jueves, 26 de abril de 2012

Un pequeño pueblo de Austria tiene la particularidad de llamarse Fucking, y sus habitantes deben enfrentar diariamente bromas constantes, llamados de burla y el robo de sus carteles, llevados por los turistas como suvenires.



Por esta razón, los Fuckingers, como se los denomina a los habitantes de Fucking, están pensando en cambiar el nombre de pueblo por Fugging. Pero muchos se niegan porque el nombre tiene una historia de al menos mil años.
Si bien en inglés la palabra tiene un significado de insulto o connotaciones sexuales, en alemán no significa nada excepto el recuerdo de un noble llamado Focko.
Los turistas angloparlantes están obsesionados con el pueblo, recurren al lugar para sacarse fotos con los carteles e incluso mantienen relaciones sexuales al lado de éstos mientras toman las imágenes.
“Los turistas alemanes quieren ver la casa de Mozart en Salzburgo. A italianos y rusos les gusta celebrar el Año Nuevo por estas tierras. Los japoneses, por su parte, buscan la villa donde nació Hitler, Braunau. Pero en el caso de muchos estadounidenses y británicos lo que están buscando es Fucking. Es una obsesión”, comentó Andreas Behmüller, un guía local.
Sin embargo, algunos habitantes de Fucking, intentaron sacarle provecho al nombre justamente en materia turística. Un hombre puso una tienda de camisetas con la leyenda “I love Fucking” pero sus propios vecinos comenzaron a insultarlo y debió cerrar el exitoso negocio.
Los habitantes de Fucking solo quieren vivir tranquilos en su pueblo, del que se sienten muy orgullosos.
Pero éste no es el único caso, hay otras localidades que tienen problemas similares como Faulebutter (Mantequilla podrida), Katzenhirn (cerebro de gato), Plöd (Estúpido) o Warzen (Verrugas).

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