miércoles, 27 de junio de 2012

El golpe de Estado en Paraguay no es para quedarnos con los brazos cruzados.

PARAGUAY

Publicado el Lunes, 25 Junio 2012 11:22

Por Nelson Lombana Silva

En menos que canta un gallo fue destituido el presidente constitucional de Paraguay, Fernando Lugo Méndez, por el congreso de la república. No duró, al parecer, dos horas la sesión para determinar la salida del obispo presidente cuando apenas le faltaba ocho meses para fenecer su período presidencial. Todo indica que el libreto se desarrolló sin contratiempos. ¿Quién los elaboró?


No hay que hacer grandes elucubraciones para determinar quienes son los autores intelectuales de este brutal golpe de Estado. Los Estados Unidos no abandonan la infeliz idea de concebir el continente latinoamericano como su patrio trasero. La CIA es experta en estos menesteres. La burguesía, las multinacionales y transnacionales son esperpentos sedientos de ganancia en detrimento de los intereses populares de los pueblos. El gobierno popular del obispo Fernando Lugo Méndez, venía desarrollando una política social encaminada a defender esos intereses populares. Eso es lo que le cobran y a su vez, usan como pretexto la muerte de 17 personas. Bien podría uno decir que los criminales de estas personas, son los mismos que hoy supuesta e hipócritamente claman ?Justicia?.

No es un hecho aislado. Ya sucedió en Honduras. Bajo algunas características especiales dieron golpe de Estado y expulsaron al presidente legalmente elegido para esa dignidad. Detrás de siniestra práctica se ha dicho insistentemente que estaban Los Estados Unidos y la CIA. Por esa y muchas razones más, no debemos quedarnos con los brazos cruzados contemplando el terrible insuceso en la hermana república de Paraguay. Tenemos que intensificar la unidad latinoamericana, fortalecer la lucha antiimperialista y apoyar decididamente el pensamiento bolivariano que se viene desarrollando.

Los procesos democráticos que se vienen dando en el continente se deben radicalizar, profundizar y organizar para que cada ciudadano esté dispuesto a defender, si es preciso con su vida, los procesos que se vienen dando. Ya el comandante Hugo Chávez había dicho: ?Nuestra revolución es pacífica pero no desarmada?. Así tiene que ser, porque estamos ante un imperialismo criminal y una burguesía que está dispuesta a matar cientos y cientos de ciudadanos y ciudadanas con tal de no perder sus intereses económicos y políticos.

En este vulgar golpe de Estado, no se lesiona únicamente los intereses populares y la moral revolucionaria del pueblo paraguayo, lesiona todos los pueblos de los países que hacen parte de la gran patria de Bolívar. Es una puñalada trapera a la democracia y a la justicia social que se viene encubando en estos países por la acción consecuente de las masas. Esas conquistas están en peligro. Tenemos que rechazar el golpe de Estado y desconocer el supuesto ?gobierno de transición?.

Llamamos al pueblo paraguayo a resistir y al latinoamericano a hacer causa común. No más golpes de Estados disfrazados en América y el mundo. 

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