso a la educación, y la confiscación arbitraria de los bienes .


Fuentes independientes han informado a Human Rights Watch de que las autoridades gubernamentales siguen exigiendo a los musulmanes Rohingya a realizar trabajos forzosos. Según HRW, los que se niegan o se quejan son amenazados físicamente, a veces con la muerte, y niños de tan solo siete años de edad han sido vistos en equipos de trabajo forzado.


Pero, una vez más, lo que puso de manifiesto la deplorable situación de los musulmanes Rohingya, fueron los ?disturbios del estado de Rakhine en 2012?, que llevó al asesinato de 10 musulmanes Rohingya los cuales fueron asesinados por una muchedumbre de 300 Rakhine mientras volvían en su camino de regreso de la antigua capital del país Rangún. Se dice que tres jóvenes Rohingya violaron y mataron a una mujer Rakhine y como el gobierno condenó a dos de ellos a la pena de muerte, un grupo autónomo de extremistas nacionalistas de Rakhine atacaron un autobús de musulmanes Rohingya asesinando a diez de ellos. De acuerdo con un grupo de ONG´s con sede en Reino Unido, 650 musulmanes Rohingya fueron asesinados del 10 al 28 de junio, 1.200 permanencen desaparecidos y más de 80.000 fueron desplazados como resultado de los disturbios, incendios premeditados y violaciones.


Según informó Associated Press, 1.336 viviendas pertenecientes a los musulmanes Rohingya fueron quemadas durante los disturbios. Sin embargo, The Platform, una organización de derechos humanos del Reino Unido sitúa esta cifra en 6000. El ejército birmano y la policía fueron acusados de jugar un papel relevante al tener como objetivo a los Rohingyas a través de detenciones masivas y de violencia arbitraria.


Debido a un apagón de los medios de comunicación en Myanmar y la falta de acceso directo de los periodistas independientes en la región, es imposible verificar el número de aquellos que han sido asesinados o que sus casas fueron destruidas en los recientes disturbios, sin embargo, lo que está claro es que los musulmanes Rohingya están experimentando dificultades intolerables y debe ser prestada la debida atención por la comunidad internacional.


En las últimas semanas, la líder de la oposición birmana y Nobel de la Paz 1991 Aung San Suu Kyi fue noticia, cuando se anunció que finalmente pronunciaría su discurso de aceptación del Premio Nobel en el Ayuntamiento de Oslo dos décadas después de haber sido galardonada con el premio y después de casi dos años de ser liberada de su arresto domiciliario. Sin embargo, Suu Kyi imperdonablemente ignoró la difícil situación de los musulmanes Rohingya y nunca pronunció una palabra sobre las penurias e injusticias que les han sucedido.


En un acto flagrante de censura, los medios de comunicación occidentales también han mantenido al margen de la masacre de los musulmanes Rohingya, mostrando su fuerte sesgo anti-musulman y su actitud hipócrita hacia el concepto de los derechos humanos.


Los musulmanes Rohingyas de Myanmar viven en condiciones sumamente deplorables. El gobierno dictatorial de Myanmar ha desatendido intencionadamente sus suplicas y la comunidad internacional hace la vista gorda a su sufrimiento. ¿Está en el cumplimiento de nuestros valores humanos el permanecer indiferente y apático ante esta incalificable tragedia?.


Los medios de comunicación occidentales están dirigidos por una serie de islamófobos relacionados con el lobby israelí. ¿No es nuestro deber el levantarse y protestar por su indiferencia ante el sufrimiento de los musulmanes de Myanmar?

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