domingo, 20 de enero de 2013

Documento confirma el carácter secreto y subversivo de la misión de Gross en Cuba.

CUBA

18 ENERO 2013 

JEAN-GUY ALLARD ? Un documento hasta ahora desconocido que acaba de revelar un sitio web norteamericano confirma el carácter secreto y subversivo, de la misión del agente USAID Alan Gross en Cuba, por la cual fue condenado por la justicia cubana. El texto describe la tarea de Gross en términos que lo asimila al trabajo de las agencias de inteligencia, confirmando el papel de la USAID como fachada de la CIA.
Representantes oficiales del gobierno norteamericano insistieron sobre el carácter secreto de la tarea confiada a Gross, durante una reunión el 25 de agosto de 2008 con Development Alternatives Inc.(DAI), de Bethesda, Maryland, firma escogida poco antes para la realización del proyecto de infiltración tecnológica en territorio cubano.
El contenido de un resumen de esta reunión redactado por la misma DAI acaba de ser publicado por el sitio web Along the Malecon, del periodista Tracey Eaton, que se especializa desde varios años en la búsqueda de documentos sobre las controvertidas actividades de la USAID en Cuba y su financiamiento.
La nota fue presentada por la DAI en una corte federal el 15 de enero como parte de su respuesta a una demanda de 60 millones dólares presentada por la familia de Alan Gross en noviembre de 2012.
Según lo precisado por los representantes de USAID, el contratista llevaría a cabo un atrevido plan para establecer conexiones a Internet por satélite en las propias narices de los agentes de seguridad del Estado cubano.
USAID se comprometía entonces a proteger la identidad de los contratistas y sus asociados dentro y fuera de Cuba
DAI terminó reclutando a Gross, un veterano de este tipo de tarea ?humanitaria? en países como Afganistán,  para introducir secretamente ?nuevos medios? ? varios de uso militar ? descritos como ?componentes más sensibles en un proyecto muy sensible?.
Durante cuatro viajes a Cuba, Gross estableció tres conexiones ilegales de Internet, con sofisticada tecnología satelital ? una en La Habana, dos en las afueras de la capital.
DAI le pagó 258.274 dólares. Gross pidió más dinero para continuar con el proyecto y se le prometió 332.334 dólares, lo que hubiera aumentado su  subcontrato a 590.608 dólares si la Seguridad cubana no había interrumpido su incursión, el 3 de diciembre de  2009.
Durante sus primeros viajes a Cuba, Gross había suministrado a sus contactos cubanos con equipos Broadband Global Area Network, BGAN, un costoso aparato de comunicación satelital de última generación.
El equipo, que cabe en una mochila, se puede utilizar para establecer una conexión de banda ancha a Internet desde cualquier lugar del mundo. Los usuarios también pueden hacer llamadas telefónicas, enviar mensajes de correo electrónico y configurar una red Wi-Fi.
Sin embargo, en sus notas a sus jefes, Gross señala algunas inquietudes. Consideraba ?altamente probable? que los agentes de seguridad del Estado detectarán las conexiones por satélite en las provincias.
Los técnicos del gobierno cubano rutinariamente buscan con dispositivos portátiles las señales ilegales: ?El descubrimiento del uso de BGAN sería catastrófico?, escribió Gross
.Durante los últimos tres de los seis viajes que Gross planeó, el contratista se proponía sin embargo suministrar ?hasta un máximo de tres posibles nuevos sitios ? con lo que describió como unos ?Telco-in-a-Bag?.
Cada uno de estos ?bags? se componía, entre otras cosas, de unos SmartPhones, un iPod de 120 GB,  un BGAN, un router Wifi, un MacBook y varias tarjetas de memoria.
Todo para constituir una potente red de informantes bajo el pretexto, propio de la USAID, de la ?ayuda humanitaria?. Esta misma ayuda que propicia la agencia estatal norteamericana en el Medio Oriente, en apoyo a las tropas de la OTAN.

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