LIMA, 13 Feb. 12 (ACI).-El evento "besos contra la homofobia" convocado el pasado domingo 12 de febrero por el lobby homosexual concluyó en la Plaza de Armas de Lima (Perú) –a escasos metros de la Catedral– con un acto obsceno y de cristianofobia por parte de un activista gay que quemó la bandera del Vaticano y se bajó los pantalones exponiéndose a los presentes, entre los cuales había varios niños.
Ante algunos curiosos y pocos miembros de la prensa secular, el activista gay Javier Vargas leyó una especie de manifiesto contra "el estado nacionalista patriarcal" luego de lo cual procedió a quemar la bandera blanco amarilla del Vaticano, en medio de los vítores de sus pares, para después hacer lo mismo con la bandera del colectivo gay.
Vargas, que usaba una máscara de color azul y amarillo con la imagen de un demonio, procedió después a bajarse los pantalones. Así concluyó el evento gay que congregó a unas 10 parejas que se besaron en la Plaza, algunas de las cuales no eran tales sino que simplemente se besaron para dar esa impresión.
El acto obsceno de Vargas generó varias expresiones de apoyo del lobby gay en Facebook, como la de George Liendo de la ONG Promsex, que desde hace 10 años busca despenalizar el aborto en Perú, quien dijo que mejor hubiera sido no "usar el pasamontaña (la máscara)" ya que "la revolución pasa por mostrar la cara".
El colectivo ContraNaturas apoyó categóricamente a Vargas en su "manifiesto-trasero" como llamaron al acto obsceno: "nuestro total respaldo a nuestra compa Javi y nuestra condena total a aquellos que creen que deben administrar el 'activismo correcto', comisarios insensatos".
Sara Rondinel preguntó: "¿realmente es tan difícil de entender que fue un performance, un acto político? Falta mucho por entender dentro del movimiento LGTB en el Perú".
También hubo críticas como la de Susel Paredes, una activista lesbiana, promotora del aborto y subgerenta de Organizaciones Vecinales de la Municipalidad de Lima, quien dijo que el hecho "violento" estuvo "muy mal" y fue "un asco".
Ricardo Beretta cuestionó a su turno el uso de la máscara y que Vargas se bajara los pantalones en frente de niños. "Tanto trabajo para decir que los gays no somos mala influencia, para que hagas eso", agregó.
A diferencia de otros años en los que la cobertura mediática fue casi total en radio, prensa escrita y especialmente en la televisión, estos hechos no han sido parte de las noticias en la prensa secular.
Rezan Rosario en el atrio de la Catedral
Como en años anteriores, esta vez un centenar de católicos se reunió en el atrio de la Catedral de Lima para rezar el Rosario y defenderla ante la posibilidad de que los activistas gays quisieran besarse allí como sucedió el año pasado.
Para evitar problemas, un grupo de efectivos de la policía custodió la zona. Los fieles pudieron rezar con tranquilidad y sin inconvenientes.
Carol Maraví, una de las participantes en el Rosario, señaló a ACI Prensa que el acto obsceno del activista gay en medio de la Plaza de Armas fue "algo completamente fuera de lugar".
Ante algunos curiosos y pocos miembros de la prensa secular, el activista gay Javier Vargas leyó una especie de manifiesto contra "el estado nacionalista patriarcal" luego de lo cual procedió a quemar la bandera blanco amarilla del Vaticano, en medio de los vítores de sus pares, para después hacer lo mismo con la bandera del colectivo gay.
Vargas, que usaba una máscara de color azul y amarillo con la imagen de un demonio, procedió después a bajarse los pantalones. Así concluyó el evento gay que congregó a unas 10 parejas que se besaron en la Plaza, algunas de las cuales no eran tales sino que simplemente se besaron para dar esa impresión.
El acto obsceno de Vargas generó varias expresiones de apoyo del lobby gay en Facebook, como la de George Liendo de la ONG Promsex, que desde hace 10 años busca despenalizar el aborto en Perú, quien dijo que mejor hubiera sido no "usar el pasamontaña (la máscara)" ya que "la revolución pasa por mostrar la cara".
El colectivo ContraNaturas apoyó categóricamente a Vargas en su "manifiesto-trasero" como llamaron al acto obsceno: "nuestro total respaldo a nuestra compa Javi y nuestra condena total a aquellos que creen que deben administrar el 'activismo correcto', comisarios insensatos".
Sara Rondinel preguntó: "¿realmente es tan difícil de entender que fue un performance, un acto político? Falta mucho por entender dentro del movimiento LGTB en el Perú".
También hubo críticas como la de Susel Paredes, una activista lesbiana, promotora del aborto y subgerenta de Organizaciones Vecinales de la Municipalidad de Lima, quien dijo que el hecho "violento" estuvo "muy mal" y fue "un asco".
Ricardo Beretta cuestionó a su turno el uso de la máscara y que Vargas se bajara los pantalones en frente de niños. "Tanto trabajo para decir que los gays no somos mala influencia, para que hagas eso", agregó.
A diferencia de otros años en los que la cobertura mediática fue casi total en radio, prensa escrita y especialmente en la televisión, estos hechos no han sido parte de las noticias en la prensa secular.
Rezan Rosario en el atrio de la Catedral
Como en años anteriores, esta vez un centenar de católicos se reunió en el atrio de la Catedral de Lima para rezar el Rosario y defenderla ante la posibilidad de que los activistas gays quisieran besarse allí como sucedió el año pasado.
Para evitar problemas, un grupo de efectivos de la policía custodió la zona. Los fieles pudieron rezar con tranquilidad y sin inconvenientes.
Carol Maraví, una de las participantes en el Rosario, señaló a ACI Prensa que el acto obsceno del activista gay en medio de la Plaza de Armas fue "algo completamente fuera de lugar".
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