Bradley Manning, soldado y principal informante de los secretos del Gobierno estadounidense a través de WikiLeaks, comparecerá mañana ante un tribunal militar que podría condenarlo a cadena perpetua bajo la carátula de “haber ayudado al enemigo”.

Manning fue un analista de inteligencia en Irak hasta su detención en mayo de 2010. Por el momento, él mismo se declaro culpable de 10 de los 22 cargos por los cuales se lo imputa. La mejor situación que espera son 20 años entre rejas.

Ayer cientos de simpatizantes de Manning desfilaron frente a una de las entradas de Fort Mead reclamando la libertad del soldado.

Manning dijo a la jueza militar Denise Lind, que preside el proceso, que su intención fue incitar el debate público sobre la política exterior y las campañas militares de Estados Unidos.

Los activistas que piden la liberación de Manning esperan que demuestre que el joven soldado actuó para defender los valores democráticos y denunciar la crueldad de los conflictos en los que está implicado el país.