CUMBRE CELAC EN CUBA
POR LAURA BÉCQUER PASEIRO
América Latina y el Caribe se destaca por sus enormes riquezas naturales y culturales, pero también por ser la más desigual del mundo. La constitución de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), representa el compromiso de revertir el panorama regional, brindándole especial atención a la lucha contra la pobreza, el hambre y las desigualdades. Ese, precisamente, es el tema de la II Cumbre en La Habana
El deber urgente de Nuestra América es enseñarse como es (?),
vencedora veloz de un pasado sofocante, manchada sólo con sangre
de abono que arranca a las manos la pelea con las ruinas
José Martí
Esta es la tierra más hermosa que ojos humanos han visto, sentenció en 1492 Cristóbal Colón, refiriéndose al exuberante paisaje que se ?descubría? a sus ojos en las actuales tierras latinoamericanas y caribeñas. Casi cinco siglos después, la región sigue deslumbrando por su naturaleza, la mezcla de su cultura, tradiciones?
Su historia, sin embargo, es un largo bregar por emanciparse, primero de las potencias coloniales, y luego de la hegemonía de su vecino del Norte, que la consideró siempre su ?patio trasero?.
En el intento por despojarse de ese pasado dependiente, obediente y a ratos humillante, nacieron valerosos hombres y mujeres que se plantearon como premisa la necesidad de lograr la verdadera independencia de todas las naciones desde el Río Bravo hasta la Patagonia.
América Latina y el Caribe ha hecho suyas esas premisas y comienza a comprender que la integración es una cuestión de sobrevivencia en el complejo panorama mundial actual, y que solo unidos, tendrá una oportunidad de cambiar su destino.
Bajo esos ideales fue fundada hace tres años la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que agrupa a las 33 naciones independientes al Sur del Río Bravo. Con el nacimiento del joven esquema regional se constituía una sola identidad de avanzada en la unidad e integración política, económica, social y cultural de Nuestra América.
Uno de los grandes retos que tiene por delante la Comunidad es intentar cambiar el estigma vergonzoso de existir ?al servicio de las necesidades ajenas, como fuente y reserva del petróleo y el hierro, el cobre y la carne, las frutas y el café, las materias primas y los alimentos con destino a los países ricos que ganan, consumiéndolos, mucho más de lo que América Latina gana produciéndolos?, tal y como escribió a finales de 1970 el escritor uruguayo Eduardo Galeano en su ensayo Las venas abiertas de América Latina.
Históricamente las potencias se han servido a su antojo de las bondades de este vasto territorio que en 20 millones 453 mil ocho kilómetros cuadrados alberga codiciados recursos naturales.
Entre los países miembros de la CELAC se encuentran los mayores proveedores de recursos mineros del mundo, incluyendo a los principales productores de cobre (Chile), hierro (Brasil), plata (México), estaño (Bolivia y Perú), por solo poner algunos ejemplos.
Acorde con estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la región posee el 65 % de las reservas mundiales de litio, 42 % de plata, 38 % de cobre, 33 % de estaño, 21% de hierro, 18% de bauxita y 14% de níquel.
El organismo de Naciones Unidas destaca también que esta es la segunda región con mayores reservas de petróleo después de Medio Oriente. Las reservas probadas del llamado ?oro negro? se estiman en 339,8 miles de millones de barriles, representando en el 2012, cerca del 20 % del total mundial. Cabe destacar que Venezuela con 297,6 miles de millones de barriles, es el país con las mayores reservas probadas a nivel mundial participando de manera individual con el 18 % del total. A ello se le suman las más grandes reservas de agua dulce en el mundo que se encuentran en el Acuífero Guaraní en Paraguay.
La distribución desigual de ese enorme caudal y un mal manejo del mismo, han causado enormes diferencias sociales en este lado del Atlántico. Galeano la calificó como ?la región de las venas abiertas? basado en el hecho de que ?desde el descubrimiento hasta nuestros días, todo se ha trasmutado siempre en capital europeo o, más tarde, norteamericano, y como tal se ha acumulado y se acumula en los lejanos centros de poder. Todo: la tierra, sus frutos y sus profundidades ricas en minerales, los hombres y su capacidad de trabajo y de consumo, los recursos naturales y los recursos humanos?.
CERRANDO LAS VENAS
Uno de los pasos para revertir esta realidad y avanzar en la concreción de los ideales independentistas es poner en función del desarrollo sostenible de nuestros pueblos las amplias riquezas que poseen.
Es una realidad que pese a su enorme caudal, América Latina y el Caribe no ha desplegado del todo su potencial de desarrollo económico y social. La implementación de políticas sociales de varios gobiernos y el crecimiento económico experimentado, han permitido alcances notables en materia social. Así, se destaca la sostenida reducción del hambre durante las últimas dos décadas, acorde con lo expuesto en el informe El Estado de la Inseguridad Alimentaria en el Mundo 2013. En América Latina y el Caribe este fenómeno afecta a 47 millones de personas, tres millones menos que durante el trienio 2008-2010, lo que representa una caída del 6,6 %.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) destacó además que la meta de ?reducir a la mitad el porcentaje de personas que padecen hambre?, que forma parte de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU, ha sido alcanzado por 16 países de la región y varios han realizado importantes progresos.
A pesar de ese panorama, América Latina y el Caribe produce más alimentos de los que requiere para el consumo de su población y ningún país de la zona carece de disponibilidad calórica suficiente para los requerimientos mínimos diarios por persona, según la FAO.
En cuanto a la pobreza y la indigencia (extrema pobreza), la CEPAL estima que al menos 164 millones de personas son pobres, lo que equivale al 27,9 % de la población, cifras muy similares a las del 2012 que suponen un frenazo a las sucesivas caídas de los últimos años. La indigencia, en cambio, aumentó de los 66 millones de personas el año pasado, a 68 millones en el 2013, lo que supone un incremento del 0,2 %, según los datos presentados en el Panorama Social de América Latina 2013.
La FAO, por su parte, considera sobre este asunto que la región ha logrado avances importantes. Sin embargo, el organismo de Naciones Unidas alerta que en los últimos tres años la caída de las tasas de extrema pobreza se ha estancado.
Como se ha detallado, la reducción de la pobreza y las desigualdades requieren de esfuerzos adicionales y en los cuales la cooperación entre los países puede desempeñar un papel importante. En ese aspecto, la CELAC promueve la construcción de un modelo propio de cooperación adaptado a nuestra realidad para solucionar las desigualdades.
Igualmente, propone una cooperación entre las distintas regiones basada en los principios de solidaridad y complementariedad.
UNA NUEVA OPORTUNIDAD
La Comunidad fundada en el 2011 arriba a una nueva cita con varios retos en el horizonte, pero con el compromiso de revertir la realidad nuestraamericana. El tema de la II Cumbre del mecanismo regional que se realizará a finales de enero en la capital cubana, será la lucha contra la pobreza, el hambre y las desigualdades, aunque se abordarán otros asuntos importantes para la región, trabajando para fomentar la unidad dentro de la diversidad que nos caracteriza.
El vicecanciller cubano, Abelardo Moreno, comentó en una reciente comparecencia en el espacio Mesa Redonda, que otros de los tópicos de la agenda, estos últimos durante la Presidencia Pro Témpore de Cuba, fueron la incorporación plena del Caribe al mecanismo de integración y la consolidación de la presencia internacional de la CELAC.
En el encuentro serán negociados una treintena de documentos que incluyen el Plan de Acción, normas y principios que rijan la cooperación en la región; así como algunos comunicados especiales sobre te mas como las Islas Malvinas, el bloqueo contra Cuba y otros asuntos presentados por los países, señaló por su parte, Mirtha Gran da, funcionaria de la Can cillería cubana y Coordinadora Nacional Adjunta.
Moreno, también Coordinador Nacional, enfatizó en la importancia del documento que declarará a América La tina y el Caribe como zona de paz, al tiempo que consideró que ello ?nos parece un tema trascendente, no solo para Cuba, sino para todo el continente; América Latina y el Caribe es una zona libre de armas nucleares, pero no basta, porque hay que buscar la forma
de que las diferencias nunca se resuelven por la fuerza, sino mediante la diplomacia, mediante el diálogo?.
Mientras, el Plan de Acción incluye rubros como la seguridad alimentaria, la cooperación, el medio ambiente, la energía y las finanzas. Nada de esto es casual, precisó Moreno, todo es el resultado del trabajo que se ha venido realizando y que ha identificado los grandes problemas de América Latina y el Caribe.
POR LAURA BÉCQUER PASEIRO
América Latina y el Caribe se destaca por sus enormes riquezas naturales y culturales, pero también por ser la más desigual del mundo. La constitución de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), representa el compromiso de revertir el panorama regional, brindándole especial atención a la lucha contra la pobreza, el hambre y las desigualdades. Ese, precisamente, es el tema de la II Cumbre en La Habana
El deber urgente de Nuestra América es enseñarse como es (?),
vencedora veloz de un pasado sofocante, manchada sólo con sangre
de abono que arranca a las manos la pelea con las ruinas
José Martí
Esta es la tierra más hermosa que ojos humanos han visto, sentenció en 1492 Cristóbal Colón, refiriéndose al exuberante paisaje que se ?descubría? a sus ojos en las actuales tierras latinoamericanas y caribeñas. Casi cinco siglos después, la región sigue deslumbrando por su naturaleza, la mezcla de su cultura, tradiciones?
Su historia, sin embargo, es un largo bregar por emanciparse, primero de las potencias coloniales, y luego de la hegemonía de su vecino del Norte, que la consideró siempre su ?patio trasero?.
En el intento por despojarse de ese pasado dependiente, obediente y a ratos humillante, nacieron valerosos hombres y mujeres que se plantearon como premisa la necesidad de lograr la verdadera independencia de todas las naciones desde el Río Bravo hasta la Patagonia.
América Latina y el Caribe ha hecho suyas esas premisas y comienza a comprender que la integración es una cuestión de sobrevivencia en el complejo panorama mundial actual, y que solo unidos, tendrá una oportunidad de cambiar su destino.
Bajo esos ideales fue fundada hace tres años la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que agrupa a las 33 naciones independientes al Sur del Río Bravo. Con el nacimiento del joven esquema regional se constituía una sola identidad de avanzada en la unidad e integración política, económica, social y cultural de Nuestra América.
Uno de los grandes retos que tiene por delante la Comunidad es intentar cambiar el estigma vergonzoso de existir ?al servicio de las necesidades ajenas, como fuente y reserva del petróleo y el hierro, el cobre y la carne, las frutas y el café, las materias primas y los alimentos con destino a los países ricos que ganan, consumiéndolos, mucho más de lo que América Latina gana produciéndolos?, tal y como escribió a finales de 1970 el escritor uruguayo Eduardo Galeano en su ensayo Las venas abiertas de América Latina.
Históricamente las potencias se han servido a su antojo de las bondades de este vasto territorio que en 20 millones 453 mil ocho kilómetros cuadrados alberga codiciados recursos naturales.
Entre los países miembros de la CELAC se encuentran los mayores proveedores de recursos mineros del mundo, incluyendo a los principales productores de cobre (Chile), hierro (Brasil), plata (México), estaño (Bolivia y Perú), por solo poner algunos ejemplos.
Acorde con estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la región posee el 65 % de las reservas mundiales de litio, 42 % de plata, 38 % de cobre, 33 % de estaño, 21% de hierro, 18% de bauxita y 14% de níquel.
El organismo de Naciones Unidas destaca también que esta es la segunda región con mayores reservas de petróleo después de Medio Oriente. Las reservas probadas del llamado ?oro negro? se estiman en 339,8 miles de millones de barriles, representando en el 2012, cerca del 20 % del total mundial. Cabe destacar que Venezuela con 297,6 miles de millones de barriles, es el país con las mayores reservas probadas a nivel mundial participando de manera individual con el 18 % del total. A ello se le suman las más grandes reservas de agua dulce en el mundo que se encuentran en el Acuífero Guaraní en Paraguay.
La distribución desigual de ese enorme caudal y un mal manejo del mismo, han causado enormes diferencias sociales en este lado del Atlántico. Galeano la calificó como ?la región de las venas abiertas? basado en el hecho de que ?desde el descubrimiento hasta nuestros días, todo se ha trasmutado siempre en capital europeo o, más tarde, norteamericano, y como tal se ha acumulado y se acumula en los lejanos centros de poder. Todo: la tierra, sus frutos y sus profundidades ricas en minerales, los hombres y su capacidad de trabajo y de consumo, los recursos naturales y los recursos humanos?.
CERRANDO LAS VENAS
Uno de los pasos para revertir esta realidad y avanzar en la concreción de los ideales independentistas es poner en función del desarrollo sostenible de nuestros pueblos las amplias riquezas que poseen.
Es una realidad que pese a su enorme caudal, América Latina y el Caribe no ha desplegado del todo su potencial de desarrollo económico y social. La implementación de políticas sociales de varios gobiernos y el crecimiento económico experimentado, han permitido alcances notables en materia social. Así, se destaca la sostenida reducción del hambre durante las últimas dos décadas, acorde con lo expuesto en el informe El Estado de la Inseguridad Alimentaria en el Mundo 2013. En América Latina y el Caribe este fenómeno afecta a 47 millones de personas, tres millones menos que durante el trienio 2008-2010, lo que representa una caída del 6,6 %.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) destacó además que la meta de ?reducir a la mitad el porcentaje de personas que padecen hambre?, que forma parte de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU, ha sido alcanzado por 16 países de la región y varios han realizado importantes progresos.
A pesar de ese panorama, América Latina y el Caribe produce más alimentos de los que requiere para el consumo de su población y ningún país de la zona carece de disponibilidad calórica suficiente para los requerimientos mínimos diarios por persona, según la FAO.
En cuanto a la pobreza y la indigencia (extrema pobreza), la CEPAL estima que al menos 164 millones de personas son pobres, lo que equivale al 27,9 % de la población, cifras muy similares a las del 2012 que suponen un frenazo a las sucesivas caídas de los últimos años. La indigencia, en cambio, aumentó de los 66 millones de personas el año pasado, a 68 millones en el 2013, lo que supone un incremento del 0,2 %, según los datos presentados en el Panorama Social de América Latina 2013.
La FAO, por su parte, considera sobre este asunto que la región ha logrado avances importantes. Sin embargo, el organismo de Naciones Unidas alerta que en los últimos tres años la caída de las tasas de extrema pobreza se ha estancado.
Como se ha detallado, la reducción de la pobreza y las desigualdades requieren de esfuerzos adicionales y en los cuales la cooperación entre los países puede desempeñar un papel importante. En ese aspecto, la CELAC promueve la construcción de un modelo propio de cooperación adaptado a nuestra realidad para solucionar las desigualdades.
Igualmente, propone una cooperación entre las distintas regiones basada en los principios de solidaridad y complementariedad.
UNA NUEVA OPORTUNIDAD
La Comunidad fundada en el 2011 arriba a una nueva cita con varios retos en el horizonte, pero con el compromiso de revertir la realidad nuestraamericana. El tema de la II Cumbre del mecanismo regional que se realizará a finales de enero en la capital cubana, será la lucha contra la pobreza, el hambre y las desigualdades, aunque se abordarán otros asuntos importantes para la región, trabajando para fomentar la unidad dentro de la diversidad que nos caracteriza.
El vicecanciller cubano, Abelardo Moreno, comentó en una reciente comparecencia en el espacio Mesa Redonda, que otros de los tópicos de la agenda, estos últimos durante la Presidencia Pro Témpore de Cuba, fueron la incorporación plena del Caribe al mecanismo de integración y la consolidación de la presencia internacional de la CELAC.
En el encuentro serán negociados una treintena de documentos que incluyen el Plan de Acción, normas y principios que rijan la cooperación en la región; así como algunos comunicados especiales sobre te mas como las Islas Malvinas, el bloqueo contra Cuba y otros asuntos presentados por los países, señaló por su parte, Mirtha Gran da, funcionaria de la Can cillería cubana y Coordinadora Nacional Adjunta.
Moreno, también Coordinador Nacional, enfatizó en la importancia del documento que declarará a América La tina y el Caribe como zona de paz, al tiempo que consideró que ello ?nos parece un tema trascendente, no solo para Cuba, sino para todo el continente; América Latina y el Caribe es una zona libre de armas nucleares, pero no basta, porque hay que buscar la forma
de que las diferencias nunca se resuelven por la fuerza, sino mediante la diplomacia, mediante el diálogo?.
Mientras, el Plan de Acción incluye rubros como la seguridad alimentaria, la cooperación, el medio ambiente, la energía y las finanzas. Nada de esto es casual, precisó Moreno, todo es el resultado del trabajo que se ha venido realizando y que ha identificado los grandes problemas de América Latina y el Caribe.
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