En un discurso pronunciado ante el edificio del Pentágono por el 12º aniversario de los atentados, Obama dijo que “nuestros corazones aún sufren por los futuros que fueron robados, por las vidas que habrían podido ser”.

“Oramos por la memoria de aquellos que han sido arrebatados de nosotros, casi 3.000 almas inocentes. (…) Ellos se han ido de la Tierra. Se deslizaron fuera de nuestro alcance”.

“Tengamos la fuerza para enfrentarnos a las amenazas que aún permanecen, aunque diferentes a hace 12 años, por lo que mientras existan aquellos que quieren atacar a nuestros ciudadanos, nos mantendremos vigilantes y defendiendo nuestra nación”.

“Seamos suficientemente inteligentes para saber que la fuerza, aunque es necesaria a veces, no construirá el mundo que queremos”.

Antes de acudir al Pentágono, Obama realizó una ofrenda floral en la Casa Blanca junto a su esposa, Michelle Obama, y el vicepresidente, Joe Biden, y su mujer, Jill Biden, a las 8:46 horas, el minuto exacto en el que un avión impactó con una de las Torres Gemelas.

Obama recordó  la década posterior al 11-S, cuando Estados Unidos intervino en Afganistán y en Irak, al tiempo que mencionó  a los cuatro estadounidenses fallecidos en el ataque al consulado de Benghazi.

“Rezamos por aquellos que han trabajado durante esos años de guerra, a los diplomáticos que han servido en lugares peligrosos, como comprobamos el año pasado en Benghazi”.