domingo, 9 de junio de 2013

Ofensiva militar siria hacia Homs y plan para aislar a los mercenarios en Alepo

SIRIA

Confortado por su éxito militar en Qusseir, el gobierno sirio trata de abrirse paso hacia Homs para lograr el control de toda la provincia central. En paralelo, ha concentrado tropas en la frontera con Turquía para aislar a los rebeldes en Alepo. Siempre con la ayuda de Hizbullah.



El Ejército sirio, apoyado por Hizbullah, perseguía a los rebeldes armados al norte de Qusseir en dirección a la ciudad de Homs (centro), mientras acumulaba tropas en la provincia de Alepo (norte) en un intento de sellar la frontera con Turquía.

La televisión pública aseguró que Damasco recuperó la localidad de Dabaa, al norte de Qusseir, y que su siguiente objetivo era Bueida al-Charquiya. Ambas localidades sirvieron de refugio a miles de huidos y heridos de los combates tras la retirada de los mercenarios armados.

La televisión de Hizbullah, «Al Manar», mostró imágenes de un túnel que, aseguró, comunica la ciudad de Qusseir y Dabaa.

El opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) confirmó que «el Ejército busca controlar totalmente la región de Qusseir. No deja a los rebeldes ni a los civiles ni a los heridos ninguna puerta de salida».

En 2006, Qusseir acogió a muchos refugiados libaneses que huían de los bombardeos israelíes. Esta semana, habitantes libaneses de estas localidades sirias festejaron con dulces y tiros al aire el éxito de la ofensiva gubernamental. El opositor OSDH aseguró que el Ejército concentraba tropas en la región norteña de Alepo con el objetivo de expulsar a los mercenarios de sus posiciones cerca de la frontera con Turquía.

«Quieren cortar las líneas de aprovisionamiento de armas de los rebeldes desde Turquía», señaló este organismo, que aseguró asimismo que Hizbulah habría enviado «a decenas de sus (experimentados) cuadros para formar a cientos de sirios chiíes para el combate». Los alauítas son una rama del chiísmo, a la que pertenece el clan del presidente sirio al-Assad.

Finalmente, seguían registrándose combates en torno a Quneitra, punto de paso a Siria para los drusos que viven (sufren) la ocupación israelí de los Altos del Golán.

El Ejército libanés denuncia un complot para implicarle en Siria
En su comunicado más firme desde que comenzó la crisis siria hace más de dos años, el Ejército libanés alertó de la existencia de un «complot» para implicar a Líbano en una «guerra absurda y advirtió de que responderá con fuerza.

La advertencia tiene lugar tras registrarse tres ataques contra soldados libaneses en el norte y este del país y una semana después de la muerte de tres soldados en la frontera. «Algunos grupos parecen determinados a crear tensiones en torno a los acontecimientos militares en Siria», asegura, sin referirse explícitamente ni a Hizbulah ni a los aliados suníes libaneses de los rebeldes. 

Rusia propone suplir a los austríacos en el Golán
El presidente ruso, Vladimir Putin, propuso reemplazar al contingente austríaco que ha anunciado su retirada de los ocupados por Israel Altos del Golán por la extensión del conflicto sirio a esta región. Putin reconoció que la propuesta precisa del aval de las potencias regionales pero recordó que la ONU le ha pedido insistentemente implicar fuerzas en operaciones de paz. Sin embargo, la ONU descartó la oferta por ser Rusia uno de los cinco países permanentes del Consejo de Seguridad. Israel no oculta su inquietud por la retirada austríaca (378 soldados) y ha enviado blindados y refuerzos a la zona ocupada. Israel no quiere ni la presión rebelde ni sufrir en dos frentes a Hizbullah, el Golán y la frontera libanesa. 

El Ejército Sirio Libera Localidades al Norte de Al Qussair
En menos de una hora, el Ejército sirio regular ha conquistado la localidad de Dabaa, situada al norte de Al Qussair y hacia la que habían huido los milicianos que se hallaban en esta última ciudad.

La importancia de Dabaa antes de la liberación de Al Qussair era que ella servía como base de retaguardia para los militantes que se hallaban en la anterior ciudad y albergaba depósitos de armas y hospitales. Un túnel que unía ambas localidades ha sido también descubierto.

El Ejército dirigió un ultimátum a los terroristas que ocupaban la ciudad y luego pasó a la acción. Decenas de militantes murieron mientras que otros huyeron hacia Buwaida, situada a seis kilómetros al noreste.

Según el corresponsal de Al Manar en Siria, otras dos localidades situadas al norte de Al Qussair, Salihiyyé y Massudiyyé, han sido también tomadas por el Ejército y limpiadas de militantes.

En todas estas localidades, los terroristas habían colocado artefactos explosivos en las calles y viviendas que fueron desactivados.


fuente: Al Manar (Líbano)

Así Fueron las Últimas Horas de la Batalla de Al Qussair

Durante la jornada del pasado lunes, las discusiones entre los grupos salafistas, que habían transformado la parte norte de Al Qussair en un bastión, hablaban de su ?firmeza heroica frente al ejercito de invasión?.

Sin embargo, cuando cayó la noche, todos los signos de actividad en las bolsas en poder de estos grupos habían cesado. Los rumores corrían de que muchos rebeldes se habían rendido o habían intentado la huida dejando a los que se hallaban en tales bolsas solos para llevar a cabo un combate perdido de antemano.

Durante el asedio, la táctica de avances rápidos y precipitados y la subestimación de los militantes cercados resultaron dos errores cometidos por el Ejército sirio y Hezbolá, que pudieron comprobar que muchos de aquellos contaban con una alta experiencia de combate, fruto de su participación en otros conflictos vinculados al yihad como Afganistán o Yemen.

Con el fin de reducir las bajas, el Ejército sirio y Hezbolá suspendieron sus operaciones de comandos y procedieron a emplear más la artillería, con el fin de hostigar a los militantes y ablandar sus defensas, así como a desmantelar los artefactos explosivos colocados en gran número de lugares y viviendas de la ciudad.

Al mismo tiempo, el sitio se reforzó y todos los accesos a la ciudad fueron herméticamente cerrados para impedir el envío de apoyo logístico y  humano. Poco a poco, operaciones limitadas siguieron al empleo masivo de la artillería contra los puntos de resistencia de los militantes.

Según las fuentes de oposición más fiables, el número de muertos en las filas de los militantes fue de 1.300, y 1.000 el de heridos. Otros 1.000 militantes han sido hechos prisioneros, incluyendo extranjeros como australianos o chechenos. Muchos de éstos últimos estaban encargados de la misión de francotiradores.

Los que se rindieron recibieron garantías del Ejército sirio y Hezbolá de que no serían ejecutados ni maltratados. Un  gran número de ellos han revelado la existencia de tensiones entre los grupos armados e incluso de choques entre ellos en la víspera del asalto debido a las acusaciones mutuas de traición.

En cuanto a las bajas de Hezbolá ellas han sido de 93 mártires y algunas decenas más de heridos.

La capitulación de Al Qussair abrió los pasos para la toma inmediata de Dabaa y Buwaida Oriental, adonde huyeron algunos militantes, mientras que otros se dirigieron hacia la localidad libanesa de Ersal.

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