ESTADO ESPAÑOL
Madrid, 20 feb (PL)
Capital de la comunidad autónoma del mismo nombre, Valencia, distante unos 360 kilómetros de Madrid, en la costa mediterránea, es epicentro desde el pasado miércoles de numerosas protestas de alumnos del Instituto de Educación Secundaria Lluís Vives.
La mecha de las manifestaciones la prendió el arresto ese día de un estudiante, durante una concentración ante el citado plantel contra los recortes educativos decretados por el gobierno regional, encarnado por el conservador Partido Popular (PP).
Agentes antidisturbios volvieron este lunes a hacer uso de la fuerza para dispersar a unos 300 educandos del Lluís Vives, quienes recorrieron varias calles del centro de esa urbe para exigir "Más educación y menos corrupción", según uno de las lemas enarbolados.
Imágenes captadas por diversas cadenas de televisión mostraron a gendarmes golpeando con sus porras a manifestantes, en su mayoría menores, que corrían para evitar ser reprimidos por las fuerzas policiales.
Muchos alumnos reprocharon a los agentes antidisturbios su negativa a identificarse y mostrar su número de placa y corearon consignas como Hay que educar a la policía o Como Grecia, arderá Valencia.
En un comunicado, la portavoz de Izquierda Unida (IU) en el Parlamento valenciano, Marga Sanz, calificó la actuación del cuerpo armado de las últimas horas de absolutamente salvaje y descontrolada.
Estamos ante una ciudad tomada por la policía, que está dejando unas imágenes brutales de agresiones a chavales, a periodistas y a transeúntes, denunció Sanz.
Tanto IU, como el Partido Socialista Obrero Español, principal de la oposición, pidieron la comparecencia urgente en el Congreso de los Diputados (Cámara baja) del ministro del Interior, Jorge Fernández, para que explique los excesos cometidos por los gendarmes.
En su solicitud, la coalición de izquierda considera que en el actual momento de conflictividad social, provocado por las medidas de ajuste puestas en marcha por el PP, los responsables de la seguridad deben trabajar con "mano muy fina" y no con "mano dura".
Exige a Fernández que exponga con claridad cómo trabajarán las fuerzas de seguridad a partir de ahora, y despeje las dudas sobre las órdenes que tienen los agentes frente a las crecientes reivindicaciones públicas.
Capital de la comunidad autónoma del mismo nombre, Valencia, distante unos 360 kilómetros de Madrid, en la costa mediterránea, es epicentro desde el pasado miércoles de numerosas protestas de alumnos del Instituto de Educación Secundaria Lluís Vives.
La mecha de las manifestaciones la prendió el arresto ese día de un estudiante, durante una concentración ante el citado plantel contra los recortes educativos decretados por el gobierno regional, encarnado por el conservador Partido Popular (PP).
Agentes antidisturbios volvieron este lunes a hacer uso de la fuerza para dispersar a unos 300 educandos del Lluís Vives, quienes recorrieron varias calles del centro de esa urbe para exigir "Más educación y menos corrupción", según uno de las lemas enarbolados.
Imágenes captadas por diversas cadenas de televisión mostraron a gendarmes golpeando con sus porras a manifestantes, en su mayoría menores, que corrían para evitar ser reprimidos por las fuerzas policiales.
Muchos alumnos reprocharon a los agentes antidisturbios su negativa a identificarse y mostrar su número de placa y corearon consignas como Hay que educar a la policía o Como Grecia, arderá Valencia.
En un comunicado, la portavoz de Izquierda Unida (IU) en el Parlamento valenciano, Marga Sanz, calificó la actuación del cuerpo armado de las últimas horas de absolutamente salvaje y descontrolada.
Estamos ante una ciudad tomada por la policía, que está dejando unas imágenes brutales de agresiones a chavales, a periodistas y a transeúntes, denunció Sanz.
Tanto IU, como el Partido Socialista Obrero Español, principal de la oposición, pidieron la comparecencia urgente en el Congreso de los Diputados (Cámara baja) del ministro del Interior, Jorge Fernández, para que explique los excesos cometidos por los gendarmes.
En su solicitud, la coalición de izquierda considera que en el actual momento de conflictividad social, provocado por las medidas de ajuste puestas en marcha por el PP, los responsables de la seguridad deben trabajar con "mano muy fina" y no con "mano dura".
Exige a Fernández que exponga con claridad cómo trabajarán las fuerzas de seguridad a partir de ahora, y despeje las dudas sobre las órdenes que tienen los agentes frente a las crecientes reivindicaciones públicas.
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