*EUSKAL HERRIA / PAIS VASCO*
Uribetxebarria por fin libre: «Mila esker, Euskal Herria»
«Mi tiempo se está acabando; solo quiero pasarlo con dignidad». Ese era
el deseo que el arrasa- tearra expresaba en su entrevista y por fin
podrá cumplirlo. Tarde y mal, bajo duras presiones y con la oposición de
la forense y la Fiscalía, la Audiencia Nacional decidió hacer firme su
libertad.
Oihane LARRETXEA-Ramón SOLA
Una de las noticias más esperadas de los últimos tiempos por la sociedad
vasca salía a las 19.54 de la Audiencia Nacional española y volaba en
segundos hasta las puertas del Hospital Donostia. Allí, desde las 17.00
-hora en la que los cinco magistrados de la Sección Primera de la Sala
de lo Penal se disponían a deliberar sobre la excarcelación de Iosu
Uribetxebarria-, decenas de personas esperaban tras la pancarta que
pedía la puesta en libertad de los catorce presos vascos gravemente
enfermos.
Casi dos semanas antes, en el mismo lugar, aplausos y lloros de alegría
recibían la noticia de la libertad condicional decretada por el juez de
Vigilancia Penitenciaria, José Luis de Castro. Pero poco después llegó
la negativa a materializar la decisión y el recurso de la Fiscalía, que
supusieron un jarro de agua fría sobre las esperanzas de ver al de
Arrasate en casa, entre los suyos. Quizá por eso ayer la emoción se
sentía contenida, como una mezcla entre alivio, satisfacción y
prudencia, como si no se acabara de creer que la sentencia era firme y
ya no cabe recurso alguno.
Todas las personas presentes coincidieron en un mismo gesto, casi
inconsciente, automático: coger el teléfono móvil para compartir la
buena noticia y hacer que se extendiera. «Que sí, que está libre, ya es
definitivo», decía una mujer a la persona que tenía al otro lado de la
línea. Otra participante en la concentración encontró en la canción
«Kalera, kalera» la mejor manera de exteriorizar sus sentimientos:
«Kalera, kalera, borrokalari kalera/ kalera, kalera, borrokalari kalera/
hire indarraren beharra diagu/ gure indarrarekin batera».
El resto de los presentes se sumaron enseguida al coro: «Zai dago ama,
zai aita, zai andre ta lagunak hator, hator Euskadira, hator, hator
etxera. ...». Un irrintzi, aplausos y el ``Txoria txori» de Mikel Laboa
completaron una celebración sencilla pero profunda.
Solo quedaba esperar a que los ertzainas abandonaran la habitación-celda
en la que Uribetxebarria ha permanecido desde el 1 de agosto, día en que
fue trasladado de León a Donostia tras diagnosticársele el cáncer con
metástasis. Eso ocurrió alrededor de hora y media después. Y entonces el
preso de Arrasate pudo ver por fin la calle sin un incómodo filtro de
barrotes, algo que no había podido hacer en los últimos quince años,
dado que fue trasladado a una habitación normal.
Contento, pero sereno
Apenas unos minutos después, Uribetxebarria recibía en su nueva morada a
un pequeño equipo de GARA, NAIZ y "Berria'' con un único y sencillo
objetivo: trasladar un mensaje de agradecimiento a la sociedad vasca. Al
otro lado de la puerta de la habitación, tras un pasillo vigilado por un
guarda jurado, apareció un Iosu Uribetxebarria sonriente en todo
momento, pero con evidentes síntomas de debilidad tras las dos semanas
de ayuno y las primeras sesiones de radioterapia. Se declaraba aliviado
de que haya acabado todo esto, pero matizaba que todavía ve lejos el día
en que vuelva a pisar su casa: «Quizás dentro de un mes...» Hasta
entonces seguirá en el Hospital Donostia con el tratamiento.
Ante las cámaras, Uribetxebarria lanzó un beso y se echó la mano al
corazón para acompañar un ``Mila esker, Euskal Herria. Zuekin beti eduki
dut konfidantza''. El ya exprisionero nos recibió sentado en la silla, a
la que se desplazó con dificultad desde la cama, pero obviamente animado
por su nueva situación, y ahora ya con el respaldo continuo de los suyos.
Fueron solo un par de minutos, los suficientes para tomar nota del
mensaje, para acordarse de sus vecinos de Arrasate y para cruzar algunas
bromas con los cámaras que se «cebaron» amistosamente con su figura, ya
sin tener que buscarla desde detrás de unas rejas: «Ya publicaréis las
mejores, ¿no?'».
Herrira: «Ganar todos»
Herrira ha llevado la batuta de una movilización social que ha sido muy
importante durante todo el mes de agosto. Sus representantes encabezaron
la huelga de hambre que se inició después de que Uribetxebarria dejara
de ingerir alimentos en defensa de su dignidad. Hubo personas que
mantuvieron el ayuno durante más de dos semanas, al igual que ocurrió en
las cárceles. En la valoración urgente que realizó minutos después de la
excarcelación -hoy en Donostia hará una segunda más en profundidad-, su
portavoz Jon Garai consideró que «en el caso de Iosu Uribetxebarria
todos hemos perdido».
«Ha perdido Iosu, su familia y todas las personas que queríamos salvar
su vida, porque no hemos logrado traerlo a casa a tiempo de evitar la
metástasis. Y también el Gobierno ha perdido, porque estas políticas del
pasado generan el rechazo mayoritario de esta sociedad y convierten a
quien las lleva a cabo en un flagrante vulnerador de derechos humanos a
los ojos de todo el mundo», dijo.
Por ello, estimó que es el momento de «empezar a ganar, con la paz como
objetivo y el respeto a los derechos humanos como guía. Se trata de que
nadie más muera a causa del conflicto, que todas las partes pongan rumbo
hacia la paz, que se comprometan escrupulosamente con los derechos
humanos y que trabajen por cerrar todas las heridas».
La localidad natal del preso, Arrasate, volvió a celebrar ayer, tal y
como lo ha hecho diariamente en los últimos 40 días, una concentración
en la que se congregaron 300 personas. También hubo movilizaciones en
Errotxapea, donde ayer se concentraron 52 personas por los derechos de
los presos; en Zaldibia, donde fueron 31; en Atarrabia, 49; y en
Hendaia, 32. El sábado se anuncian más actos. Y Herrira inició ayer una
visita al Parlamento Europeo para informar de la situación. Mañana un
autobús parte hacia allí para realizar una concentración.
Forense y fiscal, en contra
La contundencia de la decisión judicial no puede hacer olvidar que tanto
la forense de la Audiencia Nacional como la Fiscalía intentaron hasta el
final impedir esta excarcelación.
La polémica forense, Carmen Baena, siguió sosteniendo ante el tribunal
que Uribetxebarria no está en situación terminal. Ante el notorio
empeoramiento del estado del preso en los últimos días -admitido incluso
por el presidente español, Mariano Rajoy-, la forense recurrió a alegar
que se trata de una situación transitoria derivada de la aplicación de
la radioterapia. Por ello, sostuvo que había que esperar unos días más y
hacer luego un nuevo cálculo sobre su esperanza de vida. El informe
destilaba, como se ve, la crueldad que ha caracterizado todo este caso.
La Fiscalía avaló esta tesis, pero el tribunal decidió que era hora de
zanjar el caso. Sus argumentos no se conocen aún, pero ya no importa
mucho: Iosu Uribetxebarria es libre, al fin.
Uribetxebarria por fin libre: «Mila esker, Euskal Herria»
«Mi tiempo se está acabando; solo quiero pasarlo con dignidad». Ese era
el deseo que el arrasa- tearra expresaba en su entrevista y por fin
podrá cumplirlo. Tarde y mal, bajo duras presiones y con la oposición de
la forense y la Fiscalía, la Audiencia Nacional decidió hacer firme su
libertad.
Oihane LARRETXEA-Ramón SOLA
Una de las noticias más esperadas de los últimos tiempos por la sociedad
vasca salía a las 19.54 de la Audiencia Nacional española y volaba en
segundos hasta las puertas del Hospital Donostia. Allí, desde las 17.00
-hora en la que los cinco magistrados de la Sección Primera de la Sala
de lo Penal se disponían a deliberar sobre la excarcelación de Iosu
Uribetxebarria-, decenas de personas esperaban tras la pancarta que
pedía la puesta en libertad de los catorce presos vascos gravemente
enfermos.
Casi dos semanas antes, en el mismo lugar, aplausos y lloros de alegría
recibían la noticia de la libertad condicional decretada por el juez de
Vigilancia Penitenciaria, José Luis de Castro. Pero poco después llegó
la negativa a materializar la decisión y el recurso de la Fiscalía, que
supusieron un jarro de agua fría sobre las esperanzas de ver al de
Arrasate en casa, entre los suyos. Quizá por eso ayer la emoción se
sentía contenida, como una mezcla entre alivio, satisfacción y
prudencia, como si no se acabara de creer que la sentencia era firme y
ya no cabe recurso alguno.
Todas las personas presentes coincidieron en un mismo gesto, casi
inconsciente, automático: coger el teléfono móvil para compartir la
buena noticia y hacer que se extendiera. «Que sí, que está libre, ya es
definitivo», decía una mujer a la persona que tenía al otro lado de la
línea. Otra participante en la concentración encontró en la canción
«Kalera, kalera» la mejor manera de exteriorizar sus sentimientos:
«Kalera, kalera, borrokalari kalera/ kalera, kalera, borrokalari kalera/
hire indarraren beharra diagu/ gure indarrarekin batera».
El resto de los presentes se sumaron enseguida al coro: «Zai dago ama,
zai aita, zai andre ta lagunak hator, hator Euskadira, hator, hator
etxera. ...». Un irrintzi, aplausos y el ``Txoria txori» de Mikel Laboa
completaron una celebración sencilla pero profunda.
Solo quedaba esperar a que los ertzainas abandonaran la habitación-celda
en la que Uribetxebarria ha permanecido desde el 1 de agosto, día en que
fue trasladado de León a Donostia tras diagnosticársele el cáncer con
metástasis. Eso ocurrió alrededor de hora y media después. Y entonces el
preso de Arrasate pudo ver por fin la calle sin un incómodo filtro de
barrotes, algo que no había podido hacer en los últimos quince años,
dado que fue trasladado a una habitación normal.
Contento, pero sereno
Apenas unos minutos después, Uribetxebarria recibía en su nueva morada a
un pequeño equipo de GARA, NAIZ y "Berria'' con un único y sencillo
objetivo: trasladar un mensaje de agradecimiento a la sociedad vasca. Al
otro lado de la puerta de la habitación, tras un pasillo vigilado por un
guarda jurado, apareció un Iosu Uribetxebarria sonriente en todo
momento, pero con evidentes síntomas de debilidad tras las dos semanas
de ayuno y las primeras sesiones de radioterapia. Se declaraba aliviado
de que haya acabado todo esto, pero matizaba que todavía ve lejos el día
en que vuelva a pisar su casa: «Quizás dentro de un mes...» Hasta
entonces seguirá en el Hospital Donostia con el tratamiento.
Ante las cámaras, Uribetxebarria lanzó un beso y se echó la mano al
corazón para acompañar un ``Mila esker, Euskal Herria. Zuekin beti eduki
dut konfidantza''. El ya exprisionero nos recibió sentado en la silla, a
la que se desplazó con dificultad desde la cama, pero obviamente animado
por su nueva situación, y ahora ya con el respaldo continuo de los suyos.
Fueron solo un par de minutos, los suficientes para tomar nota del
mensaje, para acordarse de sus vecinos de Arrasate y para cruzar algunas
bromas con los cámaras que se «cebaron» amistosamente con su figura, ya
sin tener que buscarla desde detrás de unas rejas: «Ya publicaréis las
mejores, ¿no?'».
Herrira: «Ganar todos»
Herrira ha llevado la batuta de una movilización social que ha sido muy
importante durante todo el mes de agosto. Sus representantes encabezaron
la huelga de hambre que se inició después de que Uribetxebarria dejara
de ingerir alimentos en defensa de su dignidad. Hubo personas que
mantuvieron el ayuno durante más de dos semanas, al igual que ocurrió en
las cárceles. En la valoración urgente que realizó minutos después de la
excarcelación -hoy en Donostia hará una segunda más en profundidad-, su
portavoz Jon Garai consideró que «en el caso de Iosu Uribetxebarria
todos hemos perdido».
«Ha perdido Iosu, su familia y todas las personas que queríamos salvar
su vida, porque no hemos logrado traerlo a casa a tiempo de evitar la
metástasis. Y también el Gobierno ha perdido, porque estas políticas del
pasado generan el rechazo mayoritario de esta sociedad y convierten a
quien las lleva a cabo en un flagrante vulnerador de derechos humanos a
los ojos de todo el mundo», dijo.
Por ello, estimó que es el momento de «empezar a ganar, con la paz como
objetivo y el respeto a los derechos humanos como guía. Se trata de que
nadie más muera a causa del conflicto, que todas las partes pongan rumbo
hacia la paz, que se comprometan escrupulosamente con los derechos
humanos y que trabajen por cerrar todas las heridas».
La localidad natal del preso, Arrasate, volvió a celebrar ayer, tal y
como lo ha hecho diariamente en los últimos 40 días, una concentración
en la que se congregaron 300 personas. También hubo movilizaciones en
Errotxapea, donde ayer se concentraron 52 personas por los derechos de
los presos; en Zaldibia, donde fueron 31; en Atarrabia, 49; y en
Hendaia, 32. El sábado se anuncian más actos. Y Herrira inició ayer una
visita al Parlamento Europeo para informar de la situación. Mañana un
autobús parte hacia allí para realizar una concentración.
Forense y fiscal, en contra
La contundencia de la decisión judicial no puede hacer olvidar que tanto
la forense de la Audiencia Nacional como la Fiscalía intentaron hasta el
final impedir esta excarcelación.
La polémica forense, Carmen Baena, siguió sosteniendo ante el tribunal
que Uribetxebarria no está en situación terminal. Ante el notorio
empeoramiento del estado del preso en los últimos días -admitido incluso
por el presidente español, Mariano Rajoy-, la forense recurrió a alegar
que se trata de una situación transitoria derivada de la aplicación de
la radioterapia. Por ello, sostuvo que había que esperar unos días más y
hacer luego un nuevo cálculo sobre su esperanza de vida. El informe
destilaba, como se ve, la crueldad que ha caracterizado todo este caso.
La Fiscalía avaló esta tesis, pero el tribunal decidió que era hora de
zanjar el caso. Sus argumentos no se conocen aún, pero ya no importa
mucho: Iosu Uribetxebarria es libre, al fin.
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