martes, 28 de mayo de 2013

Miles de personas de 52 países del mundo participaron ayer sábado 25 de mayo en una marcha contra las semillas transgénicas de Monsanto.

Miles de personas protestaron contra Monsanto en 52 países

El mundo se opone a los excesos de la compañía biotecnológica contra la naturaleza, los agricultores y los consumidores.

Este sábado el clamor contra el consorcio Monsanto se extendió por 52 países. Gustavo Duch, editor de la revista ?Soberanía Alimentaria?, cree que las empresas de transgénicos tienen los días contados pese a que los gobiernos intenten salvarlas.

Cientos de miles de personas salieron ayer sábado a las calles en diferentes partes del mundo para protestar contra la empresa estadounidense Monsanto y otras similares que fabrican productos genéticamente modificados.

Chile se unió a la protesta contra el gigante agrícola con marchas y otros actos convocados en Santiago y otras ciudades. El organizador local de la ?Marcha contra Monsanto?, Tami Monroe Canal, dijo a ?The Santiago Times?, que lanzó el movimiento para proteger a sus dos hijas pequeñas. ?Como padre, yo no puedo esperar y no hacer nada para proteger a mis hijas. Me preocupo por su futuro, por su salud, su longevidad y su fertilidad?, afirmó.

ETIQUETADO DE TRANSGÉNICOS

Muchos estudios de reciente aparición denuncian el daño que para la salud humana conlleva el consumo de productos con GMO (genéticamente modificados) y sus efectos a largo plazo. El hecho de que la ley no obligue siquiera a etiquetar los productos transgénicos indigna a la sociedad. Otro factor que provoca la ira popular es el hecho de que el monopolio Monsanto asfixie la agricultura.

En los años 60 Monsanto fue uno de los principales productores del Agente Naranja  utilizado como defoliante por el ejército estadounidense en la Guerra de Vietnam. Según algunas estimaciones, las víctimas de esta sustancia ascienden a casi 5 millones de personas y la población todavía sufre las consecuencias.

LOS DÍAS CONTADOS

Gustavo Duch, editor de la revista Soberanía Alimentaria, está convencido de que Monsanto y otras empresas como ésta ya tienen sus días contados. ?Hoy en día las grandes multinacionales agrícolas, como en cualquier otro sector, están controladas por muy pocas manos?, denuncia el experto, que recuerda que estas empresas, ?en algunos casos superempresas familiares? -aclara- son en gran medida ?instrumentos al servicio de los grandes capitales financieros que hambreando el plantea ingieren grandes sumas de dinero para engordar sus cuentas corrientes?.

?La crisis capitalista está colapsando el sistema y en este colapso empresas como Monsanto y otras perecerán literalmente?, comenta el editor.

?Los Gobiernos actuales, títeres de estas grandes corporaciones van a hacer todos los esfuerzos y van a intentar proteger estas empresas. Hay datos objetivos de que el supuesto progreso capitalista nos lleva al colapso y, por lo tanto, es indudable que estas grandes empresas también llegarán a su fin?, dijo.

BLOQUEO INFORMATIVO

El grupo de piratas informáticos Anonymous llama a la sociedad a través de su cuenta en Twitter (@YourAnonNews) a no ?alimentar a sus hijos con la basura de los productos modificados genéticamente? de las compañías biotecnológicas. Ciudades grandes del Reino Unido como Londres, Bristol, Glasgow, Manchester, Douglas, Torquay y Nottingham se han unido a la iniciativa.

Los activistas denuncian el bloqueo informativo por parte de algunos medios de la cobertura de las marchas contra Monsanto.

Una de las organizadoras del evento en Brisbane, Sarah Saunders, dijo que está liderando la marcha para ?ayudar a proteger la salud de mis hijos. Los efectos en la salud de los GMO a largo plazo son un tema de debate y no quiero que mis hijos se conviertan en conejillos de indias?, enfatizó.

Por otro lado, cientos de personas se han reunido en la ciudad australiana de Brisbane para participar en la protesta mundial contra Monsanto. Uno de los activistas del movimiento contra Monsanto, Nick Bernabe, dijo a RT que las políticas de Monsanto, entre otros problemas, causan ?una epidemia de suicidios entre los agricultores? en diferentes partes del mundo, por ejemplo en la India.

?Monsanto les vendió una especie de semilla que les prometía obtener buena cosecha, pero al final resultó que esas semillas no llenaron la esperanza. Esto llevó a muchos agricultores de la India a la pobreza absoluta, lo que provocó los suicidios en masa?, comentó.

Bernabe explicó que los activistas buscan propagar el llamamiento. ?Queremos empezar la lucha desde el principio?, aseguró.

En víspera de la protesta mundial contra los GMO (siglas en inglés de organismos genéticamente modificados), el Senado de EE.UU. rechazó por amplia mayoría un proyecto de ley que permitiría a los estados decidir etiquetar o no los productos genéticamente modificados.

Los opositores de la idea de etiquetar los alimentos esgrimieron que hasta la aparición de las conclusiones científicas de la Agencia de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA, por sus siglas en inglés), no se adoptará la medida.

GUANTANAMO

Un ex guardia de la cárcel de Guantánamo narra abusos a los prisioneros


Su testimonio reseña un momento caótico en que los soldados carecían de reglas claras para tratar a los detenidos a quienes se privó de muchas comodidades básicas

San Juan, Puerto Rico (AP) ? El soldado Brandon Neely estaba asustado cuando hizo descender de un autobús a los primeros detenidos que llegaban a Guantánamo. Como le habían dicho que eran terroristas desalmados, asió a un detenido anciano y tembloroso y le incrustó la cara en el piso de cemento, la primera de una serie de humillaciones que dijo haber cometido y presenciado.

Neeley ha hecho oír su voz en este último año de existencia del centro de detención para manifestar públicamente su sentimiento de culpa y vergüenza por el comportamiento de los soldados cuando recibieron los primeros supuestos miembros de al-Qaeda y el Talibán en la aislada base naval estadounidense en Cuba.

Su testimonio, uno de los primeros de un ex guardia que describe abusos en Guantánamo, reseña un momento caótico en que los soldados carecían de reglas claras para tratar a los detenidos a quienes se privó de muchas comodidades básicas. Dice que las circunstancias cambiaron rápidamente cuando llegaron los observadores del Comité Internacional de la Cruz Roja.

Como Neely admitió esta semana en una entrevista con la Associated Press, ?lo que hice y lo que vi estuvo mal?.

El fornido texano que sirvió un año en Iraq después de sus seis meses en Guantánamo, fue dado de alta del ejército y ahora trabaja como policía en el área de Houston. También preside la filial local de Veteranos de Iraq Contra la Guerra.

La necesidad que sintió de contar sus experiencias lo condujo al Proyecto de Testimonios de Guantánamo, de la Universidad de California en Davis, un esfuerzo por documentar versiones sobre abusos a prisioneros. Incluye declaraciones públicas de otros cuatro ex guardias, pero Neely fue el primero en conceder una entrevista a los investigadores. También habló en forma extensa con la AP.

Neely, de 28 años, describe una letanía de tratamiento cruel a manos de otros soldados, incluyendo golpizas y humillaciones que dijo sólo tenían el propósito de causar daños físicos o sicológicos.

Su testimonio arroja nueva luz sobre los primeros días de Guantánamo, donde fueron despachados apresuradamente en enero del 2002 para recibir hombres encadenados y encapuchados. Los mantuvieron en jaulas hasta que los trasladaron a estructuras permanentes tres meses después.

Los soldados, muchos de ellos todavía adolescentes, no tenían instrucciones sobre procedimiento y apenas se les habló de las Convenciones de Ginebra, que suministran pautas para el tratamiento humano de los prisioneros de guerra, dijo Neely, aunque algunos se enteraron por iniciativa propia.

?La mayoría de nosotros que teníamos contacto con los detenidos éramos realmente jóvenes?, dijo en la entrevista telefónica con la AP.

El coronel del ejército Bill Costello admitió que los procedimientos específicos en Guantánamo se desarrollaron con el tiempo, pero insistió en que los guardias tenían instrucciones estrictas desde el comienzo. ?Esta era una guardia profesional?, agregó Costello, que se desempeñó como vocero de Guantánamo en sus primeros meses y ahora es portavoz del Comando Estadounidense del Sur en Miami, que supervisa la operación de la base.

Apenas habían pasado meses desde los ataques terroristas del 2001 en Estados Unidos y Neely dijo que muchos de los guardias querían venganza. Especialmente antes de la primera visita de la Cruz Roja, dijo que los guardias aprovechaban cualquier aparente infracción para herir a los detenidos. El comportamiento de los guardias parecía justificado en ese entonces, agregó, porque les habían dicho que los detenidos ?eran los peores terroristas en el mundo?.

Recordó que un médico dio un puñetazo en la cara a un prisionero esposado por negarse a tragar un suplemento nutritivo líquido.

Dijo que los detenidos eran obligados a ducharse y defecar en baldes a la vista de las soldados femeninas, en contravención a las costumbres islámicas. Cuando un detenido insultó a una guardia mujer, dijo que un grupo de soldados le dio una paliza y lo asió para que la mujer lo golpeara repetidamente en la cara.

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