sábado, 1 de febrero de 2014

La Corte Suprema de Israel aplazó por unos días el veredicto que se esperaba el miércoles 29 de enero sobre el trazado del muro de separación que las autoridades israelíes quieren hacer pasar a través del Valle de Cremisan, por el terreno de 58 familias palestinas de Beit Jala y de dos comunidades religiosas salesianas.

Aplazan sentencia sobre muro que Israel construirá en Belén y que afectaría a católicos

















Foto AICA
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JERUSALÉN, 30 Ene. 14 / 09:42 pm (ACI).-
“La destrucción del valle de Cremisan y la expropiación de tierras no puede de ninguna manera ser justificado por razones de seguridad. Desde el comienzo del conflicto, se han sugerido rutas alternativas para el trazado del muro. Si los tres jueces que decidirán son justos y honestos, el muro no pasará por allí. Nosotros, mientras tanto, seguimos orando”, expresó a la agencia vaticana Fides el sacerdote salesiano Mario Cornioli desde Beit Jala.
“En la reunión celebrada ante la Corte, añade el padre Cornioli, los abogados de las partes dañadas demolieron las mentiras de los abogados de la otra parte y del responsable del trazado del muro que no dieron una buena imagen”.
El valle de Cremisan es el “pulmón verde” principal para la población que vive en la zona de Belén. Si el proyecto se lleva a cabo, los cuatrocientos niños que asisten a la escuela de las Hijas de María Auxiliadora podrían tener una especie de prisión al aire libre, rodeada de barreras y puestos de control.
La demanda en contra de la construcción del muro en el Valle de Cremisan fue presentada por la Society of St Yves la organización católica de derechos humanos relacionados con la Asamblea de los Obispos Católicos de Tierra Santa.
En la audiencia del miércoles 29 de enero también estuvo presente Mons. William Shomali, Vicario Patriarcal del Patriarcado Latino de Jerusalén, varios sacerdotes del Patriarcado, los alcaldes de Belén y Beit Jala y los representantes de los 13 consulados de países extranjeros.
Israel pretende con su construcción unir los asentamientos de Gilo y Har Gilo, levantados después de 1967 y por tanto considerados ilegales por la ley internacional.
Que Israel deje de confiscar sin necesidad tierras palestinas
La Coordinación de Tierra Santa, el organismo de los Obispos de los Estados Unidos, Europa, Canadá y África del Sur, que se desplazan periódicamente a Tierra Santa para dar apoyo y aliento a las comunidades cristianas locales, ha hecho un llamamiento, el martes 28 de enero, para que se haga “justicia en el valle de Cremisan, cerca de Belén”.
“Reconocemos el derecho de Israel a vivir dentro de fronteras seguras”, dicen en su mensaje los obispos, “sin embargo, el trazado del muro de seguridad se desvía significativamente de la Línea Verde, la línea de demarcación de reconocimiento internacional que separa Israel y los territorios conquistados en la guerra de Seis días de 1967”.
"Más de tres cuartas partes del trazado previsto por el muro cae fuera de la Línea Verde y es ilegal, de acuerdo con una opinión consultiva de referencia de la Corte Internacional de Justicia, así como una violación flagrante de la Convención de Ginebra y de la Declaración Universal de los Derechos Humanos", afirma la nota.
Los obispos instan a sus respectivos gobiernos “a alentar a Israel para que siga el derecho internacional y respete la vida de estas familias” y expresan su preocupación de que este muro de seguridad sirva más “para consolidar los asentamientos y separar de forma permanente a Belén de Jerusalén”.
En este sentido, el comunicado subraya que "los planes de Israel deberían ser abandonados" para evitar el dolor y la angustia de la población, que los firmantes dijeron haber constatado en un viaje a la zona en disputa.
Mons, Richard E. Pates, presidente de la comisión Justicia y Paz de la Conferencia episcopal de los Estados Unidos, había escrito al Secretario de Estado norteamericano, John Kerry, para reclamar iniciativas a fin de que “Israel dejase de confiscar sin necesidad tierras palestinas de la West Bank ocupada”.
“Cuando vi la belleza de este valle agrícola y escuché el testimonio de las familias cristianas que ven amenazadas sus tierras, sus medios de vida y sus tradiciones de familia seculares”, agrega en su carta a Kerry el Obispo de Des Moines “me quedé escandalizado por la injusticia de todo esto”.

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