PANAMÁ
La comisión aborigen y ministros del gobierno se reúnen en la sede de las Naciones Unidas en Ciudad del Saber para encontrar soluciones. Participan la Iglesia católica y una comisión de la ONU. El presidente Ricardo Martinelli no estará presente en la reanudación del diálogo.
La sede de Naciones Unidas en la Ciudad del Saber en Panamá, a orillas del Canal interoceánico, es desde este sábado el nuevo escenario para el diálogo entre el Gobierno y líderes indígenas Ngäbe Buglé.
La iniciativa de cambiar la sede del debate surgió después de que el pasado jueves se suspendieran las conversaciones que sostenían las partes en la Asamblea Nacional, donde agentes de seguridad dispararon contra la manifestación aborigen, hecho que dejó cuatro heridos.
Este sábado, el líder originario, Javier Selles, llamó a mantener paciencia y a esperar resultados oficiales.
"Les digo a todos los hermanos indígenas que están en espera de los resultados de la reunión que lo tomen con calma, ya que nuestras autoridades están en el diálogo", manifestó.
El Obispo José Luis Lacunza declaró que "las Naciones Unidas asumen desde este momento el rol de facilitador del proceso".
Lacunza explicó que la presencia de la ONU ayudará a buscar un punto de encuentro común entre ambos bandos, quienes acordaron retomar las conversaciones con el objetivo de acabar con el conflicto.
La comisión aborigen está liderada por la cacica Silvia Carrera, mientras que por el Ejecutivo se encuentra el ministro de Gobierno, Jorge Fábrega. Ambos representantes se encuentran reunidos este sábado junto al obispo Lacunza y la representante de la ONU en Panamá, la vietnamita Kim Bolduc.
El ministro de Comercio e Industrias, Ricardo Quijano, confirmó la ausencia del presidente Ricardo Martinelli, pese a que la delegación indígena pidió la presencia del mandatario panameño en las reuniones.
Quijano reiteró que el mandatario "delegó la confianza" en las gestiones del ministro de Gobierno, Jorge Fábrega.
El Gobierno de Panamá ya había hecho un compromiso con los indígenas a prohibir la explotación minera en territorios comarcales y propone que cualquier proyecto hidroeléctrico que les pueda afectar cuente previamente con la aprobación de las autoridades tradicionales.
Los Ngobes Buglés son el grupo de mayor población, una de las tres etnias predominantes en el país, pues cuenta con más de 165 mil personas.
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