viernes, 23 de agosto de 2013

Polémico cara a cara entre un militar y una víctima de la dictadura en Chile.

CHILE-ARGENTINA

El argentino Ernesto Lejderman se encontró por primera vez con el ex comandante del Ejército Juan Emilio Cheyre, quien lo entregó de bebé a un convento tras el asesinato de sus padres. El ex general renunció tras la emisión al Servel, donde se desempeñaba como director


El polémico encuentro entre el ex comandante en jefe del Ejército y director del Servicio Electoral (Servel), Juan Emilio Cheyre, y el argentino Ernesto Lejderman, cuyos padres fueron asesinados por la dictadura chilena en los años setenta, fue emitido este martes por el programa El Informante, de la televisión nacional. La emisión era parte de una serie de especiales con motivo de los 40 años del golpe militar contra Salvador Allende.

Tras la emisión, en la que quedaba en evidencia su participación en la dictadura, Cheyre renunció a su cargo frente al Servel. "Consecuente con mi actuar de toda la vida, de preservar el actual proceso de elecciones que corresponde al Servicio Electoral he presentado mi renuncia al Consejo Directivo del Servel", indicó Cheyre en conferencia de prensa, según informó el periódico Emol.


En el programa del miércoles, Cheyre estuvo cara a cara con Lejderman, quien fue entregado por el propio ex general a un convento cuando tenía 2 años, luego de que un patrullero militar asesinara a sangre fría a sus padres en el Valle del Elqui. "Estoy aquí por la memoria de mi papá (Bernardo Lejderman) y mi mamá (María Avalos). Estoy aquí por su memoria, porque sigo planteando que tiene que haber justicia, todavía no la hay. No le deseo ni a Cheyre ni a ningún militar genocida ni a nadie lo que mis padres vivieron, tampoco lo que viví yo al tener que presenciar el crimen de mi papá y mi mamá", sostuvo Lejderman.

No obstante, Cheyre alegó que él "no sabía nada", a pesar de haberse desempeñado en un alto mando del Ejército durante los años del gobierno militar. También dijo que creía que los padres de Lejderman se habían "suicidado" y que el Ejército le había dado al niño para que lo ubicara en un lugar donde fuera cuidado. Añadió que se enteró de que esa versión era mentira en 1998.

Asimismo, Lejderman remarcó que no buscaba venganza y que no tenía odio frente a quienes cometieron el crimen, sino que quería Justicia por lo ocurrido a sus padres y a los miles de detenidos desaparecidos. Pero sí emplazó públicamente a Cheyre a "romper el pacto de silencio" entre los militares y a revelar el paradero de los cuerpos de sus padres.

"En este caso hay dos grandes mentiras, mis padres tuvieron dos certificados de defunción diferentes, uno de ellos afirmaba que ellos habían muerto en un enfrentamiento. Ahora Cheyre afirma que está por la verdad, pero no sé por qué en esa época no contó lo que realmente pasó con mis padres", agregó Lejderman.

En respuesta, Cheyre afirmó que siempre mantuvo un "compromiso con la verdad" e insistió en que todo lo que sabía lo había puesto a disposición de los tribunales. "Nosotros entregamos datos sobre miles de casos y reconocimos la responsabilidad del Ejército en esos casos, ese es un dolor que parte el alma para un militar", se justificó el ex militar. Cheyre reconoció que no leyó el "Informe Rettig" de 1991, que constató los crímenes y abusos cometidos por la dictadura y detalló cómo murió el matrimonio de Lejderman y Avalos. Las redes sociales estallaron ante esta situación con fuertes críticas contra el ex general.

La vicepresidente de la Agrupación de Detenidos Desaparecidos, Mireya García, rechazó que Cheyre esté al frente del Consejo del Servicio Electoral. "Es una falta de respeto, ya que preside una de las instancias más democráticas que existen en el país", enfatizó. "Cheyre tiene que renunciar. Y que el Ejército, a través de su comandante en jefe, se digne a entregar la verdad que aún oculta sobre los detenidos desaparecidos", agregó. Finalmente, Cheyre dimitió este miércoles.

A su vez, Maya Fernández, nieta del ex presidente Salvador Allende, confesó haber llorado durante toda la emisión del programa y elogió la valentía de Lejderman de enfrentar cara a cara al ex militar. "Yo lloraba, quedé tan impactada, es muy brutal, hoy las familias chilenas se merecen paz", señaló la actual candidata a diputada a la agencia de noticias Ansa.

La emisión recordó al triste episodio vivido en 1997 en la televisión argentina, cuando el periodista Mariano Grondona invitó a su programa al represor Miguel Etchecolatz y al político Alfredo Bravo, quien fue secuestrado y torturado. Durante el encuentro, Etchecolatz negó que él hubiera lastimado a Bravo, lo que obligó a la víctima a recordar una y otra vez los tormentos que padeció durante su detención.

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