jueves, 24 de octubre de 2013

El arzobispo de Monterrey, Monseñor Rogelio Cabrera, ha defendido a una escuela que está siendo atacada por rehusarse a admitir a una niña que está siendo cuidada por su padre biológico y su pareja homosexual.

Sofía Zúñiga
Monterrey, 21 de octubre de 2103 (Notifam.net) – 
En una entrevista exclusiva con Notifam, Cabrera declaró que las escuelas tienen derecho a proteger a los estudiantes de este tipo de influencias, “sea o no católica, si tiene esto como parte de su ideario, debe de proceder de ese modo,” dijo.
Con respecto a los niños adoptados por parejas homosexuales, el arzobispo notó tristemente que “el gobierno está decidiendo por nosotros, pero (los homosexuales) no deben adoptar.”
La escuela, una academia laica y privada llamada The Hills Institute, dio marcha atrás a su decisión inicial de admitir a la niña de 2 años cuando los dueños se enteraron de que tenía dos “papás”.
Esto ha provocado la indignación de los medios y se han presentado denuncias por parte de los grupos homosexuales. Como resultado de la controversia la escuela está siendo investigada por varias autoridades gubernamentales.
Los medios regiomontanos citaron al arzobispo diciendo que la niña “tiene derecho a la educación,” implicando que la escuela debería admitirla. Los sitios web homosexuales celebraron las palabras del prelado ligándolas a la famosa declaración “¿Quién soy yo para juzgar?” del Papa Francisco.
Sin embargo, el arzobispo dijo a Notifam que sus palabras habían sido sacadas de contexto.
“Dije que la niña tiene derecho a la educación,” declaró Cabrera. “Pero dije también que una escuela privada puede poner sus condiciones para aceptar estudiantes.”
Los cuidadores de la niña, Pepe y Alex, contrajeron “matrimonio” hace un año en la Ciudad de México, donde el “matrimonio” homosexual y la adopción son legales. Pepe no es guardián legal de niña.
Pensaron que el Hills Institute -una institución prestigiosa de Monterrey que también cuenta con guardería- era el lugar correcto para ellos cuando encontraron la palabra “diversidad” en la Visión del colegio e inscribieron a la niña a principios de septiembre.
La niña de dos años fue admitida inicialmente, pero tres días más tarde la escuela le pidió a Alex, el padre biológico, que se presentara como papa soltero.
Alex no aceptó dicha opción diciendo a los medios: “Pepe tenía que ser completamente ausente de la vida escolar de nuestra hija y básicamente ella (la dueña) quería que yo ejerciera como un papá soltero, el cual no soy.”
La Comisión de Derechos Humanos local está investigando el caso después de que ambos hombres denunciaran a la escuela por discriminación.
Además, la dueña de la escuela enfrenta múltiples multas al haberse rehusado a comparecer en las audiencias del caso ante Protección del Consumidor.

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