De esta forma, se puso en el centro de los acontecimientos y emprendió una verdadera cruzada para evitar el agravamiento de la guerra en Siria.
“La violencia y la guerra sólo conllevan muerte y tienen el lenguaje de la muerte. La guerra no es el camino para la paz”, señaló Francisco.
“En este punto me pregunto, ¿es posible recorrer el camino de la paz?. ¿Podremos salir de esta espiral de dolor y muerte?. Sí, es posible para todos”, resaltó Francisco. “La guerra siempre es una derrota para la humanidad”, agregó.
Cabe señalar que dispuso un ayuno, que tiene un sentido religioso aunque también es un tradicional modo de protesta laico. Casi la totalidad de la clase política italiana expresó su adhesión, al igual que los sindicatos y los representantes de las comunidades judías e islámicas.
Desde la propia Siria, llegó una carta del Gran Muftí de Damasco, Ahmad Badreddin Hassou, líder espiritual del Islam sunnita, expresando su gratitud por esta convocatoria y su deseo de llegar a Roma para estar junto a Francisco.
En América Latina, los mandatarios de Venezuela, Nicolás Maduro, y de Bolivia, Evo Morales –éste último acaba de reunirse con el Papa- anunciaron su adhesión a la iniciativa papal, mientras que la presidente argentina, Cristina Kirchner, citó a Francisco para expresar su oposición a la intervención armada en Siria, durante la Cumbre del G20.
No hay comentarios:
Publicar un comentario