domingo, 9 de junio de 2013

Turquía.

POR AGENCIA AFP Turquía

ESTAMBUL.- Temprano por la mañana, los manifestantes comenzaron a llegar a la plaza Taksim de Estambul, el epicentro de la protesta, con comida y mantas, dispuestos a pasar otro fin de semana de protesta, sumando carpas al famoso parque Gezi, cuya anunciada destrucción ha provocado la peor crisis política desde que llegó al poder el gobierno islamista conservador en 2002.

"Hace una semana jamás podría haberme imaginado durmiendo en las calles de Estambul", dijo Aleyna, una manifestante que pasó la noche a la intemperie.

"El primer ministro intenta todos los días dividir a la población. Sólo habla de su 50% (el 50% de los electores votaron por su partido en 2011) y actúa en contra de la otra mitad", lamentó Eroy Dilek, un estudiante de 21 años que promete que los manifestantes "regresarán aquí todos los días hasta que renuncie" Erdogan.

Todo el fin de semana están previstas nuevas manifestaciones y concentraciones en los principales focos de las protestas, en Estambul, Ankara e Izmir (oeste).

Los manifestantes critican al primer ministro por su ejercicio autoritario del poder y lo acusan de querer islamizar la sociedad turca.

Criticado en su país, así como en el extranjero por la brutalidad con la que la Policía reprimió a los manifestantes, Erdogan suavizó el viernes el discurso de firmeza que mantenía desde hace varios días contra los manifestantes, a los que calificó a menudo de "vándalos" o "extremistas".

"Estamos en contra de la violencia, el vandalismo y las acciones que amenacen a los otros en nombre de la libertad", declaró en un foro internacional en Estambul, añadiendo que recibirá a todos los que "vengan con exigencias democráticas".

En esta misma conferencia, el comisario europeo a cargo de la Ampliación de la UE, Stefan Füle, denunció "el recurso excesivo a la fuerza".

En el mismo sentido, la canciller alemana, Angela Merkel, la Federación Internacional de Periodistas o la Federación Internacional de Derechos Humanos denunciaron la brutalidad policial.

En respuesta, el primer ministro turco reaccionó y denunció el "doble discurso" de los países occidentales hacia su país. "En cualquier país de Europa, cuando hay una protesta violenta contra un proyecto de demolición de este tipo, créanme, los que están implicados son reprimidos aún con más severidad", dijo citando Grecia, Francia o Alemania.

Según el último balance publicado por el sindicato de médicos turcos, debido a las protestas han muerto dos manifestantes y un policía y  cuatro mil 785 personas han resultado heridas.

Este sábado, el primer ministro debe reunirse con la dirección de su partido, el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), en un encuentro programado que en esta ocasión se llevará a cabo en Estambul.    

Las Protestas Turcas Entran en su Noveno Día
Miles de turcos indignados tomaron las calles del país el sábado para unirse a las grandes protestas contra el gobierno y desafiar al primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, que pidió la víspera el fin de la peor ola de protestas que ha vivido el país en la década de su gobierno.

Desde la mañana temprano, los manifestantes comenzaron a llegar a la Plaza Taksim de Estambul con comida y mantas para quedarse allí todo el fin de semana, uniéndose así a la ciudad de tiendas que se ha instalado en el Parque Gezi, situado cerca de la plaza.

También hay planeadas manifestaciones en la capital, Ankara, mientras las protestas entran en su noveno día.

Erdogan pidió el viernes el inmediato fin de las manifestaciones diciendo que su gobierno estaba abierto a las ?demandas democráticas? pero insistió en que las protestas estaban ?bordeando el vandalismo?.

Sus comentarios se producen en un momento en el que la policía turca ha sido criticada duramente por utilizar una fuerza excesiva contra las protestas pacíficas, con un saldo de tres muertos y miles de heridos, algunos graves.

Las protestas dieron inicio cuando la policía reprimió duramente una pequeña protesta que buscaba salvar el Parque Gezi de la demolición. Esto dio lugar a una campaña nacional de protestas contra Erdogan y su Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), que ha ido convirtiéndose  en cada vez más autoritario.



                
Erdogan y sus idas y vueltas: ahora dice que escuchará las ?exigencias democráticas?

La UE advierte a Turquía contra el uso excesivo de la fuerza y exige que se investigue la violencia

7 JUN 2013 - 


El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan. / REUTERS - LIVE!

En un claro ejemplo de su impulsivo talante político, el primer ministro turco, el islamista moderado Recep Tayyip Erdogan, dio este viernes marcha atrás a sus amenazas. El intransigente mensaje lanzado a primeras horas de la madrugada contra los indignados turcos para que abandonen sus protestas fue modulado horas después con una invitación a escuchar sus ?exigencias democráticas?. La Bolsa de Estambul, que se había desplomado casi cinco puntos la víspera, cerró hoy sus sesiones con un alza del 3,2% tras el discurso conciliador del jefe del Gobierno. La presión de la Unión Europea, que transmitió a Erdogan su rechazo al excesivo uso de la violencia contra los manifestantes, también contribuyó a apaciguar los ánimos en Turquía, que ha vivido en la última semana la mayor revuelta ciudadana contra el poder desde hace una década.

Los gritos de ?Aláhu akbar" (Dios es el más grande) y ?Vamos a aplastar Taksim?, que se escucharon de madrugada entre la multitud en el aeropuerto Atatürk de Estambul, parecían estar finalmente dirigidos al consumo interno del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, en sus siglas en turco) ante la vuelta de su líder tras una gira por el Magreb. Más de 10.000 seguidores del partido de Erdogan que aguardaban su regreso aclamaron sus palabras, lanzadas desde lo alto de un autobús con el techo descubierto, contra los miles de indignados que acampan en el parque de Gezi y ocupan la plaza de Taksim en el centro de la ciudad. El discurso combativo del primer ministro al exigir el fin de las protestas parecía cerrar la vía del diálogo abierta por el viceprimer ministro Bülent Arinç al entrevistarse con representantes de los manifestantes.

Estambul amaneció este viernes ensombrecida por la amenaza de una escalada de crispación entre los partidarios del AKP, que obtuvo el 50% de los votos en las legislativas de 2011 y se mantiene en el poder desde finales de 2002, y el conglomerado civil de jóvenes, partidos laicos y organizaciones de izquierda que han impulsado las protestas en defensa del parque de Gezi y contra la violencia policial. El diario liberal Taraf, que se ha destacado por sus investigaciones de las tramas militares golpistas, no vacilaba en titular en su primera página: ?Erdogan incendia Turquía?.

Pero el supuesto pirómano aprovechó su primer acto público del día para echar agua al fuego. ?Estoy contra el terrorismo, la violencia, el vandalismo y las amenazas, pero estoy abierto a escuchar a quienes plantean exigencias democráticas?, proclamó Erdogan en la apertura de un foro sobre la UE en Estambul. El primer ministro aseguró que el proyecto de su Gobierno para la reforma del parque ?solo afecta a una docena de árboles? y ya fue expuesto al público antes de las elecciones.

En el mismo foro e encontraba presente el comisario europeo para la Ampliación, Stefan Füle, quien advirtió al Gobierno turco de que ?el uso de una fuerza excesiva contra manifestantes no tiene cabida en un país que aspira a ser miembro de la Unión?. La canciller alemana, Angela Merkel, había condenado poco antes la violencia policial contra el movimiento de los indignados en Estambul y otras ciudades de Turquía, que ha causado tres muertos y más de 4.300 heridos

?Turquía debe cumplir los máximos estándares democráticos e investigar y castigar los abusos policiales?, advirtió el comisario Füle ante Erdogan, quien se limitó a señalar que en otros Estados europeos, como Grecia, se han producido acciones contundentes de las fuerzas de seguridad y que su país había alcanzado en los últimos años los mayores niveles democráticos de su historia. También aprovechó la ocasión para criticar a Bruselas por la lentitud del proceso de negociaciones de adhesión de Turquía a la UE, abierto de 2005 y que apenas ha avanzado a causa de las trabas planteadas por Francia y Alemania y los continuos vetos de Chipre.

Ajenos al intercambio de reproches en el foro europeo de Estambul, los jóvenes indignados concentrados en Taksim se preparaban esta noche para una larga resistencia y a organizar las manifestaciones convocadas este fin de semana Un movimiento similar de ocupación y acampada en un parque de Ankara fue bloqueado ayer por la policía, que, sin embarpo, se ha ausentado de la plaza y el parque de Estambul donde estalló la protesta desde el pasado sábado. Los manifestantes han anunciado que solo se retiraran si el Gobierno anula su plan para la construcción de un centro cultural y comercial en la zona verde y pone en libertad sin cargos a decenas de jóvenes que aún siguen detenidos.

Pero el movimiento de los indignados turcos ya se ha extendido más allá de Estambul y ha trascendido sus iniciales reivindicaciones ciudadanas y medioambientales para convertirse en el primer frente de oposición significativa al que se enfrenta el AKP en diez años de poder casi hegemónico. Erdogan ha convocado en Estambul una reunión urgente de la cúpula de su partido para afrontar el reto.


Chávez, presente en Turquía

En las multitudinarias protestas en Turquía que comenzaron por el repudio de la sociedad a la eventual destrucción del parque Gezi y que luego se volcaron en contra del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, hubo una imagen que llamó la atención. 

La lenta de un fotógrafo de Reuters retrató a un manifestante que vestía una remera negra con el rostro de... Hugo Chávez. Así, el recientemente fallecido presidente de Venezuela, hacía su aparición en medio de la crisis turca que lleva varios días de reclamos. Quizá el joven, de rodillas, siente admiración por el hombre que dejó su huella en la política venezolana y en todo el mundo. 

En cuanto a Turquía, desde el pasado martes 28 de mayo un grupo de mujeres iniciaron las protestas, en defensa de un parque público de Estambul. Eso derivó en un movimiento de crítica al estilo autoritario del gubernamental Partido Justicia y Desarrollo (AKP), islamista moderado. 

Los reclamos en Turquía contra el gobierno de Erdogan, entraron el pasado jueves en una nueva fase, con la movilización de decenas de miles de personas convocadas por dos importantes sindicatos, tras seis días de masivas manifestaciones en varias ciudades del país. Lejos de terminar, la crisis crece con los minutos. 

En su defensa, Erdogan, aseguró que hay "terroristas" entre los manifestantes que protestan en las calles de Turquía e insinuó que no retrocederá en sus planes de demoler el parque Gezi, origen de la actual crisis, que ya dejó cuatro muertos y 4.000 heridos. (Por C.S.)


TKP (Partido Comunista): "Esto es un levantamiento del pueblo. El pueblo está enfadado"

Un contenedor quemado durante el quinto día de protestas en Estambul contra el gobierno turco. El Ejecutivo turco cifró en más de 70 millones de liras turcas (unos 30 millones de euros) los daños materiales causados en los cinco días de protestas antigubernamentales, que han dejado ya dos muertos y más de 1.500 heridos. YANNIS BEHRAKIS (REUTERS)


Un manifestante devuelve un gas lacrimógeno disparado por policías antidisturbios, cerca de la plaza de Taksim, en Estambul. Sedat Suna (EFE)


Jóvenes lanzan objetos a la policía turca en Ankara, 3 de junio de 2013. La virulencia de los enfrentamientos entre Policía y manifestantes ha llevado al primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, a hacer un llamamiento a la "calma" y a pedir a la población que no se deje provocar por los "elementos extremistas" UMIT BEKTAS (REUTERS)


Manifestantes tras una barricada colocada en un barrio de Ankara (Turquía). Las principales universidades turcas han anunciado el aplazamiento de los exámenes de fin de curso debido a las multitudinarias protestas que se están produciendo en Turquía en los últimos días para protestar por la represión de la Policía contra los manifestantes.

UMIT BEKTAS (REUTERS)

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