Siria aceptaría la propuesta rusa de un control internacional de las armas químicas
El último intento de frenar el ataque
El presidente ruso, Vladimir Putin, presentó una propuesta para frenar la intervención militar norteamericana en Siria.
Rusia pidió ayer al gobierno sirio que acepte el control internacional sobre armamentos químicos, y que entregue y destruya las armas de esas características que pudieran estar en su arsenal. La oferta fue bien recibida por Damasco, pero con desconfianza por parte de Estados Unidos. Si bien el presidente Barack Obama destacó que era un paso positivo, se mostró escéptico. ?Es posible que logremos un avance, pero tendremos que darle seguimiento y no queremos simplemente una demora o una táctica dilatoria para quitar la presión que tenemos sobre ellos?, sostuvo. Por su parte, el canciller sirio Wallid al Moallem se reunió con su par ruso, Serguei Lavrov, en Moscú y celebró la propuesta del Kremlin. ?Siria saluda la iniciativa de Rusia, surgida de su preocupación por la vida de nuestros ciudadanos y la seguridad de nuestro país, y porque cree en la prudencia del liderazgo ruso, que busca evitar una agresión estadounidense contra nuestro pueblo?, dijo. El jefe de la diplomacia estadounidense, John Kerry, otorgó un plazo de una semana al presidente sirio Bashar al Assad para entregar las supuestas armas químicas a la comunidad internacional.
Lavrov sugirió a su homólogo sirio, de visita en el país, que Damasco se una a la Convención de Armas Químicas. ?Aguardamos una respuesta rápida y, espero, positiva?, agregó. La propuesta fue formulada luego de que Kerry dije-
ra en Londres que podría evitarse una intervención militar estadouni-dense en Siria si el gobierno de Al Assad entregase sus armas químicas a la comunidad internacional. Al ser consultado en rueda de prensa sobre si hay algo que Al
Assad pueda hacer para evitar un ataque, el secretario de Estado se mostró pesimista. ?Por supuesto, podría entregar todas sus armas químicas a la comunidad internacional la próxima semana, entregarlo todo y permitir un recuento completo?, sostuvo. ?Pero no lo va a hacer y no puede hacerse?, añadió.
Kerry reiteró que el riesgo de no actuar en Siria es mayor que el riesgo de actuar, y manifestó que su país no quiere ir a una guerra sino que apoya un ataque limitado y a corto plazo para reducir la capacidad armamentística del gobierno sirio. El funcionario afirmó que el conflicto en Siria requiere una solución política, pero aclaró que si una de las partes cree que puede usar con impunidad armas químicas que fueron prohibidas hace casi cien años, Estados Unidos nunca se sentará a negociar. ?No es casualidad que todos los misiles partieran de territorio controlado por el régimen y todos cayeran en territorio de la oposición?, explicó Kerry, que también mencionó como pruebas los videos subidos a las redes sociales y los síntomas de los pacientes atendidos tras el ataque del 21 de agosto en los suburbios de Damasco.
El viceasesor de Seguridad, Tony Blinken, indicó que la Casa Blanca aún no había tenido posibilidad de evaluar en detalle la propuesta rusa, pero aseguró que será estudiada con gran detenimiento y que el gobierno norteamericano se pondrá en comunicación con Moscú. Si bien EE.UU. considera que sería bueno tener las armas sirias bajo control internacional, el gobierno estadounidense mantiene su desconfianza por todo lo que ha hecho Al Assad en el curso de los últimos años en relación con las armas químicas.
En auxilio a la posición agresiva de los Estados Unidos, la Revista Italiana de Defensa (RID) aseguró que Siria poseería entre 500 y 1000 toneladas de químicos que habrían sido creados con el objetivo de compensar las fuerzas convencionales de los países mayormente armados, como Israel. Según esta publicación, Siria tendría cuatro sitios de producción de este tipo de armas emplazados al norte de Damasco, cerca de Homs, en Hama, y cerca de Cerin. El informe resulta similar a los que circularon sobre la supuesta existencia de armamento de destrucción masiva en Irak y que fueron usados para justificar la invasión norteamericana. Después se demostró que la información era muy detallada, pero totalmente falsa. El gobierno sirio niega poseer este tipo de armas, pero la publicación italiana ofrece incluso los puntos donde debería bombardear Estados Unidos.
Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, afirmó ayer que también pedirá la entrega y destrucción de las armas químicas en el caso de que el informe de su equipo de expertos pruebe que se empleó ese tipo de armas sobre el terreno. Entre las voces que expresaron de inmediato su escepticismo estuvo la del Ejército Libre de Siria, que a su vez es acusado por el gobierno de haber usado el gas sarín contra la población. El gobierno indicó que el gas había sido traído por mercenarios de esa estructura militar a través de la frontera con Turquía, cuyo gobierno respalda a los opositores sirios y por donde han entrado numerosos mercenarios que se enfrentan con el gobierno sirio.
La ex secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, admitió que sería un paso importante para evitar consecuencias militares el hecho de que el régimen sirio entregue su arsenal de armas químicas, avalando la propuesta de Rusia. ?Si el régimen de Al Assad pusiera inmediatamente sus existencias bajo control internacional, como fue sugerido por el secretario (de Estado) John Kerry y los rusos, eso sería un paso importante?, indicó Clinton en un acto en la Casa Blanca tras reunirse con el presidente Barack Obama. Fueron las primeras declaraciones de la ex jefa de la diplomacia norteamericana, quien dejó en enero el Departamento de Estado, sobre el debate desatado a raíz de la decisión de concretar una acción militar limitada contra Siria en represalia por el supuesto uso de armas químicas por parte del régimen de Al Assad.
La asesora de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Susan Rice, no hizo comentario alguno sobre la iniciativa rusa, y afirmó que el posible ataque militar contra Siria no sería otra guerra. Destacó asimismo la urgencia de frenar al régimen de Damasco para que no volviera a usar armas químicas contra la población. ?Estados Unidos no estará lanzando otra guerra. Como ha dicho reiteradamente el presidente (Barack Obama), esto no será Irak o Afganistán. No habrá tropas estadounidenses sobre el terreno, punto. Ni se parecerá a los ataques aéreos contra Kosovo o Libia?, aseguró, aunque de alguna manera los ataques buscarán debilitar al ejército sirio en un momento en el que ha conseguido avanzar sobre las posiciones contrarias.
No obstante la oferta de Rusia, otros 13 países adhirieron ayer a una declaración conjunta impulsada por Washington, en el marco de la Cumbre del G-20, en la que condenan el presunto uso de gases tóxicos y apoyan los esfuerzos internacionales por prohibir su uso. Las nuevas incorporaciones son Albania, Croacia, Dinamarca, Estonia, Honduras, Hungría, Kosovo, Letonia, Lituania, Marruecos, Qatar, Rumania y los Emiratos Arabes Unidos. Además de Estados Unidos, firmaron el documento España, Francia, Italia, Australia, Reino Unido, Canadá, Corea del Sur, Arabia Saudita y Turquía, mientras que Alemania lo hizo un día después de finalizada la cumbre.
El último intento de frenar el ataque
El presidente ruso, Vladimir Putin, presentó una propuesta para frenar la intervención militar norteamericana en Siria.
Rusia pidió ayer al gobierno sirio que acepte el control internacional sobre armamentos químicos, y que entregue y destruya las armas de esas características que pudieran estar en su arsenal. La oferta fue bien recibida por Damasco, pero con desconfianza por parte de Estados Unidos. Si bien el presidente Barack Obama destacó que era un paso positivo, se mostró escéptico. ?Es posible que logremos un avance, pero tendremos que darle seguimiento y no queremos simplemente una demora o una táctica dilatoria para quitar la presión que tenemos sobre ellos?, sostuvo. Por su parte, el canciller sirio Wallid al Moallem se reunió con su par ruso, Serguei Lavrov, en Moscú y celebró la propuesta del Kremlin. ?Siria saluda la iniciativa de Rusia, surgida de su preocupación por la vida de nuestros ciudadanos y la seguridad de nuestro país, y porque cree en la prudencia del liderazgo ruso, que busca evitar una agresión estadounidense contra nuestro pueblo?, dijo. El jefe de la diplomacia estadounidense, John Kerry, otorgó un plazo de una semana al presidente sirio Bashar al Assad para entregar las supuestas armas químicas a la comunidad internacional.
Lavrov sugirió a su homólogo sirio, de visita en el país, que Damasco se una a la Convención de Armas Químicas. ?Aguardamos una respuesta rápida y, espero, positiva?, agregó. La propuesta fue formulada luego de que Kerry dije-
ra en Londres que podría evitarse una intervención militar estadouni-dense en Siria si el gobierno de Al Assad entregase sus armas químicas a la comunidad internacional. Al ser consultado en rueda de prensa sobre si hay algo que Al
Assad pueda hacer para evitar un ataque, el secretario de Estado se mostró pesimista. ?Por supuesto, podría entregar todas sus armas químicas a la comunidad internacional la próxima semana, entregarlo todo y permitir un recuento completo?, sostuvo. ?Pero no lo va a hacer y no puede hacerse?, añadió.
Kerry reiteró que el riesgo de no actuar en Siria es mayor que el riesgo de actuar, y manifestó que su país no quiere ir a una guerra sino que apoya un ataque limitado y a corto plazo para reducir la capacidad armamentística del gobierno sirio. El funcionario afirmó que el conflicto en Siria requiere una solución política, pero aclaró que si una de las partes cree que puede usar con impunidad armas químicas que fueron prohibidas hace casi cien años, Estados Unidos nunca se sentará a negociar. ?No es casualidad que todos los misiles partieran de territorio controlado por el régimen y todos cayeran en territorio de la oposición?, explicó Kerry, que también mencionó como pruebas los videos subidos a las redes sociales y los síntomas de los pacientes atendidos tras el ataque del 21 de agosto en los suburbios de Damasco.
El viceasesor de Seguridad, Tony Blinken, indicó que la Casa Blanca aún no había tenido posibilidad de evaluar en detalle la propuesta rusa, pero aseguró que será estudiada con gran detenimiento y que el gobierno norteamericano se pondrá en comunicación con Moscú. Si bien EE.UU. considera que sería bueno tener las armas sirias bajo control internacional, el gobierno estadounidense mantiene su desconfianza por todo lo que ha hecho Al Assad en el curso de los últimos años en relación con las armas químicas.
En auxilio a la posición agresiva de los Estados Unidos, la Revista Italiana de Defensa (RID) aseguró que Siria poseería entre 500 y 1000 toneladas de químicos que habrían sido creados con el objetivo de compensar las fuerzas convencionales de los países mayormente armados, como Israel. Según esta publicación, Siria tendría cuatro sitios de producción de este tipo de armas emplazados al norte de Damasco, cerca de Homs, en Hama, y cerca de Cerin. El informe resulta similar a los que circularon sobre la supuesta existencia de armamento de destrucción masiva en Irak y que fueron usados para justificar la invasión norteamericana. Después se demostró que la información era muy detallada, pero totalmente falsa. El gobierno sirio niega poseer este tipo de armas, pero la publicación italiana ofrece incluso los puntos donde debería bombardear Estados Unidos.
Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, afirmó ayer que también pedirá la entrega y destrucción de las armas químicas en el caso de que el informe de su equipo de expertos pruebe que se empleó ese tipo de armas sobre el terreno. Entre las voces que expresaron de inmediato su escepticismo estuvo la del Ejército Libre de Siria, que a su vez es acusado por el gobierno de haber usado el gas sarín contra la población. El gobierno indicó que el gas había sido traído por mercenarios de esa estructura militar a través de la frontera con Turquía, cuyo gobierno respalda a los opositores sirios y por donde han entrado numerosos mercenarios que se enfrentan con el gobierno sirio.
La ex secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, admitió que sería un paso importante para evitar consecuencias militares el hecho de que el régimen sirio entregue su arsenal de armas químicas, avalando la propuesta de Rusia. ?Si el régimen de Al Assad pusiera inmediatamente sus existencias bajo control internacional, como fue sugerido por el secretario (de Estado) John Kerry y los rusos, eso sería un paso importante?, indicó Clinton en un acto en la Casa Blanca tras reunirse con el presidente Barack Obama. Fueron las primeras declaraciones de la ex jefa de la diplomacia norteamericana, quien dejó en enero el Departamento de Estado, sobre el debate desatado a raíz de la decisión de concretar una acción militar limitada contra Siria en represalia por el supuesto uso de armas químicas por parte del régimen de Al Assad.
La asesora de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Susan Rice, no hizo comentario alguno sobre la iniciativa rusa, y afirmó que el posible ataque militar contra Siria no sería otra guerra. Destacó asimismo la urgencia de frenar al régimen de Damasco para que no volviera a usar armas químicas contra la población. ?Estados Unidos no estará lanzando otra guerra. Como ha dicho reiteradamente el presidente (Barack Obama), esto no será Irak o Afganistán. No habrá tropas estadounidenses sobre el terreno, punto. Ni se parecerá a los ataques aéreos contra Kosovo o Libia?, aseguró, aunque de alguna manera los ataques buscarán debilitar al ejército sirio en un momento en el que ha conseguido avanzar sobre las posiciones contrarias.
No obstante la oferta de Rusia, otros 13 países adhirieron ayer a una declaración conjunta impulsada por Washington, en el marco de la Cumbre del G-20, en la que condenan el presunto uso de gases tóxicos y apoyan los esfuerzos internacionales por prohibir su uso. Las nuevas incorporaciones son Albania, Croacia, Dinamarca, Estonia, Honduras, Hungría, Kosovo, Letonia, Lituania, Marruecos, Qatar, Rumania y los Emiratos Arabes Unidos. Además de Estados Unidos, firmaron el documento España, Francia, Italia, Australia, Reino Unido, Canadá, Corea del Sur, Arabia Saudita y Turquía, mientras que Alemania lo hizo un día después de finalizada la cumbre.
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