sábado, 11 de febrero de 2012

Rusia se niega a aceptar como condición la salida de Al Assad.

SIRIA

El primer ministro ruso, Vladimir Putin, insistió ayer en que no aceptará ninguna injerencia en Siria y exigió a los países occidentales y a las monarquías del Golfo a que «no se comporten como un elefante en una tienda de porcelana». «Hay que dejar a los sirios que decidan su futuro por ellos mismos», añadió Putin. De esta forma reforzó las declaraciones del ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, a su regreso de su encuentro en Damasco con Bashar al Assad. Lavrov rechazó la condición de que Al Assad deje el poder y subrayó que son los propios sirios, en las negociaciones entre el poder y la oposición, quienes deben decidir sobre esa posibilidad.
También el presidente ruso, Dmitri Medvedev, pidió evitar «medidas unilaterales precipitadas» para resolver la crisis siria, en particular en la ONU. Medvedev hizo esta demanda en una conversación telefónica con su homólogo francés, Nicolas Sarkozy, quien, a su vez, le reclamó «el pleno apoyo» al plan de la Liga Árabe sobre Siria con el fin de que convenza a Al Assad de que deje el poder. Pero Rusia insiste en que rechaza repetir el guión de Libia en Siria, una idea que subrayó Putin. El primer ministro ruso recordó que en algunas ciudades libias que apoyaban al régimen del coronel Gadafi «se producen hoy terribles abusos pero nadie habla de ellos. Son las terribles consecuencias de las injerencias, sobre todo si son militares», añadió.
Putin se encuentra a tres semanas de las elecciones presidenciales en las que es candidato y la oposición rusa ve razones electorales en la postura de fuerza rusa. 

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